Se acercaba la Navidad. Una mañana de mediados de diciembre, Hogwarts se descubrió cubierto por dos metros de nieve. El lago estaba sólidamente congelado y Fred y George fueron castigados por hechizar varias bolas de nieve para que siguieran a Quirrell y lo golpearan en la parte de atrás de su turbante. Las pocas lechuzas que habían podido llegar a través del cielo tormentoso para dejar el correo tuvieron que quedar al cuidado de Hagrid hasta recuperarse, antes de volar otra vez.
Lizzie descansaba casi siempre, no tenía correo que traerme y aveces venía junto con las otras lechuzas a saludarme en el comedor y a quitarme algún pedazo de mi comida.
Todos estaban impacientes de que empezaran las vacaciones. Mientras que la sala común de Gryffindor y el Gran Comedor tenían las chimeneas encendidas, los pasillos, llenos de corrientes de aire, se habían vuelto helados, y un viento cruel golpeaba las ventanas de las aulas. Lo peor de todo eran las clases del profesor Snape, abajo en las mazmorras, en donde la respiración subía como niebla y nos hacía mantenernos lo más cerca posible de los calderos calientes
-Me da mucha lástima- dijo Draco Malfoy, en una de las clases de Pociones -toda esa gente que tendrá que quedarse a pasar la Navidad en Hogwarts, porque no los quieren en sus casas-
Mientras hablaba, miraba en dirección a Harry. Crabbe y Goyle lanzaron risitas burlonas. Harry, que estaba pesando polvo de espinas de pez león, no les hizo caso. Después del partido de quidditch, Malfoy se había vuelto más desagradable que nunca. Disgustado por la derrota de Slytherin, había tratando de hacer que todos se rieran diciendo que un sapo con una gran boca podía reemplazar a Harry como buscador. Pero entonces se dio cuenta de que nadie lo encontraba gracioso, porque estaban muy impresionados por la forma en que Harry se había mantenido en su escoba. Así que Malfoy; celoso y enfadado, había vuelto a fastidiar a Harry por no tener una familia apropiada.
Es verdad que Harry no iría a Privet Drive para las fiestas. La profesora McGonagall había pasado la semana antes, haciendo una lista de los alumnos que iban a quedarse allí para Navidad, y Harry puso su nombre de inmediato. Ron y sus hermanos también se quedaban, porque el señor y la señora Weasley se marchaban a Rumania, a visitar a Charles y yo no pensaba volver al orfanato, por lo menos no ahora
Cuando abandonamos los calabozos, al finalizar la clase de Pociones, nos encontramos un gran abeto que ocupaba el extremo del pasillo. Dos enormes pies aparecían por debajo del árbol y un gran resoplido nos indicó que Hagrid estaba detrás de él
-Hola, Hagrid. ¿Necesitas ayuda?- preguntó Ron, metiendo la cabeza entre las ramas.
-No, va todo bien. Gracias, Ron-
-¿Te importaría quitarte de en medio?- La voz fría y gangosa de Malfoy llegó desde atrás -¿Estás tratando de ganar algún dinero extra, Weasley?Supongo que quieres ser guardabosques cuando salgas de Hogwarts... Esa choza de Hagrid debe de parecerte un palacio, comparada con la casa de tu familia-
Ron se lanzó contra Malfoy justo cuando aparecía Snape en lo alto de las escaleras.
-¡WEASLEY!-
Ron soltó el cuello de la túnica de Malfoy.
-Lo han provocado, profesor Snape- dijo Hagrid, sacando su gran cabeza peluda por encima del árbol. -Malfoy estaba insultando a su familia-
-Lo que sea, pero pelear está contra las reglas de Hogwarts, Hagrid -dijo Snape con voz amable- oh, si claro y no está en contra de las reglas insultar a los demás -Cinco puntos menos para Gryffindor; Weasley, y agradece que no sean más. Y ahora marchanse todos-
Malfoy, Crabbe y Goyle pasaron bruscamente, sonriendo con presunción.
-Voy a atraparlo- dijo Ron, sacando los dientes ante la espalda de Malfoy -Uno de estos días lo atraparé..-
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Mi nueva vida, Primer curso de Hogwarts
FanfictionEmma era una chica que creció toda su vida en un orfanato, fue traída poco antes de cumplir un año, misteriosamente dejada en la puerta del orfanato: little dreams en Londres, pero lo que nadie sabia era que esa pequeña niña era mucho mas importan...