Capítulo 8: "Juego de futbol"

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El resto de la semana fue sorprendentemente suave y emergió un patrón diario. Llegaba a la escuela, Justin esperaba por mí. Caminaba a través de los detectores de metales, Justin me
acompañaba a clase. Traté de hacer del curso elemental algo estimulante durante la clase, y Justin hizo los cinco minutos a pie entre la clase más estimulante. Comí el almuerzo con Taylor y sus amigos después de que me lavara con mil y una disculpas y excusas, pero mi atención se centró en Justin, que a veces hablaba más con su silencio que a través de sus palabras.

No trató de besarme de nuevo, pero podía sentir cuando lo quería, y yo casi siempre lo hacía, pero él parecía insistente en mantener cierta distancia entre nosotros. No sabía si esto era sólo un espectáculo para Southpointe o si había decidido que tenía más material de amiga que de novia. Tomaría a Justin de cualquier manera en que pudiera tenerlo, pero prefería la opción donde podía darle un beso cada vez que quería.

-¿Puedes creer este tiempo? -me saludó Justin, después de empujar al estudiante que se encontraba a mi lado en las gradas. Mirándome, sus ojos se ampliaron antes que de repente mirara hacia otro lado.

-No. -Me castañeteaban los dientes-. ¿Podría alguien por favor decir que el clima aún es de verano? -La lluvia había empezado primero, y luego el viento, y luego los cincuenta grados de temperatura12. En esta zona del país, cincuenta era bajo cero13.

La multitud rugió de ira bruscamente, lanzando palomitas de maíz y los envases vacíos de bebidas al campo de fútbol. Era el juego de bienvenida de Southpointe y decir que perdíamos sería un insulto a los perdedores en todas partes. Ni siquiera estábamos en el marcador y en la parte del equipo contrario se leía cuarenta y dos puntos. Y era sólo el comienzo en el segundo tiempo.

-¿Esta llovizna? -dijo Justin, pasando un brazo alrededor de mí y tirándome contra él. Por alguna razón, el calor estremeció cada parte de mí-. Esto es buen tiempo.

Levanté la mirada lo suficiente para dispararle una mirada rápida. -
Lo dice el hombre que no es dueño de una prenda a menos que sea gris.

-¿Estás diciéndome algo, Mía? -preguntó, frotando mi brazo fuertemente.

-¿Quién yo? -Agité mis pestañas con inocencia-. ¿Pero por qué gris? ¿Por qué no negro? ¿No es más tu escena, más "podría patear tu culo la próxima semana"?

Se mordió el labio, tratando de no reírse muy probablemente. -El negro absorbe todos los colores, los acepta, los lleva en él y los define. El gris no tiene nada más que a sí mismo. No absorbe nada más que a sí mismo.

Esto era claramente algo que había pensado. No llevaba gris porque era su color favorito, lo llevaba por una profunda razón filosófica. Como había descubierto esta semana, Justin era todo el tipo de misterio que atraía a una mujer y todo tipo que ella nunca podría revelar. Era cada enigma por el que yo quería respuesta.

Entonces, una ráfaga de viento tan desagradable disparó agujas en mi mejilla cortando mis breves pensamientos. Enterré mi cabeza en el pecho de Justin, maldiciendo el tiempo en voz baja.

-¿No revisaste el informe meteorológico? -gritó Justin por encima del viento.

Me eché a reír. -¿Se ve como si lo hubiera hecho? -Tenía tejanos cortados, sandalias y una camiseta de tiras. Una camiseta de tiras blanca...

-Menos mal que yo lo hice -dijo Justin a mi lado, mientras una manta vieja era lanzada como paracaídas a mí alrededor.

Suspiré de alivio y vergüenza al mismo tiempo. Había estado tan malditamente fría que no había tenido suficientes células cerebrales trabajando para recordar que me encontraba vestida de blanco en un aguacero torrencial. Ahora todas las sonrisas anchas a mí alrededor de mis compañeros de clase tenían sentido.

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⏰ Última actualización: May 06, 2016 ⏰

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