Capítulo 13.

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─ ¿Yugi? ─ Llamó Yami al no sentir el pequeño y delgado cuerpo de su novia, mirando a todos lados. Percatándose que todo estaba hecho un desastre.

Se puso de pie con la intención de salir, pero al meter sus manos en los bolsillos notó una tela extraña. Al sacarla se dio cuenta que era una de las prendas de Yugi, su ropa interior. Negó riendo volviendo a guardarlas en el mismo lugar.

No quería ni saber como habría conseguido aquella ropa de Yugi, seguro acabaría riéndose de sí mismo por ser tan tonto.

Fue hacía su habitación pero no había ni un rastro. Nuevamente el entrecejo de su cara intensifico más, todavía confundido.

─ ¿Dónde habrá ido?

Salió de la habitación para ir a buscarla, pero antes de eso Bakura apareció en la puerta, con un bolso similar al de su novia.

─ Sí que sabes como controlar tus borracheras. ─ Espetó el albino lanzándole dicha bolsa a Yami quien la atrapó con una mano.

Le dirigió una mirada fría, conocía exactamente como era Bakura. Era esa clase de chico que se follaba a todo mundo, importándole poco si era mujer o hombre.

Sólo le interesaba un buen polvo.

Sí este bastardo tocó a  MI Yugi, juro que lo voy a madrear.

─ ¿Cómo la conseguiste? esta mochila es de...

─ ¿Mutou? lo sé, fue a mi habitación a ver a Ryu.

─ ¿Ryu? ─ Musitó aún más confundido. Pero al recordar que ella tenía una amistad con aquel chico se relajo. ─ ¿A que fue?

─ ¿Y crees que tengo puta idea acaso? sí que te estas volviendo más imbécil con la bebida.

Yami ignoró aquel comentario empujándolo sobre su hombro para salir, ya que le impedía el paso. Pero Bakura lo tomó del brazo con brutalidad.

─ ¿Qué quieres?

Espetó sin mucha paciencia, tenía que encontrar a Yugi mientras que Bakura sólo  estaba molestando.

─ Necesito, hablar contigo de algo.

Murmuró el albino, para que nadie escuchase. Ya que había aún alumnos merodeando por el pasillo. Unos le dirigían la mirada al tricolor, por su escandalo de hace unas horas.

 El pasó por alto sus miradas de burla dirigiéndoles una aún más frívola y superior a la de ellos. También tenía una reputación de chico rebelde.

─ ¿Sobre?

─ Aquí no, imbécil. ─ Esta vez musitó, casi quería arrancarle la cabeza. ─ Adentro.

─ No puedo, estoy ocupado.

─ ¡Halakti, por el amor al alcohol que es urgente! ─ Gritó exasperado. Llamando la atención de todos.

Yami resignado y soltando un bufido llevó a Bakura adentro de su habitación, viendo así el desastre que tenía. Bakura río burlonamente.

─ Lo dije, eres un desastre cuando estás borracho.

─ ¿Qué querías? ─ Preguntó impaciente cruzándose de brazos.

Bakura suspiró sentándose en la orilla de la cama, viendo fijamente al suelo. Sin saber como decirle aquel secreto que mantenía oculto desde hace varias semanas.

Yami no tardo en notar que algo andaba mal con su amigo, movía las manos muy nerviosamente. Decidió cortar el largo silencio, pero el albino lo interrumpió.

La Infiltrada. | Book #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora