Khaled

Capítulo final

Esa noche le pedí al jefe y al verdadero Khaled que se quedaran conmigo hasta que él llegara. La policía llegó 30 minutos después. Al parecer, por más que insistí en preguntarles a todos los empleados y clientes del restaurante acerca de quién demonios era ese chico, nadie conocía al supuesto desconocido con el que yo había estado hablando.

Le pedí a los oficiales que se mantuvieran escondidos para no alejarlo, pero de nada sirvió. "Khaled" no volvió.

EL miedo no me permitió seguir trabajando por más de dos días en ese lugar, aún sabiendo que uno de los oficiales estaría ahí por unas semanas por si algo, o mejor dicho, alguien llegara a aparecer. Renuncié y decidí buscar un empleo alejado de esa zona. Todo en ese lugar me recordaba a él.

Muchos me intentaron convencer de que simplemente habían sido alucinaciones mías causadas por el estrés. Otros repetían que simplemente fue un sueño y otros me sugirieron que sólo fue una broma pesada de algún extraño que simplemente quería acercarse a mí, pero yo sabía que nada de eso era cierto. No sabía el por qué, pero estaba segura que había sido por alguna desconocida razón más.

Tiempo después, cuando desayunaba para ir a la universidad, escuché una noticia en la televisión que me hizo estremecer.

Hace unos días se capturó a un joven de tan sólo 22 años. Al parecer era un chico que padece neurosis y se escapó del hospital cuando apenas llevaba unos meses de tratamiento. No lograban encontrarlo ya que nadie que lo veía parecía darse cuenta de su estado hasta que una de las enfermeras del mismo hospital logró reconocerlo en la calle y finalmente está internado. La principal característica de este sujeto son sus enormes ojos verdes y su cabello largo y oscuro.

El hambre desapareció de pronto cuando pasaron la fotografía del chico en televisión, en busca de alguien que lo conozca o de algún familiar. Dejo el plato sobre la mesa y me dispongo a salir. Justo antes de irme, tomo la mochila vacía que estaba tirada en una esquina de la sala y la arrojo al contenedor de basura de plástico de mi vecina sin que lo note.

Aún no sé por qué la he conservado en todo este tiempo. Supongo que creí que algún día lo vería de nuevo.