Capítulo 5: lucky ones

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Gabriel y Jay como predije, no tardaron en verme, y por lo que pude notar no les agrado para nada ver a Lucas Ford sentado a mi lado, ellos endurecieron el rostro y se acercaron a la mesa rápidamente. Yo tragué seco.

—Vaya, vaya Lucas. Veo que te encantan los problemas—dijo Jay cuando llegó.

Lucas al parecer había visto ni ha Jay ni a Gabriel entrar al lugar, porque cuando escucho la voz de Jay se sorprendió notablemente.

Charlotte y Aria abrieron los ojos como platos, ellas sabían que esta situación se tornaría tensa.

—No, créeme que no quiero más problemas—respondió él.

Aquella respuesta había sido demasiada vaga, me había extrañado a lo que se había limitado a decir, ya que Lucas Ford siempre tenía algo que responder.

—¡¿No quieres más problemas?! ¡¿Ah?! ¿!Ah?—exclamó Gabriel y trató de tomarlo por el cuello de la camisa, pero Lucas se zafó—, ¿Entonces que haces sentando en esta cafetería, justo en está mesa donde esta la novia de la persona con la cual peleaste hace tan solo una hora?

Se me hizo un nudo en la garganta. Yo odiaba a Lucas Ford, pero yo nunca lo hice retirarse de la mesa así que también era mi culpa. Aunque les aseguro que lo hubiese hecho, pero mis amigas estaban encantadas con él y además era su propia cafetería y nos había brindado todo.

—Oigan. Esta cafetería es de él—dije con voz débil.

—Además fuimos Charlotte y yo quién lo invito a sentarse—dijo Aria—, no tiene nada que ver con Michelle, ellos ni han hablado prácticamente.

Jay y Gabriel me miraron.

—Por respeto a tu novio, tu no deberías estar en esta mesa sentada Michelle, créeme que hablaré con  Adam mañana de esto y bueno veremos que opina él al respecto—dijo Gabriel.

Mis ojos empezaron a aguarse, sentí que pronto empezaría a llorar. Me sentía estúpida, quería que la tierra me tragará en este mismo momento.

—En cuando a ti Ford, créeme que esa pelea no va a quedarse así, pronto vas a pagar el precio de lo que hiciste—dijo Gabriel.

Lucas rió.

—¿Me estas amenazando Gabriel? ¿Acaso ustedes dos deben hacerse cargo de los problemas de su amigo porque el no puede solo?—empezó a decir—, porque bueno hace un rato demostró que no puede ni defenderse en una pelea.

Yo lo miré con cara de pocos amigos.

—Cállate ya, eres un presumido. Ya veo que con los hechos de hace un rato se te elevo el ego por encima de las nubes. ¿Acaso es la primera vez que ganas una pelea?—dije mientras me paraba de la mesa—, eres un imbecíl.

—Ahora si ahora finges defender a tu novio porque Jay y yo estamos aquí, pero te aseguro que estabas aquí con Lucas encantada mientras tu novio esta golpeado y descansando en una cama. Zorrita—dijo tomándome del brazo para que no pudiera caminar.

Lucas se levantó hábilmente de su asiento e hizo que Gabriel me soltará.

—Vuelves a decirle zorra a una mujer en mi cara y te dejaré igual que tu amigo Adam—lo amenazó.

Ya mis lagrimas amenazaban por salir a la luz y yo no quería que eso pasará frente a todos ellos, así que empecé a correr hasta la salida de la cafetería, quería escapar de allí. Cuando atravesé la puerta hasta el exterior pude notar que ya iba a hacerse de noche y además varias gotas de agua aterrizaron sobre mi cuerpo—estaba lloviendo—, pero prefería mojarme con la lluvia que entrar a ese lugar de nuevo.
Cuando estaba a punto de empezar a caminar, la puerta de la cafetería se abrió de par en par y Charlotte y Aria corrieron hasta a mi. No tardaron en rodearme con sus brazos.

—¿Estás bien?—empezó diciendo Aria.

Yo negué con la cabeza.

—No, soy una estúpida, ahora Adam va a molestarse conmigo y con toda la razón—dije y mi llanto empeoró.

—Deja de pensar en Adam, ¿Quieres? No te das cuenta per sus amigos son unos patanes. Te llamaron zorra y eres la novia de su mejor amigo. Eso deja mucho que decir—dijo Charlotte.

—¡A mi no me importan ellos dos! Me importa mi novio—chillé.

Entonces él siguiente en salir de la cafetería fue Lucas, él cual me miró instantáneamente.

—¡Largo!—le grité con la voz ronca a causa del llanto.

El me miró con cierta tristeza en el rostro y se subió en su auto de enseguida aunque no arrancó.

—Oye Michelle cálmate el te defendió, además el estaba sentado en esa mesa porque Charlotte y yo lo invitamos—dijo Aria.

Ya llevábamos varios minutos bajo la lluvia y ya estaba completamente empapada, quería entrar a un lugar cálido pero al parecer no habían taxis y mis amigas no habían llevado su auto.

—¿Alguna trajo su auto? Muero de frío.

Ellas negaron con la cabeza.

—Pero allí esta Lucas—señalo Aria su camioneta Toyota—, él en la cafetería antes de salir nos ofreció llevarnos. Vamos te lo suplico, te prometo que ni hablarás con él, Gabriel y Jay siguen adentro y nos verán con Lucas. Además tu en el auto no tienes que ni hablar con él.

—Exacto. Además se que te mueres de frío y no hay taxis por aquí.

—Vale—dije apenas—, pero primero me dejan a mi en mi casa para no tener que quedarme sola en el auto con él.

Al subirnos al auto noté que la calefacción estaba prendida, me sentí aliviada porque entraría en calor. Yo me senté junto a Charlotte en los asientos de atrás, mientras que Aria se sentó de copiloto junto Lucas.

—Gracias por llevarnos Lucas enserio—dijo Aria.

—Es verdad, gracias, y bueno Michelle también se siente agradecida pero ahorita esta algo afectada y no quiere hablar—intervino Charlotte.

Yo la miré fijamente extrañada y luego aparte la mirada.

—Tranquilas, no tienen que agradecerme de nada—respondió Lucas—, ¿Qué música les gusta?

—La que sea, música es música—rió Aria coqueta y le colocó a Lucas una mano en el brazo.

—Bueno tienes razón—le devolvió la sonrisa—, ¿Que tal está?—encendió el reproductor y empezó a sonar una especie de canción de género pop con electrónica.

Mis amigas empezaron a aplaudir siguiendo el compás de la música, parecían bastante animadas y en cambio yo trataba de ignorar sus alegrías mientras veía por la ventana como caía la lluvia sobre el asfalto.

Después de unos diez minutos vi que entramos a la calle de mi casa, me quité el cinturón de seguridad y empecé a prepararme para bajarme.
Lucas se estaciono frente a mi hogar.

—Mañana nos vemos muñeca—dijeron Aria y Charlotte al mismo tiempo.

—Si vale, hasta mañana—dije yo bajándome.

—Cualquier cosa que necesites solo llámame, ¿si?—me dijo Charlotte.

Yo le sonreí y cerré la puerta.

Corrí hasta la entrada de mí casa y luego vi como la camioneta arrancó y desapareció.
Cuando entré a mi habitación puse a mi celular a cargar y me apresuré en quitarme la ropa mojada. Cuando ya estuve desnuda corrí hasta la ducha y me di un buen baño caliente, durante todo el momento no deje de pensar en Adam, yo simplemente quería que el no se molestará, que aunque sea me escuchará, pero conociendo a Adam se que se enfadaría.
Al salir de la ducha me sequé y luego me puse mi pijama, me acosté sobre la cama y tome mi celular, entonces empecé a buscar entre mis contactos telefónicos a Adam, quería llamarlo, quería aunque sea hacer el intento, aunque tenía el presentimiento que fallaría...., y como lo predije, después de marcarle unas cuatro veces él no me contesto.
Sentí una extrema frustración y entonces volvieron mis ganas de llorar. Para evitar el sentimiento de culpa, me coloqué mis audífonos y comencé a oír la canción de Lana del Rey "Lucky Ones".... No tarde en quedarme dormida.

No FeelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora