28. Porque lo ama tanto

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PoV's Narrador

- ¿Entonces de que quieres hablar? –dijo Zoro con cierta desesperación.

El rubio por fin se dignó a voltear a verlo después de una larga caminata habían llegado a unas pequeñas aguas termales, rodeado de una gran vegetación, y solo se puede acceder por la parte superior, simplemente era perfecto para poder hablar con Zoro.

- Hay bastantes –dijo el rubio quitándose la corbata –Pero realmente solo quiero hacer una cosa.

Zoro trago duro, esa situación tan tentadora, era el mismo rubio que se ofrecía a hacer una "cosa" aunque Zoro realmente tenía en mente varias cosas, hasta al menos dejar ronco a Sanji...

- Tenemos bastante tiempo –dijo Zoro tratando de permanecer calmado –Podemos hacer varias cosas –dijo con clara doble intención –Pero lo que más quiero saber esa aquella escena que hiciste en el barco.

- ¿Esa escena de celos? –dijo clara y directamente Sanji, dejando a Zoro completamente sorprendido -Oh, creí haber sido lo bastante claro Zoro, estaba endemoniada y claramente celoso de que tus ojos se terminen posando en ella.

Zoro estaba con la boca abierta... bueno sabía que el cocinero no era ninguna chiquilla enamorada, pero realmente esperaba cierta vergüenza, aunque claramente podía ver cierto rubor en las mejillas del rubio.

- ¿Siempre fuiste tan desvergonzado? –pregunto Zoro con una ceja en alto.

- ¿Desvergonzado? –dijo Sanji divertido – Mas bien y bastante patético, yo diría –dijo mientras se acercaba lentamente con paso felino a Zoro, toco levemente con su dedo índice el fuerte pecho –Desesperado.

Esto ya estaba demasiado extraño... El rubio nunca diría eso en su sano juicio... miro a los ojos al cocinero, estaban dilatados, su respiración parecía entrecortada y temblaba levemente.

- Sanji –dijo en susurro, el nombrado templo un poco más -¿Qué diablos hiciste?

- ¿Te diste cuenta? –dijo algo avergonzado, se alejó de Zoro y se puso de cuclillas –Mira sé que no soy la mejor opción para ti Zoro, pero es que simplemente, no puedo soportar como ciento que te alejas de mí...

- ¡Me rechazaste! –le reclamo Zoro obviando la situación, no estaba enfadado, más bien curioso.

- Joder ¡Lo sé! –dijo el rubio mirando al suelo – Es que no estaba consiente de todo lo que sentía por un maldito espadachín cabeza de césped, mira a mí siempre me han gustado las mujeres y soy enamoradizo, llego Law con cabeza fría y mirada mordaz y comenzó a verse más amable conmigo y yo mismo me confundí.

Zoro lo miraba entre desesperado e iracundo, ¿Qué quería ese endemoniadamente sexy cocinero de él? ¿Burlarse? Zoro miro de reojo al cocinero, si esto se trataba de una broma... Realmente no importa cuán cruel fuera el rubio con él... Por qué estaba tan perdidamente enamorado que se había sorprendido el mismo más de una vez viendo hasta con adoración la presencia de Sanji, lo miro con resignación, ¿Cuánto tiempo más estaría soportando ese sofocante dolor? Estama comenzando a cansarse de ser siempre visto solo como un segundo plato, para Zoro lo que había dicho Sanji se escuchaba más como "Estoy confundido y tú eres más fácil de conseguir" Y eso dolía, demasiado, pero él no haría nada, porque lo ama demasiado, solo se resignaría, pero debía calmar su mente soltó un suspiro de cansancio y dio vuelta miro las gruesas paredes de matorrales, no era bueno estar demasiado tiempo cerca al rubio y por eso debía encontrarse con la tripulación y hablar con Bi quien se había convertido en su confidente y su apoyo condicional.

- Me voy –anuncio con pesadez Zoro, arrastrando cada palabra con amargura –Cuando ya hayas decidido si jugar o no conmigo habla.

Sanji no quería levantar su mirada, porque no sabía que decir, tal vez ¿si todo fuera un juego Zoro lo aceptaría como una segunda opción? Aquel pensamiento comenzó a crecer peligrosamente mientras Zoro se alejaba rápidamente escalando los hierbajos, Sanji sabía que quería estar más cerca de Zoro; entonces ¿Por qué le dolía tanto saber que estaría cerca de él pero que solo sería la segunda opción? Su conciencia hablo: Por qué hasta ahora te das cuenta de cuanto lo amas; y así fue como la sentencia comenzaría.

-*-

Zoro tenía una respiración acompasada, dormía plácidamente en el regazo de su amiga de infancia, quien mientras acariciaba los cortos pero suaves cabellos de Zoro tarareaba un suave balada mientras la brisa del mar jugaba delicadamente con su largo cabello lavanda, al menos por un instante todos miraron en dirección a ellos, ¿Cómo no hacerlo? Que aunque Zoro fuera un cabezotas se comportaba tan lindo con ella, desde lejos cualquiera podría decir que eran una pareja perfecta... Hasta Sanji lo creyó por unos segundos, pero luego su tono egoísta salió a flote reclamando en silencio y con miradas que aquel peliverde solo le podía pertenecer a él.

- Kuroashi-ya –dijo suavemente el médico de la muerte –Últimamente lo veo bastante... frustado ¿Desea un chequeo?

Sanji lo volteo a mirar mientras cortaba ágilmente unas cuantas zanahorias, lo fulmino con la mirada, no quería una chequeo de cualquiera, en estos momento ¿que no daría por ser la almohada del maldito espadachín? ¿O poder acariciar su cabello sin ganarse una mirada reprobatoria por parte de él? Si, quería un chequeo por cada centímetro de su cuerpo, pero solo lo aceptaría si Zoro fuera el voluntario.

- No quiero nada Trafalgar –dijo cortante Sanji –Solo toma tu café y ve a ver a nuestro capotan, que al parecer no me quita la mirada de encima con ganas de asesinarme.

- No lo haría si no me hubieras besado –dijo divertido Law. Tomo rápidamente su taza de café y le dio un mensajes en señas a su amado "Te amo", Luffy se sonrojo pero aun no quitaba la mirada cautelosa que le daba a Sanji.

- Si, -dijo dolido Sanji –Y no sabes cuánto me arrepiento.

Y era verdad, si no hubiera sido un tonto de haber pensado que estaba enamorado de Trafalgar todo estaría bien, probablemente Zoro se hubiera declarado, él lo hubiera rechazado pero luego –Y con mucha reflexión- Se hubiera lanzado gustoso a esos brazos fuertes y musculosos, ¿Por qué él no recibía aquellos tratos tan refinados y cariñosos por parte del marimo? Ah sí, porque lo había rechazado y ahora era el segundo plato, y eso solo pensamiento le hizo hervir la sangre, si aquella "señorita" no hubiera aparecido, él sería –y con mucho gusto- la persona que recibiera todas esas atenciones del espadachín.

- Ya está la comida –grito efusivo mientras la avalancha de gente entraba a la cocina.

Miro de reojo donde se encontraba la parejita, Abigail miraba con ternura a Zoro y movio lentamente su cabeza el abrió su ojo y le dio una suave sonrisa, el estómago de Sanji se revolvió incómodo y su pecho comenzó a sentirse aprisionado. Miro con odio a aquella mujer que recibía tan dulce mirada de SU marimo, y por un momento fugaz recordó que antes aquella mirada dulce y llena de devoción fue dirigida hacia él y el mismo la rechazo.

- Mierda –susurro Sanji con la mano en el corazón, tratando de aminorar el dolor.

Bi, se comenzaba a levantar dejando tirado a Zoro cómodamente en el suelo.

- ¿Seguro que no quieres nada? –dijo persuasiva Bi.

- Seguro –dijo con pesadez Zoro –Estos días no he podido dormir bien y estoy a gusto aquí, asi que me echare otra siesta.

- Como tú digas –dijo Bi levantándose y percatándose de la mirada de odio acumulado que le dirigía Sanji

Si esto seguía así, y el cocinero de la tripulación, además de ser la adoración de su amigo de infancia, viéndola a ella como una creciente amenaza, ella podía estar en peligro... porque sabía que una persona celosa es lo peor que puede haber


¿Estar contigo, esta bien?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora