CAPÍTULO 8

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Ya estamos acabando los exámenes finales y cada vez las ganas de que empiecen las vacaciones de verano van aumentando, ya solo quedan dos semanas. Una amiga mía suele decir que tengo mucho "hope" o "hoping" pero en fin, como no voy a tener ganas de que empiecen si son tres meses de sol sin estudio y de diversión, perfecto para olvidar cosas tristes. Lo único es que este es mi último año en el colegio en el que llevo alrededor de 11 años para irme a un colegio más prestigioso, o eso dicen. Prefiero no pensar en eso, lo primero es el verano que viene ya, en unos días y que tengo unas ganas terribles.
Ya pasados los días y los exámenes llega la fiesta de fin de curso. En esa fiesta los de la ESO vamos a la fiesta de la espuma, que consiste en que todos nos metemos en una especie de recinto limitado por vallas y un cañón expulsa espuma hecha con agua y jabón que no pica en los ojos, inoloro, insípido e incoloro. Cuando empieza todo se convierte en un desmadre, los chavales nos cogen a las chicas y nos tiran, literalmente, al suelo para llenarnos de espuma, nos empujamos unos a otros para caer y embadurnarse de espuma. Como ese era mi último año en ese colegio mis amigos decidieron ir a por mí, de repente me veo encima de un montón de brazos, todos me habían cogido, me tiraron y me echaron toda la espuma posible encima, a esto se unió mi hermano y unos amigos suyos para fastidiarme. A parte de esta fiesta también hay unos cuantos hinchables y unos talleres para hacer chapas y llaveros. A la tarde tenemos el festival de bailes y luego ya hay despedida. Salvo algunos que se van a la playa, este año íbamos nosotros para despedirse de mí.

¿Karma o destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora