Capítulo 4:9371

134 9 2
                                    

¿Cómo podría evitar que mi padre me escuchara si estas viejas escaleras no colaboraban? Los crujidos que hacía la vieja madera a mis pies eran más potentes que los de mi desembocado corazón. No quería que supiera que estaba despierta porque eso significaría tener que explicar por qué había tenido que ir a recogerme a una comisaría. No era mi culpa que me durmiera en mitad de la acera... ¿No?

Olvidando todo disimulo bajé la escalera corriendo y haciendo crujir todos los escalones bajo mi peso. Corrí como alma que lleva el diablo hacia la cocina para coger algo para comer y volver corriendo a mi habitación.

-Pan de molde, pan de molde... ¿dónde está el pan de molde?- susurré revolviendo los paquetes que había en la alacena.-Diablos...

Mi estómago rugía como si llevara un león dentro y mis nervios aumentaban a cada segundo que pasaba. No es como si tuviera miedo a que mi padre me encontrara, unicamente era que sabía que la había fastidiado mucho y no quería que me gritara con la resaca que tenía... uh...

-¡Aquí estás!- saqué dos rebanadas de pan y puse el queso y jamón de york entre las dos y subí corriendo a mi habitación pegándole un mordisco a mi sandwich.

Al subir ansiosa por la escalera no miré el suelo y me salté un escalón tropezando con el y cayéndome de bruces, dañándome la rodilla.

-Auch duele... ay... - levanté mi torso y me senté gimiendo de dolor y con la pierna derecha en alto viendo mi rodilla, donde recibí todo el impacto.-Mierda...- murmuré.

Unas finas gotas de sangre salían de una pequeña herida. Maldecí por lo bajo y vi que un escalón también estaba manchado con un poco de sangre. Me levanté con cuidado y a la pata coja subí lo poco que me faltaba dejándome el delicioso sandwich en la escalera, todo esparcido.

-Para esto ni bajaba, he subido herida y más hambrienta de lo que estaba al bajar.

Cojeando llegué al baño para limpiarme la herida y al cojer el manillar y abrir la puerta éste no se abría.

-¡Ocupado!

-Mierda Tay, dejame entrar.

-Lo siento Lau estoy ocupada.

-Joder...- recosté mi frente contra la fría puerta contando hasta diez para calmarme. ¿Era normal la mierda de día que tenía?

-¡Enseguida salgo!

-Date prisa tengo que entrar y lavarme...- resignada me apoyé en la pared esperando a que mi hermana menor saliera del cuarto de baño.

-Lauren...- me llamó Taylor desde el interior.

-¿Qué?

-¿Dónde estuvistes anoche?- me preguntó mi pesada hermana pequeña. Puse los ojos en blanco al escucharla y chasqueé la lengua.

-Donde no te importa.

-Oh vamos, somos hermanas, puedes decírmelo.

-Taylor...- gruñí cabreada.-¿Si te lo digo me dejarás en paz?

-¡Sí!- contestó emocionada.

-Estuve en una fiesta.

-Y... ¿ya?- su voz sonaba decepcionada, como si esperaba que le hubiese dicho que había estado en una orgía salvaje o algo así.

-Sí, una fiesta normal y corriente. ¿Contenta?- escuché la cisterna y la voz de mi hermana murmrando algo intentendible. Al segundo la puerta del baño se abrió alegrándome la mañana.-Quita- la aparté del umbral de la puerta y la cerré con llave oyendo a Taylor quejarse de lo "dura que fui con ella".

Reencarnación |CAMREN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora