Capítulo 4

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Cuando llego, veo que Lizzy está tirada al suelo. Entre Jane y yo la acomodamos lo máximo posible. Su piel está pálida, sobre todo la cara. Está perdiendo muchísima sangre.

- Llama a una ambulancia. – Le digo a Jane.

Ella asiente y se aleja unos metros de nosotras para llamar. Mientras, cojo mi chaqueta y con ella presiono la herida de Lizzy. Cinco minutos después Jane viene.

- No contestan. Por lo que veo todos han tenido el mismo 'problemilla'. – Me informa mi amiga resaltando la última palabra haciendo comillas con los dedos.

No hay ambulancias. Esto significa que ningún médico podrá ayudarnos a salvar a Lizzy.

- Jane, no sé qué hacer, no sé cómo curarla. – Le digo sollozando. Si Lizzy muere, será mi culpa.

- Lo sé...

- Pero no es tu culpa. – Termina Lizzy por ella. No sé si creérmelo.

- Es mi culpa.

- No, no lo es. Tranquilízate. – Vuelve a hablar Lizzy. Esta vez asiento haciendo lo que ella me dice y la abrazo con fuerza procurando no dañar su herida más de lo que está. Pasamos unos diez minutos en silencio.

- Lizzy... - La llamo en un susurro.

- ¿Si?

- No te rindas... Dijiste, prometiste, que saldríamos de esta... - Dije sollozando.

- Y lo hicimos. – Contesta la herida con una sonrisa. – Salimos de la casa, y la familia Williams2 ha muerto. Lo hemos hecho.

- No te vayas... por favor... - Le pido.

- ¿Nos casaremos juntas entonces? – Me contesta. Yo río. No pierde nunca el humor ni en la situación más complicada ni en los peores momentos.

- No tonta. – Le digo con cariño.

Jane, que estaba mirándonos de pie, viene hacia nosotras y se sienta al lado de Lizzy. Le da la mano y no dice nada. Se queda mirando en un punto fijo, sin dejar escapar ni una sola lágrima.

No le digo nada. Sé que es así. Callada en los momentos difíciles. No le gusta mostrarse vulnerable ni llorar frente la gente. Hasta me sorprendió su actitud cuando Jane2 dos le anunció sobre la muerte de sus padres.

Jane mira a Lizzy, y abre los ojos asustada. Se incorpora sobre ella.

- ¿Lizzy? – Dice preocupada. - ¡Lizzy! – Esta vez grita.

- Ya déjala. – Le digo. Ella me mira sorprendida. – Es su momento. Nosotras tenemos que estar con ella. Pero no podemos hacer nada. Acéptalo. – Ella asiente triste.

Lizzy con las pocas fuerzas que le quedan se reincorpora.

- ¿Último abrazo grupal? – Pregunta.

Jane y yo nos tiramos sobre ella y la abrazamos hasta que se va. Entones Jane rompe a llorar. No muy tarde yo también.


***


Caminamos las dos por las calles desiertas de Madrid esperanzadas de encontrar a una persona que nos pueda ayudar y no a un clon que nos mate o nos haga algún tipo de daño.

Hoy es 25 de diciembre.

- Feliz Navidad... - Le digo a Jane en voz baja y desanimada.

Hoy debería de ser el día en que todo el mundo es feliz. Los 25 de diciembre son los días en que la familia se reúne para almorzar toda junta, para cantar los villancicos alrededor del árbol de Navidad o delante del Belén. Los niños corriendo de un lado para otro, abriendo los regalos que Santa Claus les ha traído...

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