Capítulo 27

12 4 0
                                    

Iba caminando por la calle y todo el ambiente era hermoso, las casas de los vecinos, mi casa, las calles llenas de niños jugando, Caleb y yo. Estaba reviviendo este momento en tercera persona y no podía dejar de vernos tan pequeños y llenos de alegría mientras jugábamos con la patineta. Caleb era increíble, sabía millones de trucos y nunca se caía. Yo quise intentarlo pero solamente dure unos pocos segundos sobre la patineta.

-Duele.-dije entre lágrimas.

-Lo sé, pero ya no va a doler más. Te lo prometo.-dijo soplando la herida que tenía en mi rodilla

-Gracias hermano.-dije sonriendo.

El, sin importar nada sin importar mis equivocaciones o fallos siempre me ayudaba, no me regañaba solo se limitaba a sonreírme y decirme que todo iba a estar bien.

-Vamos, que tenemos que ir a comer o si no mamá se va enojar.-dijo Caleb ayudándome a pararme.

-Hermano.-dije alzando la cabeza para mirarlo a la cara. Caleb siempre fue más alto y fuerte que yo, por eso y por muchas cosas más lo admiraba.

-¿Que pasa enano?.-pregunto riendo.

-Cuando sea grande quiero ser como vos.-dije decidido.

-¿Qué? No.-dijo enarcando las cejas.

-¿Porque no?.-pregunte decepcionado.

-Porque vos tenes que ser vos mismo Chris, sos la mejor persona que conozco y te aseguro que cuando seas grande vas a ser genial, todas las chicas van a estar detrás de ti.-dijo Caleb riendo.

-¿Qué? No, son muy raras y tienen piojos.-dije negando con la cabeza frenéticamente.

-Si tenes razón hermanito.-dijo despeinándome.

Lentamente me desperté, pero no quería abrir los ojos, no quería, sabía que no estaba allí con mi hermano jugando y riendo, estaba en esta pesadilla y no quería afrontarlo. Lo necesitaba, necesitaba la vida de antes. Lentamente abrí los ojos con la esperanza de que todo fuera un mal sueño, pero vi el techo desgastado y la depresión, impotencia y tristeza cayeron sobre mí.

-Caleb.-grite desesperado con lágrimas en mis ojos.

Recorrí con la mirada toda la habitación y no estaba, él no estaba para decirme que todo iba a estar bien.

-Caleb, te necesito.-susurre apretándome el pecho con la mano para tratar de aliviar esas puntadas en mi corazón, ese dolor intenso. Pero no serbia, nada serbia.

Lentamente me levante de la cama y con pesadez me vestí, el dolor en mi estómago seguía ahí presente pero estaba tan muerto por dentro que ya ni lo sentía. Me coloque la máscara, abrí la puerta y me dirigía al cuarto de Gotham cuando note a Cel hablando alegremente con Ría, yo pase por al lado de ellos sin intención de hablarles.

-Hey, Kram.-dijo Ría.

-Kram.-dijo Cel levantando una mano indicándome que vaya con ellos.

Yo solo me limite a pasarlos por alto y seguir mi camino, no tenía ganas de hablar con nadie, iba a tratar de aligerar las cosas con Gotham para irme un rato de este lugar.

-¿Y ahora qué le pasa a este?.-pregunto Cel.

-No sé, no lo molestes se puede enojar.-dijo Ría regañándolo.

-Gotham.-dije tocando la puerta.

-Pasa.-dijo desde adentro.

Abrí la puerta y me adentre en la habitación, él estaba sentado escribiendo algo en una carpeta y sin despegar la mirada de allí, hablo.

Visitantes en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora