¿Con quién carajos tengo una cita?

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- No puede ser cierto lo que me está contando - contestó el jefe mirando las fotos en sus manos - ¿Está segura de que fue Khaled? - preguntó levantando la vista hacia mí. Asentí.

- Bueno pues, no hay más nada que hacer. Llamaremos a la policía y que ellos se encarguen de esta situación. Por lo pronto, le diré a Khaled que venga para hablar con él. Tú no te preocupes, te ayudaré a solucionar esto.

Tomé aire y salí de la oficina. Ahora que sabía todo esto, me sentía increíblemente abrumada y ahora más que nunca necesita un té.

Tomé la jarra de vidrio con cuidado y serví el agua hirviendo en la taza con el sobrecito de té ya en ella. Cuando estaba a punto de vaciar el sobre de azúcar una voz me provocó un enorme susto, haciendo que soltara el sobre. Todo el azúcar se esparció por el suelo.

- Hola - saludó Khaled tras de mí.

Me giré casi temblando hacia él y lo saludé, intentando con todas mis fuerzas parecer lo más segura y confiada que pude haber parecido.

- Oye, este... Yo quería saber si tú habías visto mi mochila por aquí. Hace un rato que no la veo y creo recordar que la dejé aquí cuando hablaba contigo - su tono confuso y su semblante nervioso me extrañaban. Rascó su nuca y mordió su labio haciéndolo parecer solamente un chico atractivo e inocente.

Aunque ahora, por más que lo intentara, al verlo no podía dejar de pensar en las fotografías que él tenía en su mochila de mí. Lo único que podía sentir en este momento al verlo frente a mí era miedo.

- No yo... no la he visto. ¿Ya buscaste en tu casillero?

Khaled me miró en silencio como si la pregunta lo hubiera confundido. Recargué mi cadera en pared que tenía cerca para no caerme. Sentía cada músculo de mi cuerpo alerta.

- Sí, pero no está tampoco ahí. Supongo que no la tienes tú ¿O sí?

Un escalofrío subió por mi espalda. Tenía que pensar en algo o en cualquier momento saldría despavorida por la puerta.

- Por supuesto que no, pero quizás el jefe la tenga. Ya sabes que él toma lo que sea sin avisar. ¿Has hablado con él?

Bravo. Soy una genia. Quizás después le pregunta que si tiene una cámara para sacarme una fotografía mientras trabajo.

- Después le preguntaré.

Khaled comenzó a caminar hacia mí con una enorme sonrisa en el rostro, quería golpearlo pero al recordar cómo quedaron los otros chicos me contuve. Una de sus manos comenzó a acariciar lentamente mi mejilla y yo lo único en que pensaba es que necesitaba resistir, no sabía que tan agresivo podía llegar a ser si se molestaba

- Melanie, después del trabajo saldrás conmigo. Hay un lugar al que quiero llevarte.

Su sonrisa se mostraba amable y sincera, pero lo que dijo parecía ser más una aclaración que una pregunta. Repasé en mi mente diversas formas de negarme, pero ninguna parecía ser la correcta.

- Khaled, me encantaría, pero no puedo salir contigo hoy.

Comenzó a acariciar mi cabello. Con sus grandes ojos verdes examinaba cada fragmento de mi rostro y yo sólo podía suplicar en silencio que no me hiciera nada. Finalmente me soltó y sonrió.

- No aceptaré un no por respuesta. Tú serás mi chica y yo no puedo permitir que te sigas yendo sola en camión a casa. Es muy peligroso.

No pude disimular la cara de sorpresa que mostré. Mis ojos completamente abiertos y mis labios ligeramente separados lo decían todo por mí. Khaled se despidió de mí con un pequeño beso en la mejilla y finalmente salió de la sala de empleados.

No podía creer lo ciega que fui. Durante todo este tiempo he convivido con un lunático sin ni siquiera saberlo. Si me hubiera dicho antes lo de ahora en la forma en que lo mencionó, probablemente lo habría tomado como una broma o quizás hasta me hubiera emocionado, pero ahora sólo podía sentir terror.

Con los ojos llenos de lágrimas por el terror, corrí hacia la oficina de nuevo. Necesitaba saber a qué hora llegaría la policía. Llegué hasta la puerta y sin avisar abrí la puerta para entrar.

- Lamento entrar sin avisar pero es muy importante - comencé.

- Melanie, me alegra que esté aquí. Hace unos segundos Khaled me comentó que esta mochila no le pertenece y que nunca la había visto antes. En otra circunstancias y si fuera otra persona probablemente no le habría creído, pero conozco a Khaled desde hace años y sé muy bien que no está...

- Es mentira. Hace unos segundos se acercó a mí preguntando por su mochila. De hecho dijo que vendría después y se fue sin más.

- ¿Qué? Eso es imposible.

- Escuche, sé que quizás lo conoce desde antes que yo, pero le juro que...

- No, no. No es por eso. Digo que es imposible porque Khaled ha estado conmigo desde que usted salió de esta oficina - Señaló a un chico sentado justo a mi lado. No lo había notado hasta que el hombre lo mencionó. El chico, un poco más joven que yo, me saludó nervioso y después miró al jefe.

- Este chico de que aquí no es Khaled.

- Lo siento Melanie, pero estás equivocada. Este jovencito de aquí es Khaled.

- Mucho gusto, Melanie. Lamento que no nos hayamos conocido antes, pero siempre lucías tan ocupada, no quería molestarte - se levantó de su asiento y me ofreció su mano para estrecharla.

La cabeza comenzó a darme vueltas y cada segundo que pasaba me sentía más mareada. Sentí unas inmensas ganas de vomitar y "Khaled" me ofreció su asiento, el cual acepté porque si no caería desmayada al suelo en cualquier instante.

- Entonces tú... ¿tú eres Khaled? - pregunté sin aliento para confirmar. Él asintió confundido.

¿Quién... quién era...

- Melanie ¿Te sientes mal? ¿Quieres que llame a un doctor? - escuché preguntar al jefe. Me negué y tomé mi cabeza entre mis manos.

Dios mío.

¿Con quién he estado todo este tiempo? ¿Con quién carajos tengo una cita?

KhaledDonde viven las historias. Descúbrelo ahora