La trampilla

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Los exámenes no parecían ser tan difíciles como decían los demás, muchas de las cosas para las que estudie no aparecían en los exámenes, nos habían entregado plumas nuevas y especiales que habían sido encatadas con un encantamiento anti-trampa. 

También habíamos tenido exámenes prácticos, el profesor Flitwick nos llamo uno a uno al aula para ver si podíamos hacer que una piña bailará claqué encima del escritorio y la profesora McGonagall nos observaba mientras convertíamos ratones en cajas de rapé, las más bonitas ganaban puntos, pero los perdían si tenían bigotes mientras que Snape nos respiraba a todos sobre la nuca mientras observaba de cerca como hacíamos una poción para olvidar.

Harry con frecuencia se llevaba la mano hacía su cicatriz, Neville pensaba que tenía un grave caso de nerviosismo ya que no podía dormir por las noches.

Solo nos faltaba el último examen de Historia de la magia y tendríamos libre toda una semana. Luego de toda una hora contestando preguntas sobre magos que habían inventado calderos que revolvían su contenido el profesor Binns nos dijo que dejáramos las plumas y enrolláramos los pergaminos. 

Estaba demasiado contenta, tendía toda una semana para leer, había encontrado en la biblioteca un libro de cuentos para niños llamado los cuentos de Beedle el Bardo, y me había interesado ya que no había tenido la posibilidad de leer un libro de cuentos para niños antes en el orfanato

-Esto ha sido mucho más fácil de lo que pensé- dijo Hermione, cuando nos reunimos con los demás en el parque, hacía demasiado sol y el cielo era de un azul claro intenso  -No necesitaba haber estudiado el Código de Conducta de los Hombres Lobo de 1637 o el levantamiento de Elfrico el Vehemente-  

A Hermione siempre le gustaba volver a repetir los exámenes, pero Ron dijo que iba a ponerse malo, así que fuimos hacia el lago y nos sentamos bajo un árbol. Fred, George y Lee Jordan se dedicaban a pinchar los tentáculos de un calamar gigante que tomaba el sol en la orilla. 

-Basta de repasos- suspiró aliviado Ron, estirándose en la hierba -Puedes alegrarte un poco, Harry, aún falta una semana para que sepamos lo mal que nos fue, no hace falta preocuparse ahora- Harry solo se frotaba la frente, era como si le doliera, o le rascará 

-¡Me gustaría saber qué significa esto!- estalló enfadado  -Mi cicatriz sigue doliéndome. Me ha sucedido antes, pero nunca tanto tiempo seguido como ahora- 

-Ve a ver a la señora Pomfrey- sugirió Hermione

-No estoy enfermo- dijo Harry - Creo que es un aviso... significa que se acerca el peligro... - Ron no podía agitarse, hacía demasiado calor. 

-Harry, relájate, Hermione tiene razón, la Piedra está segura mientras Dumbledore esté aquí. De todos modos, nunca hemos tenido pruebas de que Snape encontrara la forma de burlar a Fluffy. Casi le arrancó la pierna una vez,no va a intentarlo de nuevo. Y Neville jugará al quidditch en el equipo de Inglaterra antes de que Hagrid traicione a Dumbledore-  

Harry asintió, pero luego de un rato trato de explicarle a Hermione que tenía una sensación como de si hubiera olvidado algo

-Eso son los exámenes. Yo me desperté anoche y estuve a punto de mirar mis apuntes de Transformación, cuando me acordé de que ya habíamos hecho ese examen- dijo Hermione, suspiré pesadamente y me recosté en la hierba como Ron mirando hacía las nubes y de un momento a otro Harry se levanto de un salto     

-¿A donde vas?- pregunté extrañada, Ron lo miraba confuso con aire soñoliento 

-Acabo de pensar en algo- dijo Harry. Se había puesto pálido  -Tenemos que ir a ver a Hagrid ahora-

Mi nueva vida, Primer curso de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora