Capitulo 4

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Capítulo dedicado a nerea_aseccas .

[Sin editar]

–Hasta luego– me despedí de  mientras bajaba del coche de Alice.

–Hasta mañana–la oí decir antes de cerrar la puerta.

Busqué las llaves en los bolsillos del abrigo mientras el coche arrancaba y se marchaba. Cuando las encontré las introduje en la cerradura y entré, las dejé donde siempre y tiré la mochila por cualquier lado antes de colgar el abrigo en el perchero de la entrada.

Suspiré, había sido un día agotador. Me tiré en el sofá cansada pensando en todo los trabajos y deberes que tenía que hacer para recuperar nota y no perder todo el trimestre.

Cogí el mando de la tele y la encendí esperando ver algo mínimamente decente, pero al no ser así resignada deje algún tipo de reality que ponían. En realidad era perfecto, algo tonto y estúpido que no requería mi total atención; justo lo que necesitaba, no pensar.

Después de un rato de ver como gente se iba de fiesta, se besaban unos con otros y discutían entre ellos por tonterías me estaba empezando a quedar dormida, así que cerré los ojos y dejé que mi cuerpo descansara un rato.

Una niña, un parque y un columpio.

Esas imágenes pasaron a cámara rápida por mi cabeza.

Fue como si tan solo hubieran pasado unos segundos pero en realidad había sido bastante el tiempo que estuve dormida.

El sonido de la puerta me sobresaltó haciendo que me despertara, alejándome de aquel sueño.
Miré hacia la entrada, Ingrid entraba dando un gran portazo; sus comisuras tiraban hacia arriba mientras una gran sonrisa se escapaba de sus labios. Se acercó a mí dando una pequeña carrerilla hasta tirarse prácticamente sobre mí en el sofá.

–¡Hola!–dijo en un chillido agudo.

–¿Qué pasa?–le pregunté confundida mientras me frotaba los ojos aún adormilada; todavía seguía algo atontada por mi siesta y a mí cerebro le costaba procesar un poco.

–¡He conseguido trabajo!–chilló de nuevo mientas reía y aplaudía.

–¿Así? ¿Dónde?–me alegré por ella.

–En el bar, el que está en la plaza del centro.–me explicó.

–Que bien–dije–Y ¿Cuándo empiezas? –volví a preguntar mientras me acomodaba en el sofá.

–Mañana, pero hoy me han estado explicando un poco todo y he atendido algunos clientes.–habló contenta–Pero lo mejor de todo es que al final de la tarde ha venido un chico y... ¡Madre mía! Estaba buenísimo–saltó en el sofá–¡Creo que he encontrado al padre de mis hijos!–chilló cerca de mi oído haciendo que me quejara.

Traté de que se calmara y me contara bien que había sucedido.

–Pues es rubio, con los ojos azules...alto y...simplemente perfecto–su voz soñadora me hacía reír.

–¿Quieres contarme bien que ha pasado? Por favor, no me entero de nada–volví a pedirle una vez más, mientras me levantaba e iba a por un vaso de agua.

–Vale, vale–aceptó–A ver, me estaban explicando cómo usar la máquina del café...–asentí con la cabeza animándola a continuar desde la barra de la cocina–y bueno, llego con una chica y un chico–me volví a sentar junto a ella en el sofá–...te juro que cuando lo vi pensé "Wow",nunca los había visto en el pueblo, así que me ofrecí a atenderles con la escusa de ir practicando...

Your BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora