Luego de la ópera, sus padres (el papa que está luchando por un ascenso) y el jefe de su padre le ofrecen a Rubén salir a caminar con su hija (la hija del jefe, por supuesto). Rubén confiesa que es gay y acto seguido besa a una estatua.
Hay que mencionar que el padre de Rubén es una persona insegura, tan insegura que lleva un arma encima constantemente.
Cuando están volviendo de la ópera, sus padres se pasan todo el camino retando a Rubén por confesar su sexualidad enfrente del jefe del padre. Es entonces cuando su padre nota que un auto los está siguiendo desde la salida de la ópera y frena el coche. Como Rubén se ríe y burla, debido a que fue falsa alarma, su madre se enoja tanto que le grita que mañana debe ir al colegio.