Talia:
Mierda, ¿qué se supone que debo hacer?
Decido acercarme a Ángel, ya que es el que ha sido empujado, y le pregunto si está bien, y creo que dice que sí. Pero mi cabeza está en otra parte. Sabía que le gustaba, le "atraía" a Dev, pero, ¿esto?, ¿se supone que le gusto lo suficiente como para estar celoso de un borracho? ¿Tiene mala relación con Ángel? Sabía que no eran amigos, pero...
Además, por fin lo había hablado con Theresa, y aunque me había mandado a la mierda, y nos habíamos enfadado, no sé, tenía vía libre. Siempre me había llevado bien con ella, y no es que prefiera a un chico antes que a mis amigas, pero si ella no era capaz de comportarse como una persona normal y no una niña, desde luego, yo no me iba a quedar callada, y si decidía poner fin a nuestra amistad, no se lo impediría. Por lo tanto podía hacer lo que viese con Dev. Pero después de esto no lo tenía tan claro. Primero, fue súper dulce al decirme que quería hablar y luego...
Además, ¿de qué querría hablar? No sé qué haré.
Y ¿por qué me ha besado Ángel? DIos, no tenía ni idea de que le gustaba o, no sé, igual fue un impulso. Sabía a alcohol, igual estaba tan borracho que no sabía que hacía.
Me despido de Ángel, dejándolo en un sillón del salón, y voy hacia la puerta, no debería seguir en esta fiesta. Ya hablaré mañana con Dev. Pero no tengo quien me lleve... Leo está en un sillón liándose con alguna chica.
-¡Talia!-oigo a Elena, creo, gritar-. ¿Qué pasó ahí arriba?
-¿Lo has visto?-digo. Asiente y me tapo la cara con las manos de vergüenza.
-Oye, no pasa nada-me tranquiliza-. Cualquier otra se hubiese desmayado al ver a dos chicos guapos peleándose por ella-ríe. Y yo también me río.
-Sí, bueno-digo, y recuerdo que debo hablar con Dev-. Tengo que hablar con Dev pero...
-Hoy no, ¿verdad?-me dedica una mirada comprensiva.
-Sí, pero nadie me puede llevar y no voy a ir yo andando sola hasta mi casa, a la una de la madrugada. Ni siquiera sé donde está Andrea.
-Te aseguro que está entretenida...- y señala a Leo.
¡¿Qué?! Esta mujer...
-Pues ahora si que no sé que voy a hacer-digo con una sonrisa triste.
-Puedo llamar a mi hermano, si quieres. Fue a una fiesta de aquí cerca, y podemos coger su coche. Te dejo yo dónde quieras.
-¿En serio?-digo con una sonrisa. Por fin alguien del que fiarme-. Te debo una.
Miro de lejos a Theresa.
Una amiga por una amiga, supongo.
***
Llego a mi casa después de hablar un buen rato con Theresa en el coche, y desbloqueo el móvil. Tengo un millón de notificaciones que no me interesan asi que lo apago y me meto en la cama.
Le sigo dando vueltas a lo que pasó hoy hasta que por fin, me duermo.
***
Dev:
Joder, ¿qué se supone que estoy haciendo?Ángel me interrumpió justo cuando iba a empezar a hablar con Talia. Y aún por encima, ¿la besa? ¿Antes que yo? Y borracho. Como una cuba, además. Qué esperaba que hiciese, si llevo intentando hablar con ella y mantener una relación cada vez más estrecha y de repente, llega el bueno de Ángel que seguro que pedirá perdón diciendo que fue por el alcohol cuando los dos sabemos que no. Vi su mirada cuando Talia se giró. Me ha jodido los planes, no hay otra forma de decirlo, y a ella no le gusta, estoy seguro. Además, ahora Talia no sabrá si lo he hecho por una cosa u otra porque todavía no le he dicho lo mucho que me gusta y cómo me dan escalofríos cada vez que se echa a reír. Cómo verla es lo único que me arregla el día. Cómo me encanta tener peleas con ella de broma y que me mire mal cuando digo palabrotas. No yo sé cómo me gusta tanto conociéndola sólo de dos semanas.
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La Carta.
Teen FictionTalia. 16 años. Después de haber descubierto en un marco roto una carta afirmando que su padre sigue vivo, la obligan a ir a la orientadora de su instituto, donde se cruza con unos ojos verdes que nunca había visto antes. Dev. 18 años, de los cuales...