Capítulo 19: 2010 Parte 4

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''Ahora que sabes mi nombre – continuó Jonathan - ¿me contestarás a mi pregunta?''

''¿Cómo sé que eres de fiar?¿Por qué debería contestar si soy Caroline o no a un completo desconocido? - tenía una sonrisa juguetona que también había practicado delante de el espejo de mi habitación – Dame razones y responderé a todas tus preguntas.''

Me sentía realmente orgullosa de la madurez que reflejaba. Pero parecía que aquel muchacho le importaba tres pimientos mi madurez y mis esquivaciones , el quería saber la verdad, y no se iría sin saberla.

''No estoy para juegos de niños – si es que tengo una puntería  que me la piso... - Respóndeme a mi pregunta y te dejaré tranquila.''

''Tengo la ligera sensación – dije cruzándome de brazos – de que haga lo que haga, diga lo que diga, no vas a dejarme tranquila bajo ningún concepto.''

El muchacho se recostó en su butaca y se cruzó de brazos, imitando mi postura.

''Veo que he dado contigo, Caroline – tenía cara de pocos amigos, eso no debía ser bueno – Me dijeron que era un chica bastante joven que se las daba de lista y madura, cumples con todas las características que me han dado.''

Solté un resoplido como de burla:

''¿Y quién si se puede saber? - dije despreciativa – No sé para que me buscas pero, no pienso tener nada que ver contigo.''

Me levanté de la butaca y salí por la puerta. Y, al mirar al frente,Jonathan estaba allí. Si que era rápido el chaval...

''Eres hija de alguien importante – soltó –, tienes que estar junto a mi siempre.''

Se acercó a mí a toda velocidad, acarició mi corto pelo rubio y dejó caer su mano en mi hombro. ¿Intentaba seducirme o algo? El era bastante más alto que yo, y eso que me consideraba alta. Se acercó a mi y posó sus labios sobre mi mejilla. Los dejó ahí un buen rato y yo no podía impedirlo, sentía un cosquilleo tan agradable que no quería que parase nunca. Pronto, su boca bajó a mi cuello, y de subo ca salieron dos largos colmillos que se clavaron en mi piel:

''¿Q-Quéh-h-haces? - conseguí decir al notar que estaba bebiendo de mi sangre - ¡Suéltame!''

Pero sus colmillos no salían de mi cuello, no podía desmayarme otra vez. No podía dejar que hicieran conmigo lo que les viniera en gana, así que; saqué mis colmillos fuera y le proporcioné una fuerte mordida a Jonathan en el hombro. El se apartó quejándose, con la boca llena de sangre; otra vez, mi sangre. ¿Pero qué tenía mi sangre como para que vampiros quisieran beber de ella?

Me miró asustado. Madre mía, el macho ibérico estaba asustado.

''Tienes que venir a hablar con él – dijo Jonathan - ¡Rápido!''

Pero yo no estaba dispuesta a ello. Mis uñas se alargaron y mi sangre corrió más deprisa. Me abalancé sobre el muchacho y ambos empezamos a pelear, el en ningún momento quiso pegarme; simplemente se defendía. Los demás vampiros empezaron a rodearnos, sentía todas sus miradas clavadas en mí; una nueva y joven vampiresa desconocida peleando con un, seguramente, conocido galán vampirino.

Llegó un momento en el que perdí fuerza, y el estaba encima de mí,apretando mis muñecas con mucha fuerza. Empecé a gritar, y la sangre comenzó a brotar por donde tenía las heridas:

''¡Dejadla en paz! - dijo una voz femenina – Es Caroline McFlowery, mi hija.''

Miré en dirección a la que provenía la voz y, allí, estaba mi madre adoptiva. ¿Cómo era posible que estuviese allí?¿Ella no había sido convertida simplemente? Y... otra cosa que me sorprendió fue que no tenía la típica sudadera con pantalones vaqueros y deportivas que llevaba siempre, si no un refinado, ajustado y elegante vestido rojo con encajes negros. Sus zapatos eran altos y de tacón también negros. Su rojizo pelo estaba recogido dentro de una redecilla con pequeñas piedras de colores. Estaba maquillada (cosa que era raro ya que ella odiaba el maquillaje). ¿Pero qué era todo aquello?¿Una broma? Además, había dicho McFlowery no McNoliam:

''¡Mamá!- corrí hacia ella y la abracé – precisamente el otro día estaba pensando en tí...''

Me separó con desdén. ¿Esa era mi madre?

''¿Mamá?- dije horrorizada – Ya con el cambio de look me has dejado a cuadros pero..., ¿también ha cambiado tu personalidad?''

Linsey posó su fría mano en mi hombro y sonrió. Su sonrisa era auténtica,lo notaba:

''Vamos a casa.'' Me dijo. Ella pasó su brazo sobre mi hombro, y empezó a arrastrarme con suavidad por aquella calle blanda y asquerosa:

''¡Espera!- gritó Jonathan agarrándome del brazo y mirando a mi madre – No puedes llevártela.''

Le miré con cara de pocos amigos. ¿Quién se creía él para llamar de 'tú' a mi madre y decirle que no puede llevarme? El me devolvió la mirada, y era verdad que parecía apurado. La expresión de sus ojos era fría, pero el brillo que reflejaba era como pidiendo auxilio:

''Mamá– me sentía orgullosa de llamarla así - ¿puede venir a casa? Tengo que hablar con él.''




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