¿Un Trio?

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me quede de pie, inmóvil y silenciosa, mientras permanecía frente a él al otro lado de la habitación. Los ojos de él, de un brillante color y llenos de picardía, me observaron atentamente. Finas y negras pestañas enmarcaban las brillantes esferas,Sus labios eran anchos, y podían estar llenos y sensuales o finos por la cólera. Ahora, él parecía simplemente curioso.
Sus brazos estaban cruzados sobre el pecho, sus tobillos cruzados mientras se apoyaba en el respaldo de un sofá a cuadros, de tal manera que estaba enfrentado pero lejos de mi.

— ¿Dónde está mi padre? —pregunte, luchando contra mi excitación y mis propios deseos irrefrenables.

—Tuvo una demora. Espera, quizás, estará en casa mañana —dijo él quedamente.

— ¿Quizás? — acalle apenas el temblor en su voz.

—Quizás —él se irguió de su postura perezosa, observándome con una intensidad que le estrechaba los ojos, que me hacía tener los pechos y mi feminidad latiendo. Maldito fuera él por el efecto que tenía en mí.

— ¿Y no me lo podría haber dicho él mismo? —cuestione nerviosamente, mirándolo avanzar hacia mí, decidida a mantener mi posición.

—Estoy seguro que él llamará, eventualmente —la voz de Kris era lenta, se arrastraba perezosamente, espesa por la tensión y la excitación.

Hice todo lo que pude por mantener mis ojos en la cara de él, en lugar de permitirles descender para ver cuán grueso se había puesto el bulto en sus pantalones.

— ¿Entonces te alistaste como voluntario para el comité de bienvenida? —yo estaba jadeante, y supe que él lo podría oír en mi voz. Los ojos de Kris se oscurecieron con el conocimiento, haciendo que mi latido se intensificara aún más.

Kris se acercó sin detenerse, hasta que sólo estuvo a unos centímetros de mi, podía hasta sentir el calor de su cuerpo, haciéndome sentir un hormigueo en mis terminaciones nerviosas. Era alto, mucho más ancho que yo & me provocaba una sensación a la vez amenazada y segura. La sangre corría por sus venas mientras yo trataba de darle sentido a los poderosos sentimientos que estaban atravesando mi cuerpo y su mente. Dos años había pensado en él, había luchado con la tentación que él representaba y el ardor que inspiraba.

—Siempre estoy aquí para darte la bienvenida, ______[tn] —él sonrió, esa lenta rareza de sus labios que hacía que los músculos de mi estómago se tensaran—. Pero tengo que admitir, estaba más que ansioso después de hablar contigo ayer.

Mi cara llameó, haciéndose eco de mis gemidos y mi lucha por respirar a través del clímax susurrado directamente a mi mente. La voz de kris, ronca y profunda, áspera por su propia excitación y luego por su propio clímax, me incitaba.
Trague saliva mientras me mordía el labio en nerviosa indecisión. ¿Le extendería la mano? ¿O debería escaparme de él?

—Perro acosador —masculle, más enojada consigo misma que con él.
Él se rió ahogadamente, alargando su mano para tocar mi carne desnuda de mi cuello.

—Veo que sigues tan espinosa como siempre —dijo él con una vena de diversión en sus ojos que se iban oscureciendo—. ¿Serás tan ardiente en la cama, ______[tn]?

— ¡Cómo si te lo fuera a decir! —escupí.

—Hmm, tal vez podrías mostrármelo —sugirió él, su voz sedosamente suave y caliente.

Solo temble ante la cualidad baja y seductora de su voz. Ésta viajó a través de mi cuerpo, tensándome el sexo, haciendo que mis pechos se hincharan y mis pezones se endurecieran en anticipación. Todo mi cuerpo se ruborizó, caliente. Entonces el aliento quedó atrapado en mi garganta. Las manos de kris se movieron, el dorso de sus dedos la acariciaron, dejando un rastro de fuego en la parte superior de mis pechos que subían y bajaban.
—Eres...Mía —susurró.

mis ojos se ensancharon ante la nota posesiva en la voz de él—Creo que no, No le pertenezco a nadie, kris. Mucho menos a ti.

¿Entonces por qué estaba mi cuerpo gritando en negación? podía sentir los desnudos labios de mi vulva mojándose a medida que mi cuerpo se preparaba para ser poseída por él. mi piel hormigueaba, mi boca se hacía agua al pensar en su beso.

—Toda mía —gruñó él mientras un botón se deslizaba, libre del frágil amarre sobre mis pechos palpitantes—. Sabías que no habría manera de que me mantuviera alejado después de oírte llegar al clímax al son de mi voz, _______[tn]. Sabías que no te dejaría ir.

—No tienes otra opción que dejarme ir —le informe, sintiendo la trepidación de los dardos que la atravesaban desde la intensidad repentina de los ojos de Kris.
Los dedos de él acariciaron mi redondeada curva de mi pecho, su expresión pensativa mientras bajaba los ojos hacia mi.

— ¿Por qué peleas conmigo, ________[tn]? —preguntó repentinamente en un tono suave. —Por dos años he hecho todo menos atarte y hacerte admitir que me deseas. Y sé que lo haces. Entonces, ¿por qué luchas contra ello?

—Tal vez quiero ser atada y forzada a admitirlo —dije impertinentemente, ignorando la llamarada de excitación ante el pensamiento. había oído los rumores, conocía las acusaciones que mi propia madre me había acopiado durante años. —Sí, Kris. Yo atada, nada más esperando por ti y uno de tus mejores amigos. Oye cariño, las posibilidades de eso son ilimitadas

— ¿Mi mejor amigo, eh? —él inclinó la cabeza, mirándome con una leve sonrisa.

—Cuantos más, mejor —me aleje de él, negándome el contacto que deseaba por encima de cualquier otro. —Tú sabes cómo es. Una chica tiene que tener alguna clase de excitación en su vida. Puede ser bueno llegar al extremo.

Yo solita iba a cortarme la lengua, me sentía más poseída que en posesión de algo de sentido común por el momento. Tentar a Kris, empujarlo, nunca había sido una buena idea. Lo sabía por experiencia. Pero aparentemente no sabía cómo hacer algo distinto.

—_______[tn] , ten cuidado con lo que deseas —se estaba riendo abiertamente de mi — ¿Has tenido alguna vez en la vida dos hombres a la vez, nena?

— ¿Tiene importancia? —le respondi, algún duendecillo diabólico instándome a bromear, a seducir a modo de devolución presionando el de ella, no obligándola, sino conteniéndola, calentándola.
—No, no importa —él cruzó los brazos sobre su pecho—. Te puedo dar lo que fuera que desees, preciosidad. Si realmente lo deseas. Soy flexible.

NARRA KRIS:

Ya sentía mi miembro latir. Condenada, sabía que ________[tn] no tenía idea de cuán lejos me estaba empujando en realidad. Podía ver la excitación en los ojos de ella, el indicio de ardor sexual, de determinación. _____[tn] no tenía ni la más mínima idea de cuán lejos podía llegar en el terreno sexual. El pensar en atarla, en forzarla a admitir las necesidades de mi propio cuerpo, o las necesidades que yo queria, estaba casi más allá de lo que su autocontrol podía aguantar. El pensar en iniciarla en los placeres, oyendo los gritos de placer de _________[tn] en mis oídos, hizo que mi miembro endureciera hasta el dolor.
Quería que _______[tn] tuviera cada toque, cada experiencia sexual que ella alguna vez hubiera imaginado querer intentar. La quería caliente, mojada y rogando por mi miembro. Quería que ella admitiera sus necesidades, lo mismo que yo finalmente había admitido las propias. Quería a ________[tn], ahora, mañana, para siempre. De cualquier forma que pudiera tenerla, de todas las formas en que ella me permitiera tenerla.

mire el rubor que había subido a sus pómulos de _____[tn], la llamarada de interés en sus ojos que ella apagó. _______[tn] pensaba que era un juego, ingeniosas réplicas de carácter sexual que fácilmente podría poner a un lado más tarde. .
_______[tn] no podía saber, pensé con una hebra de diversión, cuánto disfrutaría yo de hacer ambas cosas con ella. El nivel de dominación que yo poseía era increíblemente alto. Introducirla en ser atada, tomada del pelo, atormentada o emparedada entre mi cuerpo y el de suho...(el otro chico,ya que quiere hacer un trio)

Drásticamente aplaste mi lujuria. Eso de compartirla no sería fácil no ocurriría a menudo, pero había un placer particular en ello que no podía ser encontrado en ningún otro acto sexual. El pensamiento de tener el control total de ella, de su cuerpo, sus deseos, su sensualidad, era un afrodisíaco casi imposible de resistir.

—_______[tn] , no deberías desafiarme —le adverti cuidadosamente. —No sabes lo que estás pidiendo, nena.
Me sentía moralmente obligado a darle una oportunidad, y sólo una oportunidad, para aquietar los deseos rugientes que crecían dentro de mi. En cambio ___________[tn] no sabía, no podía saber, que la sexualidad era parte de mi a tal grado. Una sexualidad y un oscuro deseo que yo había estado dispuesto a amortiguar por ella. Pero su atrevida declaración de que ella podría manejarlos era más de lo que yo podía resistir.

—Tal vez lo sé —. Ame la calidad jadeante de la voz de __________[tn] , la mezcla de miedo y lujuria en su tono de voz era una combinación embriagadora.

—cojeria tu cuerpo , ________[tn] —gruñi, avanzando hacia ella otra vez. — ¿Es eso lo que quieres? Mi mejor amigo hundiéndose en esa apretada feminidad mientras yo empujo dentro de tu trasero. Gritarías, nena.
—Hmm.... —sus rosados labios se fruncieron en un mohín de meditación. —Suena interesante,kris. Pero tú sabes, no permitiría a cualquiera tales privilegios —suspiró ella con pesar. —Lo siento, amorcito, pero aparentemente no estás de suerte.

Oh, ella estaba en problemas. Mantuve su expresión sólo ligeramente divertida, permitiendo a mi dulce ________[tn] cavar su propia tumba.

— ¿Y qué cualidades debe tener un hombre para ser tan afortunado? —pregunte, mientras deliberadamente maniobraba para ponerla contra la pared,
Por un momento, una vulnerabilidad cautivadora brilló en los ojos de ella.

—Algo que tú no tienes —. me preguntó si ella habría percibido la pena en su voz.

— ¿Y qué sería eso, nena? —. Quería atraerla hacia mi pecho, abrazarla, asegurarle que cualquier cosa que ella necesitara, cualquier cosa que ella quisiera, sería suya sólo con pedirlo.

______[tn] se apartó con fuerza de mi, su natural actitud defensiva asumiendo el control nuevamente, ese destello de dolor en sus ojos sobrepasando la necesidad de jugar, bromear conmigo y tentarme.

—Corazón, Kris. Debe tener un corazón —dijo, mordiendo las palabras. —Y realmente no creo que tú tengas uno.

NARRAS TU:

Me marche dando media vuelta rápidamente, la cólera envolviéndome. Eso hizo poco por apaciguar el deseo o el rugiente caldero de emociones que amenazaban con abrumarme. Maldición. Doble maldición. No podía amarlo. No podía necesitar su amor. Dos años de discutir con él, luchando contra sus avances y sus acaloradas miradas, no pudieron haber causado esto.

Senti mi cuerpo temblando, mi pecho agarrotado por las lágrimas. Amar a Kris era imposible. No tenía ninguna oportunidad contra las mujeres sofisticadas y experimentadas con las que él se acostaba habitualmente. Yo las había visto, las había odiado. Saber que él las había llevado a su cama, que las había hecho gritar con su toque era más de lo que yo podía tolerar. Seguramente ellas no lo amaron. Pero yo tenía el mal presentimiento de que lo haría.



La Tentación •megaHOT• TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora