¿Cómo me amas? [Creek]

CAPÍTULO 2

-Y eso.

-¿Vas a ir?

Tweek estaba apoyado sobre la barra de la cafetería, observando cómo Craig removía el cappuccino que acababa de prepararle.

-Supongo.

-¿Por qué pides café si no te gusta?

-Es una excusa para hablar contigo -dijo secamente.

Como si aquello no fuese importante. Restándole la importancia que de verdad tenía, y que estaba haciendo que el corazón de Tweek diese saltos acrobáticos en su pecho.

-Agh, mucha presión... -susurró, intentando no ser oído.

-Bueno, entonces, ¿vienes? -le preguntó el moreno.

-Te-tengo turno de noche.

-Vaya mierda -exclamó Craig-. Nadie viene a tomar café de noche. Además, toda la ciudad estará en esa jodida fiesta.

-¡Ya lo sé! Pero yo no pongo las normas.

-Bueno, entonces me quedo contigo.

-¿Qué? ¡No! -los clientes se giraron interrogantes hacia donde se encontraban.

Tweek se disculpó de manera exagerada, inclinando su cabeza hacia todas direcciones.

-¿Tanto te molesto? -Craig sabía que no era eso, pero no podía evitar sentirse un poco enfadado.

Tweek quería que Craig se quedase. Desde luego que quería. Pero ya se sentía bastante culpable acaparándolo todos los viernes por la noche, teniéndolo encerrado en la cafetería todas las tardes, incluso cuando a Craig no le gustaba el café, o acompañándole a hacer las compras. No, Tweek no era un secuestrador. ¡Diablos, no lo era! Pero ¿Y si sí que lo era? Él, desde luego, no quería secuestrar a Craig; no quería apartarlo de sus amigos que, por cierto, también eran los amigos de Tweek, ahora que lo recordaba...

-¿Tweekers?

Hubo una pausa, hasta que el rubio habló, sonriendo.

-Pásatelo bien. Sé que te gustan las fiestas. Puedes venir a buscarme si quieres luego, cuando acabes, si no estás muy cansado...

-Si te aburres me llamas -dijo Craig con advertencia-. Si estás solo me llamas, si aparecen los gnomos, los aliens o quien coño sea, me llamas, me oyes.

Tweek sonrió.

-Está bien.

-Tómate esto por mí, está asqueroso -dijo, empujando suavemente el cappuccino hacia el rubio, quien le dio un trago gustoso.

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Craig ató su bicicleta a un poste y se dirigió a la masa de gente que gritaba, bailaba y hacía gilipolleces en general. Divisó a Bebe a lo lejos -como para no verla-, y decidió acercarse, aunque ,desde luego, la rubia era más cercana para Tweek que para él, desde que había dejado a Clyde.

-Hey, Bebe.

-¡Craig! -la rubia dejó de dar órdenes sobre la decoración, y se dirigió a Craig con una sonrisa en el rostro-. Bienvenido.

Bebe llevaba una blusa roja muy escotada, y una falda plisada negra y alta, muy bonita. Le sentaba bien. Craig pensó que quizás él debería haberse arreglado más. Pero ya era un poco tarde, además, no es como si fuera a flirtear con nadie.

-Buen trabajo con esto -comentó, por decir algo, señalando la ambientación.

-¡Gracias! La alcaldesa me dejó a cargo, y ha sido pesado, pero estoy satisfecha-. No tenían mucho más que añadir, y la música estaba demasiado alta como para comenzar una conversación muy profunda-. ¿No ha venido Tweek?