Capítulo 17- Situación crítica

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~5 de abril del 6036~

Habían pasado varias horas desde que habían llegado a la casa de Julián, Tree, Leonardo y sus padres. Damián había caído inconsciente y no había despertado aún. Tenía fiebre muy alta y se revolvía entre sueños por culpa de las continuas pesadillas que lo acechaban. Por mucho que intentaban, no eran capaces de bajarle la fiebra o calmarle. Se estaban comenzando a desesperar y no sabían cómo encontrar el colgante de Damián. Daniella era la que estaba más estresada y sufría pequeños ataques de pánico cada cierto tiempo. La madre de Leo intentaba tranquilizarla, pero era algo inútil.

–¡Leandro, esto es culpa tuya! ¡¿Por qué no te notaste que Universo había entrado a robar?!– le reclamó la princesa.

Leandro no respondió porque sabía que discutir con ella no serviría para nada. La chica no era consciente del todo de lo que decía o pensaba y prefería no meterse en problemas. «Dos no pelean si uno no quiere" se recodó mentalmente.

–Daniella, por favor, relájate– pidió Andrés con dolor de cabeza.

–¡¿Cómo quieres que me relaje?!– gritó escandalizada.

–Al menos baja el volumen– sugirió Fabián empezando a hartarse del comportamiento de la chica–. Vas a acabar dejándonos sordos.

Daniella gruñó con rabia y subió al cuarto donde descansaba Damián. Los demás suspiraron aliviados, ahora podrían planificar el cómo encontrar a Universo.

–Si no encontramos el colgante en los próximos tres días, Damián... morirá– informó Marcos preocupado.

–Pero nadie sabe dónde está la base de Universo– comentó Tim desanimándose–. Y nos llevaría semanas recorrer todo el reino.

–Puedo intentar usar mi poder– ofreció César.

–La base puede estar en el reino de la Tierra, también roban allá– dijo Donatello.

–No estamos lejos del reino de la Tierra. Puedes buscar aquí y, si no está, vamos al reino de la Tierra y buscamos allí– propuso Román.

–Es buena idea– secundó Leandro–. Tampoco es que tengamos más opción...

–¡Chicos! ¡¿Escuchasteis las noticias?!

De repente apareció Leo junto con Tree. El chico estaba muy alarmado y parecía que había recorrido todo el pueblo a correr para llegar hasta ellos.

–¿Qué noticias?– preguntó Andrés con curiosidad.

–Al parecer... el reino de la Electricidad tiene... nuevo sucesor– intentó explicar entre jadeos de cansancio.

–¿A qué te refieres?– cuestionó César extrañado.

–La princesa Sarah... murió ayer por... por la mañana. Ahora gobernará su... hermano menor.

Se hizo un silencio sepulcral en la habitación. Todos miraban a César con compasión y preocupación. Algunos sabían lo doloroso que era perder a una persona a la que le tienes mucho cariño y sabían como se sentía el príncipe.

–¿M-Murió?– repitió sin poder creerlo aún.

Su hermana mayor había fallecido el día anterior por la mañana. ¿Y él se enteraba al día siguiente casi al mediodía? Le había prometido estar con ella hasta el final, hasta que muriera. Pero la abandonó para poder vencer a una diosa del tiempo y no pudo cumplir su promesa. «¿En qué estaba pensando? ¿Vencer a una diosa? ¿En serio? Debí haberme quedado en el reino de la Electricidad, junto a ella. Pero debí hacerles caso a Adelaida, Damián y Andrés, ¿verdad? Soy un estúpido» se lamentó aguantando las ganas de llorar.

Hijos de la Naturaleza:RevoluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora