Ada, adita sin hache,
cuán grande es tu poder,
que haces y deshaces
sin agitar de varita
y sin chocar de pies.
Ada, adita sin hache,
que velas por el pueblo,
que esparces sabiduría
como polvos de hada,
¡qué progre purpurina!
Ay, ay adita sin hache,
cuán justa, sin igual.
Al igual que los deseos,
a todos, todos, concedes
los mismitos derechos.
Buena adita sin hache,
vaya Dolors de muelas,
que por muchos que te voten
muchísimos más serán
los que algún día te boten.
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Cantares del corazón
PoetryLo siento y lo escribo. Cuando me muera esto puede considerarse mi autobiografía emocional en verso.