QUE COMIENCE EL JUEGO

178 17 5
                                    

Ahora los pasillos lucen más oscuros, y pensar que nuestro tiempo ha terminado, comenzaremos con este juego que ganaremos, no más traiciones las piezas ya están colocadas en el tablero, Uchiha Madara prepárate, nadie dañara a mi familia, todo tiene que salir perfecto un error lo pagaremos muy caro, pero por si acaso tengo listo el plan b.

Me reuní con Sasori, él sabe perfectamente lo que tiene que hacer, y en donde nos veremos, nadie sospechara que nos ocultemos en Konoha, lo salvare en el último instante, en estos meses me tengo que ocultar, no me gusta mentirles pero es necesario.

-Hola – lo abrace – te extrañare, prométeme que te cuidaras.

- Vamos tranquilízate, eso no te hará bien, ya sabes que no me puede vencer y menos ahora que te tengo que cuidar – me devolvió el abrazo.

- Pareces mi papá, eres mi mejor amigo – en cuanto dije eso pude apreciar como frunce el ceño – nos veremos en las afueras de Konoha, ahora me voy.

- Cuídate, suerte con el Uchiha – me tomo del brazo – toma – me dio un bolso con pergaminos.

- ¿Qué es esto?

- Son pergaminos, para ser precisos copias de los míos – sonrió – podrás invocar a cualquier marioneta.

- Arigato – le di un beso, en los labios, no tengo idea de porque lo hice pero se sintió tan bien.

Él está en shock, pero un poco sonrojado, decido que lo mejor es irme, no planeo decir nada de mi acto impulsivo que acabo de realizar, llevo el bolso con los pergaminos que me dio, y llevo otro pergamino con mis cosas, ahora tengo que buscar a mi novio, bueno no es mi novio, ni pareja solo tenemos atracción, lo quiero, por supuesto como al resto pero no lo amo, y siendo sincera dudo que me vuelva a enamorar, Itachi me daño demasiado, tan metida estoy en mis pensamientos que ni cuenta me doy cuando choque con alguien.

Estaba a punto de caerme pero me detuvo en sus brazos, levante la vista y sonreí, parece ser que no moriría tan pronto, justo la persona en la que venía pensando, vaya que soy pequeña a su lado.

-Justo a ti te estaba buscando.

- Si, pues no perdamos más dinero – me beso, un beso muy muy pasional.

- Me iré

- Lo sé, así como sé que no me amas...

- Kakuzu, yo este, te quiero... - no sabía que decir, estoy totalmente descolocada, creo que me he vuelto una puta.

- Se perfectamente que me quieres, y yo a ti – me veía muy seriamente – pero no me amas ni yo a ti.

- Vaya, ¿desde cuándo lo sabes?

- Siempre lo he sabido, solo es pasional, aunque soy muy mayor para ti – sonrió.

- No tanto – le sonreí.

- Estas loca, tengo casi 100 años.

- Te diré un secretito – le hice una seña para que se acercara – aunque luzca como una mocosa no lo soy, mentí con respecto a mi edad – no me creía, lo apreciaba con la cara que me puso – me ayuda mi apariencia, tengo 14 desde hace 50 años, y créeme que es en serio, mi padre tiene 150 años y luce como de 30.

- ¿Quién más sabe de esto?

- Solo Sasori.

- Bien, entonces nada me impide hacer esto – me cargo y me beso, mucho más pasional que antes, vaya que tiene experiencia en esto.

Es un beso lleno de deseo contenido, por parte de ambos, muchos pensaran que es un monstruo, pero tiene su atractivo, no me percate en que momento ya estaba en su habitación, perdiendo mi ropa, bien al diablo si soy una puta, el deseo es el deseo, pronto las caricias fueron más pasionales, llenándome de placer, decidí olvidarme de todos y de todo, para corresponder como es debido tanta pasión.

Quede completamente expuesta, mi cuerpo es tan engañoso, no tengo nada de niña, pronto siento como se adentra en mí, no me importa nada, ni siquiera si alguien escucha mis gemidos, nos entregamos a nuestro instinto, realmente lo disfruto, aunque solo es sexo, no hay amor,, el tiempo paso sin darme cuenta esta despedida demoro una hora.

-Te extrañare – me dijo

- Y yo a ti, cuídense.

- Si, te veré pronto, dado que les iré a dejar dinero seguido, supongo que este será nuestro secreto.

- Así es aunque dudo que alguien no nos haya escuchado – sonreí.

Me levante de la cama, fui directo a darme una ducha rápida, me vestí, tome mis cosas, cuando veo como Kakuzu ya está contando su preciado dinero, solo sonrío, en definitiva ama el dinero, me mira y yo a él, nuestras miradas se cruzan, cuando veo como extiende un fajo de billetes para mí, elevo una de mis cejas.

-¿Por qué me das dinero?, no soy una puta.

- Tranquila, no es por el sexo, es porque lo necesitaras, tómalo como un regalo de despedida, al Uchiha ya le di, pero te estoy regalando un extra.

- Gracias

-Lo necesitaras, cuando llegue el momento, Sasori me comento sobre tu pequeño gran secreto – fruncí el ceño – no te enojes con él, como averiguo lo nuestro no tengo idea, pero me advirtió, sabes él te adora.

- Lo sé, es como un hermano

- Vaya que eres un poco lenta, pero en fin cuídate.

- Adiós

Corrí hasta llegar a la entrada, me senté, que abra querido decir Kakuzu con eso de que soy un poco lenta, solo espero que todo salga bien, no soportaría perder a alguno de ellos, pronto siento que alguien se para a lado mío.

-Vámonos, no perdamos más tiempo – invoque mi marioneta de viaje y me adentre.

Itachi abrió la entrada, y partimos a Konoha en silencio, no tengo la menor idea de en donde nos quedaremos, pero bueno, tenemos que ser sigilosos, y por suerte él conoce Konoha, el juego a comenzado...


UN ÁNGEL EN AKATSUKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora