Por momentos me pregunto:
¿por qué escribirte las cosas por acá? ¿por qué no decirlas en la cara y mirandote a los ojos como siempre?
Tal vez es porque suelo ser cerrada, demaciado aveces, pero cuando quiero soltarme, me da miedo, me da miedo tu reacción, si te gusta lo que digo o no, entonces me callo, pero cuando me callo miro esos ojos, y sin darme cuenta, realmente me quedo sin palabras por vos, me dejas sin palabras.
Nunca alguien me había dejado sin palabras con una mirada.
Y ahí es cuando me respondo esas preguntas...
Tal vez no lo digo, y lo escribo, porque me dejas sin palabras con tu mirada.