[Sin editar]
Miré de reojo a la persona que tenía sentada a mi lado. Se pasaba la mano por el pelo peinando lo que ya estaba perfecto.
Cuando se dio cuenta que la observaba se giró hacia mi.
–Hola–me saludó cantarina con una sonrisa amable.
–Hola–murmuré en respuesta.
–¿Eres nueva?–me preguntó de nuevo mientras me miraba fijamente.
–No–contesté. Al ver que fruncía el ceño continúe hablando.–Lo que pasa es que hace como unos tres meses me tomé digamos que unas vacaciones y he vuelto ahora.–traté de explicarme lo mejor que pude.
–Ah...Bueno nosotros llegamos como hace dos meses y medio.–me contó–Tal vez por eso no te había visto, además todavía no conozco a muchas personas–dijo esto último un poco apenada.
Sí que me había visto antes, ayer choqué con ella en el pasillo pero supongo que iba con tanta prisa que ni siquiera me notó.
La clase comenzó aburrida como siempre si embargo no me podía dar el lujo de no atender si quería aprobar la asignatura.
A mí lado ella escribía en una pequeña libretita algunas palabras sueltas en una letra cursiva preciosa, comparándola mi letra se quedaba en una par de garabatos mal hechos con unos cuantos tachones y tipex; sin contar que tenía que escribir a una velocidad inhumana para copiar todo lo que se decía en clase, lo que no me permitía hacerlo limpio y ordenado obligándome a repetirlo en casa.
A casi el final de la clase el profesor comenzó a contar qué haríamos un trabajo sobre el tema que estábamos dando. Nos dejó escoger a nosotros las parejas; todos empezaron a gritarse unos a otros tratando de ir con quien querían antes de que otro lo eligiese.
Me quedé tranquila en mi sitio, al no estar Alice esperaba a que todos eligieran y luego iba con el que no tuviera aún pareja.
–Hey–me llamó la chica–¿te apetece si lo hacemos juntas–cuestionó con voz dulce.
–Claro–dije mientras asentía con la cabeza.
Una vez sonó el timbre todo el mundo salió de clase arrollándose unos a otros en la puerta.
Recogí más rápido de lo normal y salí por la puerta, troté unos cuantos pasos tratando de alcanzarla.
Cuando llegué a una distancia cercana toqué su hombro y se dio la vuelta.–¿Si?–me miró expectante.
–Eh solo quería saber cuando te venía bien quedar–pregunté removiéndome incómoda.
–Bueno, tengo que ajustar un poco el horario–pensó– pero mañana te busco y te digo ¿vale?
Asentí mientras se daba la vuelta y empezaba a alejarse.
–¡Oye!-grité, se dio la vuelta una vez más mirándome.–¿Cómo te llamas?–me sentí tonta haciendo esa pregunta pues habíamos compartido una clase de casi una hora juntas y no se me había ocurrido preguntarle ni su nombre.
–María–dijo–¿Tú?
–Grace.
–Bueno, adiós Grace–habló por última vez antes de continuar andando balanceando las caderas elegantemente, y desaparecer por el pasillo entre el mogollón de gente.
Por fin habían acabado las clases y podía irme a casa. Estaba con Alice en el aparcamiento esperando a que llegase su madre con el coche.
–¿Tienes planes para el fin de semana?–preguntó.
–No sé todavía–negué con la cabeza–Puede que me quede en casa haciendo trabajo atrasado.
–Estas empezando a convertirte en una aburrida
Puse los ojos en blanco, esa era una frase nueva ya que la mayoría de las veces me arrastraba a sus locuras y llegaba hasta a pasármelo bien, eso no era algo que admitiese todos los días pero era un hecho.
–Bueno ya veré qué hago–dije mientras veía como el característico coche rojo de la madre de Alice entraba en el parking.
–Avísame si sales–me dijo mientras nos acercábamos al coche.
–Si, tranquila; pero no te hagas muchas esperanzas–dije antes de abrir la puerta trasera del coche y montar, a la vez que ella lo hacía en el asiento delantero.
–Hola chicas–nos saludó efusiva la madre de Alice con su típica voz aguda y cantarina–¿Qué tal os ha ido el día?–preguntó mientras volvía a arrancar el coche.
–Muy bien–respondí contenta, Mónica era una persona muy agradable.
–Bien–dijo Alice casi seguido.
El camino fue tranquilo apenas dije unas palabras, sólo cuando me hacían alguna pregunta directa.
Cuando llegamos a mi casa me despedí de las dos y salí del coche cogiendo mi mochila.Al entrar en casa hice la misma rutina de siempre: quitarme el abrigo, colgarlo, tirar la mochila en cualquier lado y tirarme en el sofá.
Encendí la tele en busca de alguna serie interesante
No sabía cuánto tiempo había pasado pero ya había visto un documental de ballenas, y dos de leones. Miré el reloj digital que estaba en el mueble de la tele y me di cuenta de lo tarde que era, me empecé a preocupar ya que Ingrid aún no había llegado y se me hacía extraño.
Cogí mi teléfono y marqué su número, esperé a que diera señal.
Nada, no lo cogía.
Lo intenté otra vez y esta vez si contestó.
–¿Si?–preguntó del otro la de la línea.
–Hola, soy yo–saludé–Solo quería saber si ibas a tardar mucho en llegar.
–Oh eh pues no lo sé, es que me estoy tomando unas copas con Ivan–se rió tontamente.
–¿Estás borracha?–pregunté incrédula.
–Que va–hizo un sonido raro con la boca–bueno tal vez un poco, solo achispada.
–¿En qué bar estas?–dije mientras iba a por las llaves–Voy a ir a buscarte.
–¿Bar?–habló confundida–No estoy en ningún bar.
–Y entonces dónde estás–era como hablar con un niño pequeño.
–Estoy en casa de Ivan–escuché que alguien le hablaba desde el otro lado–Adiosss–se despidió.
–Esper–tarde, ya me había cortado.
Suspiré frustrada, no me daba nada de confianza dejarla sola en casa de lo que yo creía un desconocido en un estado de embriaguez
¿Y ahora qué demonios hacía?
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Y bueno ya está, no es el mejor de todos ni el más interesante pero espero que os haya gustado.
Cualquier pregunta hacerla si dudar.
-diorita
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Your Blood
Vampire- ❝Hay más de lo que crees en un mordisco.❞ Créditos de portada: @FerVelzquez Publicaciones lentas.