El andén nueve tres cuartos

46 4 0
                                    

Ya habían pasado aproximadamente dos semanas, tachaba cada día de mi calendario esperando ansiosamente la llegada del primero de septiembre, me sorprendí a mi misma con la velocidad que leía, jámas en mi vida había leído tanto y tan rápido, ya tenía más de la mitad de mis libros guardados y unos cuantos más sobre la mesa de noche que me faltaban por leer.

Muy pocas veces salí de mi habitación este mes, las únicas razones para salir eran la comida y el baño, lo que me daba ventajas ya que casi no me encontraba tanto con Andy y con Blake, pero obviamente no hiban a dejarde molestar.

-¿Que tanto lees Emma?- dijo Andy en la entrada de mi habitación, como siempre con su voz burlona y demandante, ¡Lo odio! 

-Nada que te interese- conteste duramente, no tiene por que meter su asquerosa nariz en los asuntos que no le incumben

-No me hables así Emma, sabes que soy mayor que tu -  dijo con brusquedad mientras se adentraba más a la habitación, bien...cálmate Emma, ya pronto se acabará esto, irás a Hogwarts y todo será diferente, inhala, exhala, inhala, exhala... y de un momento a otro me arrebato el libro que estaba leyendo

 -¡DEVUÉLVEME MI LIBRO AHORA!- dije furiosa mientras trataba de arrebatárselo de las manos 

-Guía de transformación para principiantes... Emeric Switch- leyó extrañado -¿Que clase de libro es este? ¿uno de cuentos para dormir?- pregunto divertido, me subí a la cama, no me importaba si tenía que saltar encima de el, ni tampoco si me metía en problemas por eso. 

-TE JURO QUE SI NO TE VAS AHORA MISMO DE MI HABITACIÓN...- no pude continuar por que me  interrumpió

-¿Que me harás- dijo burlonamente -Eres tan ingenua , no creo que alguien te quisiera tener como hija, ya entiendo por que tus padres te abandonaron aquí- dijo con una sonrisa horrible.

Respiré profundamente y cerré mis ojos, no vale la pena escuchar a este idiota, hice como la que no escuchó nada, le arrebaté con brusquedad mi libro de sus manos en el momento que se distrajo, obviamente pensaba que reaccionaría de otra manera, me bajé de la cama, todo con suma tranquilidad, como si de verdad el no estuviese aquí, pero el idiota solo me miraba como si esperaba que de un momento a otro me fuera a salir un tercer ojo o que se yo.

Me senté con una paciencia única, abrí mi libro en cualquiera página e hice como si lo estuvierá leyendo, el solo me miraba, y miraba y parecía que solo pudiera hacer eso en su asquerosa vida.

-¿Que no tiene nada más que hacer?- pregunté sin despegar mi vista del libro, Andy se rascó nerviosamente la nuca dio media vuelta y se fue, suspiré aliviada, si me había dolido lo que dijo sobre mis padres, pero se completamente que ellos no me abandonaron, dejé mi libro sobre la cama, en la página en la que había estado leyendo falsamente.

Hace unos días había podido reparar un frasco de tinta con el hechizo reparador, que, accidentalmente se me quebró al asustarme cuando vi una sombra en mi ventana, pero solo había sido un gato atigrado, Me había sentido tan poderosa al hacer un hechizo por mi propia cuenta, aunque fue uno muy principiante, pero me sentí por primera vez, muy a gusto conmigo misma.

El último día de agosto llegó tan rápido que ni siquiera me di cuenta y todavía no tenía nada empacado, la señora Thompson se había ofrecido a llevarme a la estación en su propio auto, lo cual obviamente acepté, era mejor opción que ir por allí sola en Londres.

A la mañana siguiete, desperté con una alegría única, revise como cuatro veces el calendario para asegurarme de que si era primero de septiembre, empaqué como pude todas las cosas que había comprado en mi baúl, además de la ropa que ya tenía.

Me vestí con unas medias pantalón oscuras muy tibias, una falda floreada, unas botas color caramelo y un sweater rojo, estaba haciendo algo de frío, por eso la ropa tibia.

Cuando terminé eran las diez en punto, me dedique los próximos treinta minutos a sentarme encima de mi baúl a esperar, el tiempo pasaba mucho mas lento que nunca y cada dos minutos revisaba impaciente mi reloj.

A las diez y medía me dirigí al despacho de la señora Thompson, metimos mi equipaje al baúl del auto de la señora Thompson y me subí en el mientras ella manejaba en silencio hasta la estación, cuando llegamos me despedí lo más rápidamente posible y entre casi corriendo a la estación, subí mi equipaje en un carrito y comencé a buscar la plataforma, observe mi boleto de tren

-¿nueve tres cuartos?- susurré dudosa, me dirigí a donde estaban las plataformas 9 y 10 pero no veía ninguna que dijera nueve tres cuartos... ¿que esto

Comencé a mirar la pared dudosa ¿y si tenía que decir una especie de hechizo?  Luego vi como una chica con su lechuza y el equipaje pasaba por entre la pared y desaparecía, ¿Debo hacer eso? Con dudas y nervios camine hacía la pared y cerré los ojos esperando el impacto 3...2...1... 

¡NO ME SUCEDIÓ NADA! ¡¡estoy viva!! Abrí los ojos para encontrarme con el Expreso de Hogwarts ¡No me lo puedo creer! ¡Esto es tan hermoso!

Fui hacia los vagones de carga para subir subir mi baúl pero se me resbaló de las manos , cerré los ojos esperando el estruendo pero nunca llegó... abrí mis ojos dudosa, un chico alto y pelirrojo lo sostenía con una sonrisa en los labios.

-Gracias- conteste apenada, odio ser tan torpe

-No es nada- dijo mientras dejaba mi baúl en  una pila -Soy Fred Weasley -Dijo el pelirrojo 

-Y yo soy George Weasley- dijo otra voz a mi lado que me hizo sobresaltar, gire a ver a la persona y...

-¡¡Oh por dios son gemelos!!- dije emocionada, nunca había conocido gemelos reales, ambos sonrieron, omo si sabian que reaccionaría de esa forma -Soy Emma Harrison- dije 

-un gusto- dijeron ambos a lo que reí un poco 

-igual-

Luego de montarme en el tren comencé a buscar un compartimiento libre hasta que choque sin querer con una chica castaña, como siempre, mi torpeza me acompañara hasta el fin de mis días...

-oh lo siento mucho- dijo apenada la chica

-No, lo siento yo, soy muy torpe- dije sonriendo apenada, otra vez aaggh

-Soy Hermione Granger- me extendió la mano sonriendo

-Emma Harrison- dije devolviéndole la sonrisa y estrechándole la mano

-¿Buscabas compartimiento?- pregunto ella

-si, ¿sabes donde hay uno vacío?- pregunté esperanzada, ella asintió con la cabeza y con un movimiento de mano me hizo seguirla.











Mi nueva vida, Primer curso de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora