Capítulo 31: 2014 Parte 6. ¿Final?

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Y eso hice. La seguí bosque adentro, y al mover una especie de cortinaje hecho con hojas, vi algo tan hermoso que no podía creérmelo. ¡Había una ciudad diminuta! Toda llena de colores brillantes y vivos. Las casas eran muchas bellotas huecas juntas y el tejado era la parte alta de la bellota. Era original, todo hay que decirlo. También habían otras casas que se veían más elegantes;hechas con ramas y hojas. Pero había una que destacaba. Una que estaba hecha como de un cristal traslúcido de un color rosa claro.

''Ahora mismo te estarás preguntado: ¿y cómo entro ahí? Pues muy sencillo; entrando.''

Vaya,que ayuda más buena.

''Entrarás cuando encuentres la forma de hacerlo, y no puedes pedir ayuda.Tendrás que entrar por tus propios medios y descubrimientos – La hada sonrió y se adentró a la gran casa de cristal, que sería su castillo - . ''

¿Cómo podía entrar yo ahí? Ellos medirían como mucho 10 centímetros, y yo... ¡Era altísima! Además, por muy bajito que uno sea, no entra ahí ni forzado.

Pensé.Tenía que relajarme y pensar que debía hacer, como debía entrar ahí dentro. Rodeé la ciudad; que, misteriosamente, estaba justo encima de un gran árbol cortado como si fuese una mesa de una sola pata en el centro. ¿Cómo podían haber hecho eso las hadas? Cuando estaba pensando como podía ser eso posible, algo empezó a hacer unos dulces y agudos sonidos; como llamándome. Miré hacia abajo y había una pequeña hada de color azul que me miraba:

''Soy Lora – dijo – y soy tu Hada de la Suerte.''

''¿Hada de la Suerte? - pregunté - ¿Enserio?''

Ella se acercó a mi volando, era extremadamente diminuta. Y se veía muy delicada y frágil.

''Tienes tres deseos, te los cumpliré todos.''

''¿Estamos ahora en Aladín y la Lámpara Mágica o qué? - comencé a reír,pero a reír a carcajadas. Que hacían que el hada se fuese hacia atrás con el aire que yo expulsaba por la boca – Enserio... ¿qué...?- entonces pensé. Si podía pedir tres deseos, podía pedir por un determinado tiempo ser pequeña y así entrar en la ciudad de las hadas con la Reina –. Vale, tengo un deseo que pedirte.''

Lora se acercó a mí, cansada de forcejear contra el aire que yo echaba:

''¿Y bien? - preguntó un poco irritada - ¿Qué es?''

''Quiero ser un hada hasta cuando yo diga lo contrario – contesté con una sonrisa -. ¿Podrás cumplirmelo?''

El hada asintió y empezó a hacer círculos con sus manos, que empezaron a soltar chispas y más chispas de un color azul brillante.Entonces... todo empezó a ser más y más grande, cerré los ojos y,al abrirlos, estaba en la hierva con ¡una hormiga gigante al lado! Me levanté deprisa a la vez que chillaba. Mis pies estaban descalzos, y llevaba un vestido hecho con hojas de color azul. Mi pelo dorado estaba trenzado y adornado con muchas flores. Miré a mis espaldas y... ¡tenía alas! Unas bonitas alas blancas y brillantes. Intenté volar pero...no podía. ¡No había caído en que las hadas tenían que aprender a volar! ¿Y ahora yo que hacía? ¿Cómo demonios se aprendía a volar? Intenté,el ciento y la madre de veces, intentar elevarme hacia arriba. Pero nada, solo subía un pequeño centímetro y volvía al suelo.

Empecé a chillar, con intención de que alguna hada me oyese. Pero mi voz era tan pequeña y aguda, que dudaba que esa opción fuese posible.Opté por rodear el árbol de la ciudad, y cuando estaba a punto de sentarme en el suelo y esperar a que algo me comiese; vi unas pequeñas escaleritas que se metían dentro del tronco. Corrí hacia ellas y entré.

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