Roxanne
Mi madre me decía que era una chica hermosa, pero también me decía que lo que estaba en mi cabeza no importaba. Que peinara mi cabello, que arreglara mis dientes porque como me veía es lo único que realmente importaba.
Solo un día más, tengo que alejar el dolor, porque tengo que verme bien. La belleza duele, ser considerada hermosa duele. Una tiene que verse bien, no importa lo que sienta, no importa lo que piense, no importa si es inteligente. Si no es linda, no triunfara en la vida.
A la gente le encanta ver cómo nos caemos, uno por uno, y no le importa lo bajo que podamos caer a veces, no les importa. Es mi alma la que necesita ser bella, pero que esta no se puede ver.
Todos me tienen cansada, la perfección que una debe de tener para ser querida, para no estar sola. Es asquerosa. Hacer dietas, nada de azúcar, ser infeliz.
No existe doctor o medicina que pueda acabar con este dolor. El dolor vive dentro de mí y nadie me puede liberar de mi cuerpo. Hacer sonrisas plásticas y no estar contenta de quien eres puede llevarte lejos y puede hacer que te quiebres como un papel. Dejé un espejo roto y los fragmentos de una chica linda y feliz. Pero no hay nada que pueda hacer, el daño ya está hecho.
Cuando estés sola y estés acostada en tu cama la reflexión te hará mirar dentro de ti y te hará pensar: ¿Eres feliz contigo misma? Yo no. Me odio, odio cada faceta de mí. Odio mi cuerpo, mi cara, mis pensamientos, mis sentimientos. Me odio y sé que estoy enferma con la perfección, quien no lo estaría. En esta sociedad, ser perfecta es triunfar.
Cada celebración en mi hogar era una inmundicia, pero la navidad era peor. Mis padres se la pasaban con el celular o en la computadora, y con la única que podía celebrar era con mi hermana. Todo el año me esforzaba en encontrar un trabajo de medio día para poder llegar a estas fechas y aumentar su esperanza, poder darle un regalo de navidad, poder hacerle sentir que estaría todo bien. Aunque ambas sabíamos que todos nos estábamos cayendo abajo.
Había veces que sentía que no podía mas, que necesitaba relajarme. Cuando esto pasaba iba a la playa, a la costa sur. Donde las olas reflejaban el amanecer y donde no se podía escuchar ningún ruido, salvo mis sollozos. Estaba cansada de todo.
Necesitaba ayuda, unas manos protectoras, una persona que me apoyara y que me hiciera sentir feliz. Porque era algo que necesitaba. Llorar parece tonto, pero muchas veces las palabras no pueden expresar lo que las lágrimas si pueden. Tenía que ser fuerte, por Louise, por mi familia. Pero cada día sentía que me volvía de papel.
Las palabras me herían fácilmente, era cobarde, era fracasada, era gorda. Era un asco, una falla en este mundo. Yo tendría que haber muerto apenas nací. La vida siempre me ha odiado. Las personas me hacen sentir que no estoy hecha para este mundo. Hubo veces que intente quitarme la vida, pero no podía hacerle esto a Louise. Ella me necesitaba y yo tenía que demostrarle que todo estaría bien.
(...)
Era domingo, Louise dormía y yo estaba en la costa sur. Veía las olas caer, también veía un chico que estaba muy lejos, pero no le di importancia. No quería que me digiera algo, no quería que alguien que desconozco me hiciera sentir mal también. Era demasiado. Me senté y me puse a respirar tranquilamente. Las fiestas apestaban.
Todos, todo el tiempo, hablaban de lo felices que eran sus fiestas, pero créanme que no para todos eran así. A veces somos olvidados, a veces solemos ser rechazados y por nuestra propia familia, lo que multiplica el dolor por mil.
Vi de reojo como una chica se sentaba también en la arena, quería ir a hablarle, tal vez estaba en la misma situación que yo. Se veía un poco confundida, mire para arriba y el chico no estaba. Escuche un grito de ayuda y me alarme, la chica que estaba en la playa también lo hizo ya que ambas nos miramos frustradas y comenzamos a correr rumbo a esa casa que estaba en la colina en frente del mar. El grito provenía de allí.
¿Qué estaba pasando?
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N/A
¡Felices Fiestas!
Tess.
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Mouths
Teen FictionConoce a Roxanne, a Thomas y a Lisa. Tres adolescentes que sufren, sufren lo que muchos hemos sufrido: depresión, trastornos alimenticios o el simple hecho de la discriminación. Siente como ellos, piensa como ellos. Todos a veces necesitamos ayuda...