El sábado por la noche Chris había hecho todo lo imaginable para no pensar en Dul. Pero acababa siempre recordando la suavidad de su piel como si la estuviese tocando en ese mismo instante. Y terminaba frustrado imaginándosela con Poncho. Él podía tocarla y no era lascivo. Él podía besarla y no era inmoral. Él podía... que ni se le ocurriese hacer nada más porque lo mataría en ese instante, pensó Chris."Tú no tienes ningún derecho sobre ella", le dijo una estúpida vocecita que se había alojado en su cerebro después de la pasada noche.Tenía todos los derechos porque él la... no fue capaz de seguir con el pensamiento. La quería mucho, siempre la había querido y siempre la querría. Pero no la amaba. No en el sentido pasional. Bueno sí la deseaba, pero ¡se le pasaría! Y después ¿qué? ¿Destrozar una relación tan perfecta solo para un polvo rápido? ¡No! Le dolía el corazón solo pensar en perderla. Además, si él se atreviese a intentar algo con ella era bastante probable que ella le diese una paliza por solo acercársele con esa intención.Sonrió sin diversión. Dulce era ese chico que hay en todas los grupos al que acuden los más débiles para que lo protejan. No es que fuese muy fuerte físicamente, pero tenía coraje. Le daba igual el tamaño de su adversario, si se metían con uno de los suyos, ella atacaría. No pudo evitar acordarse del día en el que 5 chicos lo habían acorralado y le estaban pegando cuando ella llegó y comenzó a lanzar patadas y puñetazos en todas direcciones. Había acabado con el labio roto y cientos de moratones, pero ellos no habían acabado mucho mejor. Era bueno para la salud de cualquiera no enfadarla. Puede que ya no utilizara los mismos métodos pero seguía siendo la misma fiera. - Chris ¿en qué demonios estás pensando? -preguntó Daniela enojada.- ¡Tengo que irme! -exclamó Chris, ignorando el tono de ella.- ¿Ahora? -dijo perpleja, señalando a la cama deshecha y a ella misma desnuda.- Sí, ahora -afirmó él vistiéndose apresuradamente.- ¡Chris no te puedes ir otra vez así! -protestó rabiosa- Si ni siquiera habíamos empezado -gritó Daki al verlo salir por la puerta.- ¡Ni empezará nunca más! -informó como un estruendo haciendo que Daki cayese sentada en la cama.Ella supo que nunca volvería a buscarla, aunque no supiese por qué. Desde que la había buscado esa noche, no había sido el chico encantador que derrite los corazones a su paso, sino bruto y arrogante.- ¿Hay alguien en tu depa? Necesito despejarme un poco -le había dicho con el ceño fruncido.Daki había ignorado el tono porque iba a conseguir lo que quería: que todos los vieran irse juntos. Pero sabía que él no quería nada de ella salvo sexo. Él era consciente de que vivía sola por lo que la pregunta le había parecido absurda. Pero fue la confirmación de lo que él quería, a lo que iba, para lo único que la deseaba. Pero esa noche él no la besaba como siempre. Apretaba los labios contra ella, eso no era besar. Y no había notado ningún signo de excitación, ¡Ninguno! Incluso cuando se desnudo, su erección era inexistente ¿Se habría ido por eso? ¿Tendría algún problema? pensó Daki. No era su problema. Era un cretino y le pagaría lo que le había hecho.Chris ardía de rabia. No podía acostarse con Dulce pero tampoco con otra ¡Eso no podía ser posible! Nunca le había pasado algo parecido. Entró en el primer bar que encontró y se sentó a beber. Tras varios tragos una morena se sentó junto a él. Fue educada pero directa. En menos de una hora estaban besándose en la entrada del departamento de ella mientras esta buscaba las llaves para entrar. Christopher rezaba para que su amigo no volviese a jugarle una mala pasada.Ya dentro de la habitación la chica comenzó a desvestirlo y él estuvo a punto de pararla porque no había conseguido excitarlo como necesitaba. Pero entonces la muchacha cogió las manos de él y las colocó en su cintura. Con ese rocé Chris recordó el contacto con la seda que rodeaba el suave cuerpo de Dulce y se excitó en el momento. Sin mirar a la cara de la chica, la desnudo de inmediato y acabó con su tarea aún más rápido.Tras la conclusión del acto se separó de ella con la misma fuerza con la que la había embestido y al verla salió de la cama como un rayo.- Tengo que irme -dijo Chris sin más mientras se vestía.Eso lo había hecho demasiadas veces esa noche, pensó. Había poseído a esa desconocida pensando en Dulce. Se sentía miserable. Y lo peor es que no se sentía culpable por la chica sino por su amiga. Su Dul no se merecía eso, se dijo furioso. Él tenía que dejar de involucrarla en esos asuntos. Tenía que hablar con ella. Era una chica muy inteligente si le contaba más o menos lo que le pasaba seguro encontraban una solución.Salió de aquella casa entre protestas e insultos. Esa noche estaba consiguiendo que todas las mujeres a su alrededor lo odiasen. No estaba acostumbrado. Lo normal era dejarlas igual de abandonadas pero felices e impacientes por un nuevo encuentro.Pero no tenía tiempo de ser encantador.Fue a casa de Dulce. A la hora que era, suponía poder encontrarla. Pero no fue así. Su madre le había abierto furiosa por las horas en las que iba a visitarla. Aunque no tenía pensado llamar a la puerta, lo hizo. Había subido hasta su cuarto por una escalera que tenían escondida, y ella no estaba. Se preocupó y no dudo en preguntar a sus padres. No se creía que a esas horas aún estuviese cuidando a niños.- ¿Cuidando niños? -le había dicho la madre de Dulce- ¿Qué niños? Ella estará en el bar ese donde trabaja -le había confesado antes de cerrarle la puerta en las narices.Chris sabía que era tonto preguntar cual porque seguramente ni lo sabría. Estaba cada vez más furioso ¡Trabajaba en un bar! Su mejor amiga trabajaba en la noche y no le había dicho nada. No podía imaginarse en qué clase de sitio estaría ella trabajando y haciendo qué. Camarera, seguramente, Puede que fuese la que recoge mesas y sirve cafés en una de esas cafeterías para trabajadores, Pero no se la imaginaba con un uniforme rosa y un delantal blanco No paraba de mentirle ¿Qué más le ocultaba? ¿Cómo era posible que desconociese tanto a la persona a la que pensaba que conocía mejor que a si mismo? Estaba furioso y tan frustrado que ni siquiera veía por donde iba. Acabó parado frente a un bullicio de gente que intentaba entrar en un local. Miró donde se encontraba "El Ritual". Ese sitio parecía que se burlaba de él. Cuantas más veces intentaba entrar en él más cosas malas le pasaban. Parecía que todo se comunicaba. Y pensó desesperado que si entraba en él a lo mejor su suerte cambiaba. O al menos, vería a alguna chica de las que Poncho había descrito como las más sensuales del país. Puede que alguna lo hiciese excitarse por si misma y no fuese necesario recurrir a pensar en Dulce. Chris se acercó a la puerta y observó que como siempre para entrar tenías que estar en la lista. Pero lo sorprendió que los que salían iban disfrazados. En ese momento un borracho con una máscara oscura tropezó con él y cayó al suelo. Chris le quitó la máscara para verle la cara y que respirará mejor pero el tipo lo apartó de su camino y se fue hacía su coche.En ese estado ni saldría del aparcamiento, pensó Chris. Entonces miró su mano en la que aún llevaba la máscara del borracho y después al local.Sin pensarlo dos veces se colocó la máscara y se dirigió al local. El portero, al que reconoció al instante como el gorila que abrazaba a Dulce hacía poca más de una semana, no reparó en él, pensando que era el mismo que se había marchado. Chris sonrió feliz al traspasar las cortinas que lo separaba del exterior. Se quedó inmóvil, boquiabierto observando el lugar. No se parecía en nada a la clase de lugares que frecuentaba, atestados de gente y chicas semidesnudas bailando sin ninguna gracia pero dejando ver más de lo que era moral y decoroso. En ese lugar cada quien parecía tener reservado una porción, no se mezclaban ni empujaban, sin embargo, parecía que todos se conocían. Y seguramente sería así, pensó Chris absorbiendo cada detalle de la atmósfera. Había bailarinas pero sobre pequeños escenarios alrededor del local. No era tanto una exhibición como un entretenimiento. Las chicas parecían verdaderas artistas que bailaban coordinadamente y con exquisitos movimientos. La ropa es lo que más le llamó la atención, iban disfrazadas pero no llevaban las típicas lycras que no dejan a la imaginación, sino que cada una representaba un papel. Chris estaba fascinado con la decoración, el ambiente y.... ¡La vio! ¡Era ella! La reconoció al instante aunque también fuese disfrazada. Estaba de espaldas a él, con un vestido de cola muy largo negro que se recogía sobre el cuello dejando su espalda al descubierto. Cubierta por varias capas de brillantina plateada y blanca, y una mascara con pequeñas plumas blancas y negras. Y por si le cabía alguna duda de quien era, estaba hablando con Poncho ¡Era ella!
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Amigos Desconocidos (Vondy)
FanfictionEs una historia adaptada, no se quien es la/él escritora/escritor, aún así todos los derechos reservados a ella/él;) SIPNOSIS: Christopher Uckermann era un chico guapo, seductor e inteligente. El hombre perfecto, que toda mujer desearía. Y lo sabía...