CAPÍTULO 1

704 33 3
                                    

Fue aquella mañana de domingo cuando todo empezó a ir mal. Yo estaba tranquilamente estudiando para un examen que tenía al día siguiente, mi madre estaba planchando y mi hermano estaba en su habitación, mi padre había salido a dar una vuelta en bici por aquí cerca, o eso creía yo...
Hace ya unos cuantos meses, a mi tía, le habían diagnosticado cáncer de pulmón por motivos ajenos.
Volviendo a lo de antes, la casa estaba tranquila, no había ningún ruido hasta que llaman a la puerta. Yo, sin hacerle caso, seguí a lo mío intentando descifrar esos apuntes que se les pasaban por la cabeza a los profesores. Mi madre acudió a abrir y mi hermano fue detrás, por un momento todo permaneció en silencio, rápidamente mi madre se acerca cabizbaja, cuando eleva la cabeza se veía como una lágrima se deslizaba por cada centímetro de su tersa piel, se apresura a decirme algo que parecía importante, mientras mi hermano entra corriendo y llorando en su habitación dando un portazo, yo no entendía nada, mi madre por fin lo soltó, mi tía había fallecido, impactada me metí en el baño mientras notaba cómo mis ojos se inundaban de lágrimas, cómo mi cuerpo empezaba a temblar, recordando cada momento con aquella admirable mujer, prometiéndome no olvidarla jamás.

¿Karma o destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora