Every Minute [Zarry Stalik]

Bonus

Londres, actualidad.

Gemma siguió su camino dejando a una destrozada Doniya abrazándose a sí misma en medio de la fría tarde de otoño. La fuerte brisa azotaba los cabellos de la chica británica, ella sin más bajó su mirada, pateando aquella pequeña piedra que sin importar con cuanta fuerza ella diera, seguía intacta. Quizás hasta aquella insignificante piedra era más fuerte que ella.

Con sus labios apretados y sus manos escondidas entre los bolsillos de su chaqueta siguió su paso sin dar una mirada atrás. Sabía de ante mano lo que estaba sucediendo con los Malik desde la muerte de Zayn, pero por primera vez en su vida estaba dejando de mirar a las personas que la rodeaban y estaba preocupándose de ella..., de su propia familia que pedazo a pedazo se estaba cayendo.

Aún recordaba el dolor que sintió en el entierro del pequeño y inocente Zayn, por suerte se había llevado a cabo en Londres donde Trish y el resto de las chicas decidieron cumplir el deseo de Zayn, porque no importaba que él no lo dijese, hasta el más despistado lo sabría.

—Zayn será sepultado en Londres —Había dicho Trish con su voz firme. Yaser se encontraba ausente desde que se dictó la fecha de defunción, el hombre pareció haberse borrado del mapa ahogándose en su tristeza y el alcohol.

—¿Por qué? —Había preguntado Anne y Waliyha no pudo haber dado una mejor respuesta...

—Londres fue la ciudad de alegría para mi hermano... Bradford fue su pesadilla, pero allí, en Londres, conoció más que la felicidad. Pudo ser quien era, pudo amar... sin ser juzgado —La chica divagaba en hermosas palabras, sonriendo con nostalgia y jugando con sus dedos sobre la taza llena de té.

Sin embargo, los primeros días después del entierro ocurrieron las primeras desapariciones de Harry. Al comienzo había sido una situación de terror y desespero, Harry jamás había solido solo de casa, pero luego de largas búsquedas siempre acababan en el mismo lugar; en la sepultura de Zayn.

Gemma había sido la primera en encontrarlo y los días siguientes, la chica se quedaba a una distancia prudente de Harry quien observaba la lápida, allí de piernas cruzadas y sus manos jalando con dolor el cesped a su alrededor. Oía como Harry le cantaba dulces canciones sin despegar la mirada de las doradas letras que despedían a Zayn, también lo oía furioso reclamando lo solo que había quedado desde su partida.

Era allí cuando Gemma interfería y entre dulces palabras y fuertes abrazos lo retenía hasta que su respiración volviera a la normalidad y acabara dormido en sus brazos con sus mejillas enrojecidas, sus ojos completamente hinchados y sus labios magullados.

Gemma nunca había sentido tanto dolor como estar viendo a su hermano desmoronándose y a un pequeño con mucha vida dejando la tierra de los vivos, ni la repentina ida de su padre rompió tanto su corazón como lo que estaba viviendo.

Sabía que necesitaba algún tipo de ayuda, allí reteniendo todo lo que ocurría en su vida, pero primero debía ser fuerte por Harry y su madre, debía poder soportarlo porque no muy lejos de ella estaba otra familia mucho más destruida que necesitaba ayuda... no podía caer aún.

Harry había dejado de asistir a la institución por su inestabilidad, el primer día Anne creyó que sería buena idea, pero cada paso que daba Harry por los pasillos lo volvía loco creyendo que entre cualquier puerta Zayn saldría y lo saludaría, que iría a sus brazos y lo besaría.

Pero todo dejó su normalidad cuando Louis Tomlinson, aquél fisioterapeuta de ambos chicos, tomó una licencia indefinida, pero antes de partir había dejado un sobre de coloridos tonos a nombre de Harry donde cada carta que Zayn había hecho en medio de conversaciones con Louis se encontraban... Donde Zayn le decía a Louis cómo amaba a Harry.