Prólogo

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El cielo estaba agitado, todos los ángeles estaban alterados porque los demonios habían subido a la tierra, así que los ángeles no tenían de otra más que bajar a buscar sus recipientes para detener a los demonios, la gran diferencia entre los demonios y los ángeles, es que los ángeles necesitan el permiso de la persona para entrar en ellos, sin embargo, los demonios sólo invaden al recipiente.

En una cafetería conocida de la ciudad, un hombre estaba sentado bebiendo una taza de café mirando hacia la ventana como el cielo se nublaba

-parece que esta tarde va a llover ¿no cree?-dijo amablemente la mesera mientras le servía café al hombre quien sólo asintió sin siquiera mirarla a la cara, el hombre estuvo unos minutos mirando hacia la ventana sin tocar siquiera su café, hasta que de repente se levantó y se fue al baño a lavarse la cara, cuando se miró al espejo una sombra roja se vio reflejada detrás de él, pero cuando el hombre giró no había nada "sólo ha de ser mi imaginación" se decía , pero de repente esa sombra se convirtió en un humo de color rojo carmesí que entró en la boca del hombre para que luego sus ojos se vuelvan completamente blancos, había sido poseído por un demonio.

-aah, al fin un cuerpo decente-dijo el demonio una vez dentro del hombre que luego salió de vuelta al salón principal de la cafetería a sentarse en su mesa de vuelta, donde la misma meseta de hace rato volvió

-¿desea algo más?-ofreció amablemente pero el hombre la miró con una sonrisa diabólica

-sabes, he estado tanto tiempo atrapado ahí abajo sin poder salir, sin poder hablar, sin poder moverme....

La mesera lo miraba atentamente

-y sin poder...matar-sus ojos se volvieron completamente blancos y con sólo chasquear los dedos el cuello de la mesera se rompió, haciendo que los testigos queden aterrados-oh, vaya, ya estás muerta, que aburrida...-la pateó levemente mientras una de las personas que estaban en el lugar intentaba escapar, pero él apuntó la puerta de la cafetería para cerrarla-nadie irá a ningún lado

Desde fuera un baño de sangre podía notarse salpicando las paredes y las ventanas, pintando todo de rojo puro.

Apocalipsis. El Levantamiento De LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora