CAPITULO 39

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PROV'S BIANCA.

Abro la puerta de mi casa, y voy directa a mi habitación.
Cierro la puerta de un portazo y apoyo mi espalda en ella. Me deslizo hasta que termino sentada en el suelo. Entierro mi cara en mis rodillas y abrazo mis piernas todo lo que puedo.
Después las lágrimas salen de mis ojos sin ser llamadas.
Las limpio con la manga de la sudadera y un olor bien conocido, llega a mis fosas nasales. Ese olor que siempre me gusto pero ahora detesto, olor a Jaime.
Me levanto del suelo y pongo el móvil a cargar.
Mensajes y llamadas pérdidas lo colapsan.
Los ignoro y me quito la ropa.
Lo echo todo a la ropa sucia, menos la sudadera de Jaime, seré masoquista, pero me lo pondré para dormir.
Voy al cuarto de baño y me doy una larga ducha.
Cuando salgo, mi móvil suena y lo cogo.

- Te espero abajo.

Luego cuelga.
Yo solo suspiro y me dirijo a mi armario.
Saco unos vaqueros rotos por las rodillas, una camisa celeste de mangas cortas, una sudadera azul y mis vans celestes.
Cogo el móvil y bajo.

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Me agarro a la parte de atrás de la moto, y siento como el viento azota mi rostro.
Lucas va disminuyendo la velocidad hasta que para.
Me ofrece su mano para bajar y la acepto.
Nos quitamos los cascos y el los guarda.
El se gira y me sonríe de medio lado, después coge mi mano y me dirige.
Paramos en el mirardor, y el se recarga en la baranda.
Me recuerda a cuando estuve con... Él; con Jaime.
Veo como Lucas suspira y yo me recarco a su lado.
Su brazo y el mio se rozan y yo giro mi cabeza para observarlo.
Él hace lo mismo y nuestras narices se rozan.
Sus labios se encuentran a escasos centímetros de los míos y parece que el tiempo se congela.
Lucas se inclina más, hasta que nuestros labios se rozan, y mirándome fijamente a mis ojos, aparta un mechón claro y lo pone con cuidado detrás de mi oreja.
Siento como su mano acaricia la mía con dulzura.
Y siento más aún los escasos milímetros que separan a nuestros labios...
Lucas a esta corta distancia, me susurra:

- Bianca, yo... Te quiero...

Abro mis ojos como platos.

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PROV'S ADELA.

Santi me acorrala contra la puerta de su casa, una vez que e entrado.
Me mira con ternura y me besa, como si dependiera de mí para vivir.
Yo le sigo el beso con urgencia y él mordiendo mi labio inferior, se abre paso dentro de mi boca para buscar a mi lengua.
El beso es tan mágico...
Pero por culpa del maldito oxígeno nos tenemos que separar.

- Te he extrañado tanto, Adela.- me dice Santi acariciando con amor mi mejilla.

Esta simple acción me hace derretirme. ¿Como alguien puede ser tan perfecto?

Desde hace un tiempo yo huía del cariño, del amor y todo lo que conllevaba aquello, pero este chico me a hecho cambiar de idea en apenas seis meses...

- También te he extrañado, Santi, más de lo que deseo...

Él frunce el seño y se sienta en el sofá. Yo le imito y me siente a su lado.

- Adela...

- ¿Umm?

- Esta no es la mejor forma, ni la mas romántica, pero... Yo no puedo mirar a otra chica, siento que me tienes atrapado y eso me confunde... Porque me besas y luego dices que esta mal, que no debería haber pasado y eso, me hace daño, porque yo te dije que te quiero, ¿verdad? - yo asiento- Pero, eso ya no es verdad, mis sentimientos son más fuertes, que un te quiero, no te puedo demostrar lo que siento solo con besos ni caricias, porque yo... Yo te amo, Adela.

"Hazme Sentir de Nuevo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora