27. Comenzando la seduccion

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PoV's Narrador.

Ya habían pasado unos días desde la llegada de la hermosa Abigail, que después de un buen rato contando historias de Zoro, se había ganado un puesto como comediante en la desordenada tripulación sombrero de paja, pero no todo era felicidad en aquel lugar, ya que cierto rubio con cejas rizadas estaba con un humor peor cada día... Estaba llegando al extremo que ya no atendía a Bi con su característica sonrisa para con todas las mujeres... ¿Pero cómo no hacerlo? Si esa maldita garrapata no se despegaba ni un segundo de Zoro... ¡Ni un jodido segundo! Siempre era detrás del de cabello verde, abrazándolo y mirándolo como si quiera tener algo más que una simple visita a su cuarto por la noche, y eso ya estaba colmando la paciencia del cocinero que luego de haber analizado bien la situación aunque quería negarlo con todas su fuerzas, ya era algo inevitable: ESTABA COMPLETAMENTE CELOSO, si así era, el amante eterno de las mujeres quería tirar a una desde la torre de vigía (claramente sin lastimarla) y tomar algo que antes le pertenecía pero por estúpido había perdido: Zoro.

- Ya está la comida –dijo con un notable tono molestos en su voz –Apúrense no tengo el día.

Ya todos en la tripulación estaban al tanto de la continua ira del cocinero, hasta Bi, que aun trataba de ganárselo con una dulce sonrisa, pero Sanji solo la recibía con una mueca de odio o con una mirada de "te acercas y te mato" así que por su propia seguridad se la pasaba cada vez más cerca de Zoro y eso irritaba aún más a Sanji.

- ¡Qué mal genio! –dijo divertido Zoro.

Todos los miraron suplicantes, no querían tener que detenerlos de nuevo en una de sus peleas que cada día se tornaba más peligrosas.

- ¡Eso que te importa marimo de mierda! –contesto malhumorado Sanji.

- Realmente en nada –dijo serio Zoro –Solo que me gustaría que cortaras ya el maldito rollo Sanji.

Sin notarlo Sanji suavizo su mirada y dejo salir un sueva suspiro de anhelo, si bien estaba completamente enfadado con la arpía de Bi... con Zoro simplemente trataba de molestarlo para obtener un poco de su atención... ¿en qué momento se había vuelto un jodido acosador? Por el All Blue solo hace unos cuantos días había rechazado a Zoro y ahora luchaba para mantener su vista en él al menos por unos cuantos minutos antes de que llegara Bi y tomara toda su atención de nuevo.

- Ya calmate Zoro –dijo cariñosamente mientras golpeaba suavemente el asiento a su lado –Cualquiera amanece de malas pulgas.

- ¡Claro! –respondió con veneno Sanji -¿Cómo la señorita perfecta no puede despertar mal? ¿Saben qué? Cocinen solos su propia comida... yo iré a darme una vuelta en la próxima isla, Nami ¿Cuánto falta?

- ¿Eh? –dijo ella extrañada de escuchar su nombre de pila –En una media hora... pero no...

- Gracias –dijo Sanji mientras salía de la cocina.

Pudo distinguir la isla... Respiro profunda y silenciosamente, camino al cuarto y saco unas cuantas mudas de roda las coloco en una pequeño maletín, cuando sus cigarros y salió de allí, reviso que estuviera bien sellado su maletín, se quitó la chaqueta y remango su pantalón, miro como sus Nakama comenzaban a salir de la cocina luego de un muy reducido desayuno y Sanji salto al mar.

- ¡Oe! –girto Zoro –Maldito cocinero de mierda, no huyas maldita sea.

Zoro se paró en el borde de la cubierta y salto tratando de seguir a Sanji ¿Por qué hacía semejante idiotez? Era bastante simple, porque había percibido cierto deje de celos en la reclamación anterior, y eso le estaba dando esperanzas, que ya estaban muriendo... pero con esa escenita de celos no pudo reprimir su felicidad y ahora ¡estaba escapando! Eso no pasaría, porque si al menos tenía una mínima posibilidad de gustarle al cocinero pervertido... Bueno digamos que él ahora sería el pervertido.

Sanji no pudo reprimir una risa de triunfo cuando vio al marimo perseguirlo... así que continuo aunque no iba rápido... iba aun ritmo un poco más lento que el de Zoro, dejándole claro que quería que lo atrapara, Zoro se sintió triunfante cuando llegaron a la playa y el cocinero rubio parecía ir lentamente disfrutando del paisaje.

- ¿Si solamente querías estar a solas conmigo, no podías simplemente decirlo?

- Oh, -dijo Sanji con una sonrisa traviesa –Solo quería deshacerme de tu amiga de infancia, ya sabes me da mal sabor de boca que ella nos vea o escuche haciendo algo que no es tan propio de simples Nakamas.

Zoro juro quedarse sin aliento, ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué el cocinero de mierda estaba... seduciéndolo? Miro con cierto deseo la delgada figura del rubio, y su cabello que parecían hilos de oro a la luz resplandeciente del lugar... vio al barco acercándose rápidamente a la isla... Si llegaban perdería la oportunidad de hablar con un Sanji que estabas más que dispuesto a pasar algo de tiempo con él.

- Ya que tanto quieres hablar –dijo Zoro –Espero que podamos hablar a solas.

- Por supuesto –dijo Sanji sosteniendo entre sus dedos unas diminutas bayas plateadas.

Aquella huida poco honrosa para todo un caballero como lo era Sanji, era todo parte de un plan, por eso había aguantado hasta estar los suficientemente cerca de una isla, por eso había insultado a la pequeña enamorada de Zoro para que este lo siguiera furioso, -Aunque bueno resulto ser mejor de lo planeado – Y utilizaría aquellas bayas que había encontrado en la isla de invierno, después de darle a Chopper solo una de esas bayas para que él averiguara de que se trataba, casi grita de la felicidad de saber que era un fuerte afrodisíaco... Algo perfecto para el plan que hasta ahora parecia ir perfectamente.

Ya estaban lo suficientemente lejos de ellos, Sanji sabía que no los buscarían, le había pedido el favor a Luffy –Que al no entender, Sanji desistió y le pidió el favor a su ex amor Law – por lo tanto solo debían esconderse en un lugar en el cual no pudieran encontrarlos por coincidencia, miro de reojo atrás de él para asegurarse que el marimo idiota no estuviera perdido, sonrio al verlo bastante enfrascado en la caminata que estaba haciendo Sanji frente a él... sumado a que estaban mojados, más el hecho de que al parecer cierto rubio estaba completamente determinado que haría despertar aquellos deseos que sabía estaban presentes en Zoro hacia él, porque si y después de tan poco tiempo y de haberse muerto de los Celso durante todos estos días, ya nada haría cambiar de opinión a Sanji... El maldito marimo de mierda solo tenía que mirarlo a él y no importaba si estaba con toda una belleza a su lado, Sanji estaba seguro que a ella no la mira ni con la mitad de sentimientos con los cuales Zoro parece quererse comer al rubio. 


¿Estar contigo, esta bien?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora