¡Buenos días a todos!^^
En primer lugar quería pedir disculpas por tardar tanto en subir un nuevo capítulo. Tenía ganas de seguir pero he tenido unas vacaciones ajetreadas y me ha sido imposible. Ahora he retomado Wattpad con la ilusión y las ganas renovadas. Espero que os guste este nuevo capítulo, es una avanzadilla de todo lo que va a pasar a partir de ahora en esta Universidad. ¡Solo diré que la sangre y el misterio volverán a correr a sus anchas! Y quién sabe...a lo mejor hay algún que otro romance ;)
Este capítulo se lo dedico a una amiga de estos lares, esperando que le guste y agredeciéndole mucho su apoyo.
¡Un abrazo muy fuerte!
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–¿Ámbar estás bien? Cualquiera diría que has visto un fantasma.–Julietta contempló alarmada el níveo rostro de su amiga. Los cálidos ojos marrones se salían de las órbitas y sus carnosos labios estaban fruncidos.
–Sí, todo bien.
–Et la noir femme?–Inquirió Adrianne, intuyendo que la insana expresión que adornaba las facciones de su amiga eran producto de la conversación con Rosa.
–Es una persona...especial.–Suspiró Ámbar.–Lo está pasando muy mal con todo esto. Pero...–De pronto enmudeció. No estaba segura de querer contarle a sus compañeras los detalles de su conversación con la chica gótica. Al fin y al cabo, le había confesado cosas íntimas. Si se hubieran cambiado de lugar, estaría segura de que no querría que la persona en la que había depositado su confianza difundiera sus confesiones.
–¡Oh Ámbar!.-Protestó Julietta.– Cuéntanos de que habéis hablado.
–Oui oui!.–Se sumó la francesa, con la curiosidad refulgiendo en su hermoso rostro.
–Son cosas privadas chicas, no se si...
–Ámbar,conozco a Rosa desde hace tiempo. Seguramente muchas de las cosas que te estás guardando ya las sepa.
–Esa treta es demasiado poco sutil, Julietta.–Sonrió Ámbar.–Me esperaba algo más sofisticado de ti.
–Venga mon poussin,cuéntanos un poco.–Adrianne puso cara de cachorro abandonado, plegando sus labios perfectos en un adorable puchero. Ámbar suspiró y finalmente, acabó cediendo. La verdad era que su encuentro con Rosa la había desconcertado. No estaba segura de si la chica tenía pleno uso de sus facultades mentales. Que no supiera diferenciar entre el presente y el pasado era realmente preocupante. Y eso sin contar la parte en la que había afirmado la existencia de almas encadenadas a la Universidad... un desagradable escalofrío recorrió el cuerpo de la chica.
–Bueno, echa de menos a Shin...
–¡Oh vamos!.–Bufó Julietta.
–Déjame terminar spaguetti.–Protestó Ámbar, utilizando el apodo que su compañera tanto detestaba. Esta, como venganza, le lanzó uno de los cojines a la cara.
–Estos españoles...realmente sois todos muy poco originales. Vas a tener que seguir contándome para que te perdone esta ofensa.–Suspiró, haciendo un dramático gesto.
–Estoy de acuerdo con la femme fatale.– Rió Adrianne. Ámbar ignoró a las dos chicas y se quedó mirando la pared, pensativa.
–Es realmente curiosa.
–¿La femme fatale?.–Preguntó Adrianne,confundida.–No te creas, es como todos los italianos. Entre lasañas y pizzas la noirriture est trés délicieux pero en todo lo demás los franceses somos claramente superiores.–Antes de que Julietta pudiera replicar, Ámbar interrumpió la infantil disputa.
