Capítulo 9 - La curiosidad mato al gato

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Esos ojos que tiene fijos sobre su cuerpo son demasiado intensos, Kyungsoo desvía la mirada incómodo también por él silencio. Sabe que tiene las mejillas sonrojadas por lo que se muerde el labio inferior mientras comienza una lucha interna. Jongin no se ha movido en lo absoluto y él ya no sabe qué hacer. Justo como si leyera su mente, la voz de Jongin le alcanza haciendo que vuelva su mirada hacía él.

-La otra noche, dejaste tu chaqueta en mi habitación... Puedo dártela ahora.

Jongin se ve tan nervioso e indeciso como él, saber que no es el único en aquel estado emocional le alivia un poco. Sonríe y asiente ante la propuesta del chico, siguiéndolo mientras hace su camino dentro de la casa. Internamente ríe de sí mismo cuando recuerda que mientras estaba en su habitación, justo antes de decidirse por ir hasta allá, se había recordado que si las cosas salian mal, siempre podía poner por excusa el hecho de solo haber ido a buscar su chaqueta. Solo que en cuanto estuvo frente a Jongin, se olvidó de todo esto.

Sigue los pasos del menor, manteniéndose a su espalda mientras caminan dentro de la casa, está tan perdido en sus pensamientos que no nota que está siendo observado por un par de ojos curiosos y divertidos. Se detiene un instante observando a su alrededor, de igual forma los pasos lentos de Jongin no lo dejarán atrás ni aunque se detuviera por varios minutos; es entonces cuando su mirada nota la presencia de dos hombres, su primera reacción fue hacer una reverencia a modo de saludo.

-¡Hola!... de nuevo ¿Kyungsoo, cierto?

Asiente con la cabeza mientras aquellas palabras le hacen recordar que el primer día que visitó aquel lugar junto a los amigos de Jongin, le había tocado presentarse a sí mismo frente a la mirada curiosa de aquel hombre, se había sentido tan avergonzado por el simple hecho de ser un desconocido invadiendo la privacidad de otros sin ninguna clase de consentimiento, en ese instante el sentimiento era casi el mismo. Lo curioso ahora era ver a Jeong quien se suponía era el papá de Jongin, sentado en el sofá, abrazando a otro hombre, quien por cierto tenía su intensa mirada de escrutinio sobre el cuerpo de Kyungsoo, era de lo más aterrador...

-¿De dónde se conocen? - pregunta Jongin con sorpresa un par de pasos más allá.

-Cuando llegó en estos días con los chicos - responde el hombre.

-Ah...

-¿Y yo, no existo? - las palabras de Hyesung son un reclamo a toda ley, Jeong ríe abrazándolo un poco más.

-Claro que sí, cariño - abre sus ojos bien grandes en una señal hacia Jongin para que comience a hablar mientras que su pareja se cruza de brazos.

Jongin ríe nervioso. ¿Por qué tiene que pasar por esos momentos incómodos? ¡Ah! sus padres son de lo peor. Se aclara la garganta - Kyungsoo, él es mi papá, Hyesung.

-Un gusto - hace de nuevo una inclinación antes de dar un paso hacia Jongin y murmurar - ¿Creí que tu papá era el otro? - no comprende la mirada que recibe de Jongin tras su pregunta, pero para su mala suerte es escuchado por lo que recibe respuesta por parte de aquel señor que sigue mirándolo como si él hubiera hecho algo malo.

-Ambos somos sus padres. ¿Algún problema? - Hyesung alza una ceja hacia el chico, Jeong ríe a su espalda mientras que Jongin abre su boca con indignación.

Kyungsoo por su parte, permanece inexpresivo y sereno como hasta el momento, negando con la cabeza en lugar de usar palabras para responder. Su mente es otra historia, está hecha un caos, llena de preguntas y conjeturas extrañas que van apareciendo aquí y allá.

-Bien. Iremos a mi habitación, debo entregarle unas cosas a Kyungsoo...

Jongin prácticamente arrastra al mayor, más que nada porque quiere librarse de sus padres y sus actitudes extrañas. Durante todo el rato no ha dejado de observar las expresiones de Kyungsoo en busca de algún indicio, de algún sentimiento negativo por lo que acababa de pasar, sabiendo la resistencia que el mayor tenía, sentía cierto temor de asustarle con la relación de sus padres. ¡Pero el jodido chico le daba por ser totalmente inexpresivo en ese instante! ¡Qué desesperación tan grande!

NEGACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora