CAPÍTULO 12

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Definitivamente no tengo nada que hacer. Estoy absolutamente ciega y así voy a acabar. No puedo leer, no puedo escribir bien, no puedo caminar normal... Me siento horrible, al mismo tiempo enfadada con el cazurro que me empujó.
Ese mismo día estaba en casa cuando tocaron la puerta, y con dificultad me levante y fui a abrir. Esperé a escuchar la voz de alguien para identificar quién era.
-Hola -escucho-.
-¿Qué quieres? ¿No te pareció suficiente con lo que me hiciste? Eres un idiota -Sí era el-.
-Vine a disculparme -se escuchó un sollozo- De verdad que lo siento, yo no quería hacerte daño.
Me quedé callada, algo impactada por su reacción.
-Te he destrozado la vida, todo esto es por mi culpa, de verdad, lo siento muchísimo -dijo-.
-Sí, fuiste un idiota -contesté- Pero supongo que te perdono, enfadarme no va a arreglar nada.
-Gracias, muchísimas gracias -me dijo-.
-De nada, podríamos comenzar a ser amigos otra vez, ya no me acuerdo porque nos habíamos enfadado -le contesté-.
-Por supuesto, amigos...
Noté su aliento peligrosamente cerca, se disponía a besarme, pero como la graciosa que soy, giré mi cara para que el chocará con mi mejilla. No le podía ver pero sabía que estaba sonriendo.
-Uy que tonta soy, pasa -le dije-.
Entró y nos sentamos en mi sofá. Pasamos toda la tarde entre risas, anécdotas y algún que otro beso que me robó.
-Creo que ya es hora de marcharme -dice-.
-Que pena -conteste- Bueno, nos vemos otro día.
Le acompañé a la puerta y le di un abrazo. Esta vez él se adelantó y me dio un beso, un beso lento y con amor, y se fue. Dejándome con una sonrisa de boba en la puerta de mi casa. Estuve así casi cinco minutos y cuando me di cuenta, cerré la puerta y me fui a mi habitación, con cuidado de no golpearme con nada. Me tiré encima de la cama y caí en la conclusión que, al fin y al cabo, puede que todo lo sucedido tenga un lado bueno. Quizá no sufra tanto como me imaginé, seguro que me acostumbro, sobretodo teniéndole a él a mi lado, otra vez volvió la sonrisa tonta. Esta vez me tumbe en una postura cómoda y me dormí plácidamente, y por primera vez desde el accidente, feliz.
Lo que me sigo preguntando es, ¿esto que me ha pasado que es? ¿Karma o destino?

¿Karma o destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora