maratón 1/4
Michael entrelazó su mano con la de Leigh; amaba hacerlo, porque tenía una mano pequeña y suave. Ella sonrió y ese cosquilleo involuntario la recorrió otra vez.
Hacía días que lo venía sintiendo y estaba asustada; porque sabía lo que significaba y no quería que sucediera.
Por su lado, Michael sintió que sus manos encajaban perfectamente. Y sonrió, porque no lo asustaba comenzar a sentir cosas de nuevo por alguien. Aunque tenía sus dudas, porque era Leigh, su mejor amiga.
Cuando vió a la chica con la que compartió muchos meses juntos de la mano de aquel tipo, cuando sintió su corazón hacerse más pequeño y frágil, no podía entender como superas a alguien que te hizo feliz durante mucho tiempo.
Pero esa misma noche, mientras se dedicaba a observar el techo de su habitación, se puso a pensar y sacó dos conclusiones: o nunca fue feliz con él; o sólo se quedó con un hermoso recuerdo para comenzar otra etapa.
