Intruso al despertar

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NARRAS TU:

Estaba dolorida. Mi cuerpo entero palpitaba, protestando por mi desvelo. Los músculos de mis piernas estaban tiesos y ardidos, mis brazos y hasta mis pechos estaban doloridos.
...
—Abre los ojos, __________[tn]. Tenemos que quitar el invasor y necesitas un baño caliente. —La voz de Kris era firme, no tolerando ningún rechazo.

Mis ojos se abrieron & mi cabeza giró hacia él.

— ¿Dejaste esa cosa dentro de mí? —dije entre dientes con incredulidad.

Kris arqueó una sola ceja.

—Tu trasero era estrecho, ____________[tn]. Necesita acostumbrarse a estirarse antes de que ser capaz de tomar mi miembro ahí.

Mi corazón empezo a latir aceleradamente viendo como a Kris se le formaba una sonrisa en su rostro.

—Ve al cuarto de baño, luego regresa aquí. Si intentas quitarlo tu misma, te ataré otra vez y te dejaré allí el resto del día.

—Sácalo primero –dije yo en cambio.

Kris sacudió su cabeza. –Haz como digo, ___________[tn]. Tengo una razón para mis demandas, nena.

Fruncí el ceño, pero sabía que no quería experimentar la tortura de estar atada y babeando de necesidad. Y sabía que Kris me haría babear. Me torturaría, luego me abandonaría para que sufriera en mi excitación. Yo no estaba lista para correr ese riesgo aún, no después de anoche.

Entonces me levanté de la cama, y caminé con cautela hacia el cuarto de baño. Después de aliviar mi necesidad más apremiante, cepillé mis dientes y lavé mi cara, luego regresé al dormitorio. Mi estómago era un nudo de nervios, preguntándome como planeaba Kris seguir con la sensual tortura que había comenzado la noche anterior.

—Sobre tus rodillas. —Él cabeceró hacia la cama, estaba de pie al lado mio, desnudo y luciendo una erección que parecía un arma.

Su miembro era el más grande que alguna vez hubiera visto, casi tan grueso como su muñeca, con una hinchada y brillante cabeza que hacía mi boca agua al verlo.

Fui a la cama, asumiendo la posición que sabía que él quería, temblé mientras su mano acariciaba los cachetes de mi trasero. Sus dedos recorrieron mi trasero hasta que él agarró el invasor anal, tirando despacio, con cuidado, liberándolo de mi trasero.

—Quédate quieta —me ordenó antes de que yo pudiera moverme. —Bajo tu gabinete hay algunas provisiones personales que compré para ti. De ahora en adelante las usarás siempre que yo te diga de hacerlo. ¿Entendido?

—Sí –susurré, sintiendo arder mi feminidad, humedeciéndose mientras él pasaba sus manos por mi trasero.

—No voy a penetrarte ahora porque para ser honesto, no creo que pueda mantener mi miembro fuera de tu trasero. Pero necesito el alivio, nena.- La voz de Kris sonó ronca pero comprensiva, sabia que su miembro iba a doler al entrar en mi pero para eso debo estar muy preparada.

Kris se movió alrededor de la cama, girándome para quedar enfrentados, su miembro apuntando hacia mi boca, me lamí los labios & los abrí mientras la cabeza púrpura golpeaba contra ellos. Escuché su fuerte gemido mientras yo cerraba los labios alrededor de su miembro, tomándolo, abriendo mi garganta para esos últimos centímetros posibles.

Una de las manos de él agarró su miembro, para asegurarse de no darle más de lo que yo podía tomar. El agudo borde de dolor me hacía apretar mi boca alrededor de su miembro, mi garganta trabajaba sobre la cabeza en tanto él gritaba de placer. Kris no estaba dispuesto a prolongar su propio placer esta mañana. Empujó dentro y fuera de mi boca con golpes profundos y duros, manteniéndome quieta mientras él gemía repetidamente ante el placer que yo le daba. Entonces, Sentí su miembro sacudirse, palpitar y luego su esperma llenando mi boca mientras él gritaba su liberación.
Kris respiraba con fuerza cuando se retiró de mi boca, su miembro todavía estaba erecto, todavía listo para mi, pero él no hizo nada más.

—Ve a bañarte, ___________[tn], antes de que haga algo para lo cual ningún de los dos está listo. Ven abajo para desayunar cuando hayas terminado.

Me levantó, mirándolo luchar por controlarse.
...
— ¿Esta Papá en casa? —pregunté.

—No aún —él sacudió su cabeza. —Él regresará la noche antes de la fiesta. Eres mía hasta entonces, ___________[tn]. ¿Puedes manejarlo?

Mis ojos se estrecharon ante su tono de voz, sugiriendo que yo no podría.

—Puedo manejarte cualquier día de la semana —. Condenada mi boca, gemí ante las palabras que brotaron de mis labios.

Mis labios se torcieron. Ambos nos conociamos mejor.

—Veremos —. Kris asintió con la cabeza. —Ve a bañarte. Te dejaré lo que quiero que lleves esta mañana. Han dado a los criados el resto de la semana libre, así que seremos solamente tú y yo por un tiempo.

mordí mi labio al imaginarme esta sola con él, pero no estaba segura si eso era algo bueno o no.

—Ve —. Me indicó la puerta del cuarto de baño. — Ven abajo cuando estés lista.


* * * * *


Una hora mas tarde bajé por la escalera espiral, con los pies desnudos y vistiendo más ropa de la que yo pensó que él le dejaría para mi, pero decididamente menos de lo que yo querría llevar puesto. El negligé largo, de seda me hacía sentir sexy, femenina. Cubría mis pechos, pero estaba cortado lo suficientemente bajo para que si él los quería sacar, no tuviera ningún problema. No había pantis incluidas, pero la seda negra escondía ese hecho.Yo habría estado incómoda vistiendo algo que me trasluciera.

Su nota había dicho que lo esperaría en la cocina, y allí estaba él. Vestido con pantalones de gimnasia y nada más, su espeso pelo castaño todavía estaba húmedo, y parecía más sexy que lo cualquier hombre tenía derecho a parecer. Y él me estaba sonriendo. Incluso sus ojos estaban llenos de una expresión perezosa, cómoda mientras él colocaba dos platos de huevos, tocino y tostada al lado de tazas llenas de café.

—El desayuno está listo, llegaste justo a tiempo —.Kris sacó su silla, indicando que yo debería sentarse.

Tomé mi asiento con cautela, el dolor de mis músculos estaba mucho mejor, pero mis muslos y trasero todavía estaban sensibles.

— ¿Adolorida? —. Él posó un beso sobre mi hombro desnudo, produciéndome una sacudida de sobresalto.

Giré mi cabeza, alzando la vista hacia él mientras se enderezaba y se dirigía a su propia silla.

—Un poco —.aclaré la garganta.

—Se volverá más fácil –me prometió. —Ahora come. Hablaremos más tarde,
después de que hayas terminado.

El desayuno, a pesar de mis dudas iniciales, estuvo lleno de risas. Kris era agradable y su humor fácil comenzó a mostrarse. Su ingenio árido me mantuvo riendo ahogadamente y el malvado brillo en sus ojos mantuvo mi cuerpo crepitando, anticipándome lo que vendría, rogando que me penetrara. Mientras mas tiempo él esperaba, más caliente me ponía . No sabía si lo soportaría mucho más tiempo.

Finalmente, después de que los platos estuvieron limpios, él me dirigió por la casa hasta la cómoda sala de estar. Un fuego crepitaba en una esquina del cuarto donde un gran colchón de almohadas había sido puesto.

—Siéntate, tenemos que hablar —. Él me situó sobre el colchón, luego me hizo recostar sobre mi espalda mientras él se situaba al lado mio.

—Mira, no tengo muchas ganas de hablar —dije frustrada. –Cortemos la persecución aquí, Kris. Hay cosas que evidentemente me gustan, que tú disfrutas haciendo. No quiero hablar sobre ello. Solamente hacerlo.

levanté la mirada hacia él, estrechando mis ojos, advirtiéndole que yo también tenía mis límites.

Él solo apoyó la cabeza en su mano, respetándome con una expresión curiosa


La Tentación •megaHOT• TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora