Capítulo 6: un día frío

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Capítulo 6:

A la mañana siguiente cuando llegué al Instituto me puse a recorrer los pasillos en busca de Adam, rezando por no toparme con ninguna de mis amigas—ya que tendría que hablar con ellas y eso me robaría tiempo—, y mucho menos quería toparme con Lucas, ya que estaba enfada con él y no tenía ganas de verlo ni en pintura. Hoy era un día lluvioso, el ambiente se sentía frío y yo como había salido con prisa de la casa me había puesto lo primero que encontré en mi armario: un vestido corto hasta las rodillas azul marino, con un suéter gris de algodón que apenas me cubría los brazos y unas sandalias.
Maldije para mis adentros, tenía frío.
Entonces en ese momento, a unos ocho metros de mi, vi a Adam caminando con su mochila colgada en la espalda. Yo aceleré el paso para alcanzarlo y entonces tome su hombro para que se detuviera. El se volteó y al verme note molestia en su mirada. Se me hizo un nudo en la garganta.

—Adam, se que estas molesto, pero no es lo que crees—empecé a decir débil.

—¿No es lo que creó?—dijo tenso—, dime como vas a explicarme que estabas sentada junto al chico con el que me había peleado.

Tome aire y comencé:

—Mira yo nunca lo invite a sentarse. Fueron mis amigas porque creó que a ellas les encanta. Pero a mi no, para nada, a mi me repugna y tu lo sabes. Tu viste con tus propios ojos como le di un puñetazo ayer en la cara.

El enarcó las cejas y su cara de molestia no desapareció.

—¿Le diste un puñetazo? Pues yo lo vi hoy y ni siquiera le dejaste marca, que intento tan débil de darle lo que se merecía Michelle—dijo burlón y se fue.

Yo me quedé ahí parada en la mitad del pasillo viendo como el seguía de largo. Tenía ganas de llorar, no podía creer que Adam fuera tan injusto, después de haberlo defendido en la pelea se había burlado de mi puñetazo como si no hubiese válido nada. Además la explicación que le había dado había sido lógica y el no había querido ceder de igual forma.

Me dirigí hasta al baño cuando ya las lágrimas amenazaban en salir a la luz. Cuando entré al lavabo me di cuenta que habían chicas adentro, maldije nuevamente para mis adentros, pero entonces sentí alivio cuando noté que eran Charlotte y Aria las que estaban frente al espejo.

—¡Oh! Allí esta nuestro pequeño saltamontes, te estábamos buscando...¿Dónde estuviste?—dijo Charlotte acercándose y Aria la siguió.

Entonces ella cambio su expresión feliz del rostro a una de preocupación. Ella notó que yo estaba apunto de llorar.

—¿Adam verdad?

Yo apenas asentí y mis lágrimas brotaron de mis ojos, ella me rodeó con sus brazos y yo recosté mi cabeza de su hombro mientras sollozaba. Por detrás pude sentir como Aria se unía al abrazo.

—Es un imbecil—dijo Aria enfurecida—, no te merece.

—Yo no me lo merezco—dije con voz débil.

—Oye basta te echarte la culpa—empezó a decir Charlotte—, si el esta molesto contigo es porque se le da la gana. Pero tu no haz hecho nada malo, tu siempre evitas a Lucas y además ayer le diste hasta un puñetazo cuando peleaba con tu novio. No cualquier chica es como tú. Michelle eres grandiosa y super bella, creó que si el no se da cuenta de quién tiene a su lado, deberías dejarlo....

—Es cierto pequeño saltamontes, creo que no te esta mereciendo—dijo Aria.

—Después de estos cuatro meses junto a él no quiero dejarlo, todo este tiempo por fin he sentido que es el amor. Por fin cedí a entregarme a alguien, si Adam y yo nos separamos, siento que no volveré a estar con ningún otro chico porque temería a que me lastimen de nuevo—dije.

No FeelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora