"Yo lo miraba... Y puedo jurar que no me quedaban ganas de mirar a nadie más. En ese preciso momento comprendí que los ojos; siempre, siempre le pertenecen a la persona que los hace brillar".
XLII
"Yo lo miraba... Y puedo jurar que no me quedaban ganas de mirar a nadie más. En ese preciso momento comprendí que los ojos; siempre, siempre le pertenecen a la persona que los hace brillar".