Capítulo 7

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Domingo, era un día donde podía dormir hasta la hora que quería. Pero Caleb me despertó para que le de algún medicamento por su terrible y supongo que dolorosa resaca. Opte por hacerle ese favor para luego, cuando yo necesite algo él no pueda negarse.

-Por favor rápido.-dijo Caleb agarrándose la cabeza.

-Ya voy.-dije mientras buscaba en la alacena alguna pastilla o algo.

-Siento que me voy a morir.-dijo quejándose.

Caleb era la persona más quejosa que puede haber en el mundo. Se queja por gusto y es peor cuando le duele algo. También es súper exagerado, un dolor mínimo como una pestaña en el ojo puede llegar a ser una fractura para él.

-Caleb no exageres, ya estas bastante grande para hacer estos berrinches.-dije con voz grabe.

-No jodas. Me llamaste viejo?.-pregunto enderezándose y mirándome con reproche en la cara.

-Sí, puede ser.-dije riendo.

-Hay me duele mucho y no estoy viejo.-dijo agarrándose la cabeza nuevamente con las manos.

-Anda a acostarte.-dije mirándolo.

-Ok, voy al sillón. Apúrate por favor.-dijo yendo encorvado hasta el sillón para desplomarse con toda su fuerza y tomando la posición fetal.

-Toma.-dije yendo con un vaso de agua y la pastilla en la otra mano.

-Al fin.-dijo tomándola.

Mi celular comenzó a sonar y mi hermano empezó a quejarse otra vez.

-Atendeeeee, apurate.-grito enojado.

-Hola.-dije riendo.

-Hey hermano.-dijo Alei del otro lado. Su voz se notaba grabe y rasposa, otro más que esta con resaca.

-Que paso?.-pregunte.

-Algo super raro. Viste que ayer fui en la camioneta?.-pregunto con un tono de voz preocupado.

-Si.-dije extrañado.

-Bueno, estaba en perfectas condiciones y ahora cuando la vi, la encontré toda rayada. Tiene los dos costados rayados. Como si la hubieran rajuñado.-dijo.

-Seguro fueron unos chiquitos con un cuchillo o algo filoso.-dije quitándole importancia.

-No creo.-dijo Caleb desde el sillón.

Yo lo mire y note que me estaba mirando completamente serio, como si el dolor hubiera desparecido para dejar paso a la preocupación.

-Vos decís? Es raro.-dijo Alei.

-No sé, la verdad no sé qué decirte.-dije negando con la cabeza.

-Bueno por suerte no me retaron ni nada por el estilo.-dijo riendo.

-Menos mal.-dije contagiándome de su risa.

-Bueno te dejo voy a tomarme algo porque el dolor de cabeza me está matando.-dijo suspirando

-Ok, nos vemos.-dije colgando la llamada.

-Eso no fueron chiquitos jodiendo a las 4 de la madrugada.-dijo mi hermano prendiendo la televisión.

-Y entonces que más pudo ser.-dije elevando el tono de voz.

-No se.-dijo subiendo el volumen de la tele.

-Las clases están suspendidas hasta nuevo aviso. Se les informa que desde hoy habrá toque de queda, no podrán salir por su propia seguridad. A la salida de las clases vespertinas, fueron atacados dos grupos de chicos los cuales fallecieron por desmembramiento. Reiteramos, no habrá clases y comenzara el toque de queda desde las 10 de la noche. Hasta acá las noticias, buenas noches.

Visitantes en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora