Nota de la autora:
!TARÁAAN!
¡He vuelto! Lo siento, lo siento, lo siento. mil lo siento. He tenido mil y un problemas este mes y me ha sido imposible actualizar, pero entre hoy y los próximos tres días subiré algún capítulo más.
¡Gracias por leer!
Talia:
Estoy en mi habitación, después de ducharme, preparándome para cenar.
Hace ya varios días que no coincidimos juntas mi madre y yo en ninguna de las comidas del día y no sé si resultará incómodo.Me visto con una camiseta y unos pantalones de deporte viejos, y me dirijo a la planta baja.
Llego y procuro respirar tranquilamente para celajarme. No puede ser tan incómodo, al fin al cabo es mi madre.
-Talia-dice.
La miro.
-Sé que tenemos que hablar, pero...
-No, mamá -la corto y ella me mira. Veo sus ojos rojos y siento un nudo en mi garganta, pero sigo hablando-. Ya está todo aclarado. Tomás se fue y nos dejó solas. No busco nada de él, no quiero saber quién es y tampoco por qué nos abandonó-digo, intentando convencerme más a mí misma que a ella-. Nosotros somos más que eso, estamos por encima. Mi papá es Xavier, el hombre con el que estás casada ahora, tenga o no tenga mi sangre. ¿No lo entiendes? Es él el que me crió y es a él a el que echo de menos porque está fuera, no al otro hombre del cuál sólo conozco el nombre y una foto vieja. Esté vivo o muerto no necesito a nadie más en mi vida. Él decidió irse sean cuales sean las consecuencias mamá. Y no sé de quién sería la culpa, pero ambos eráis jóvenes y un error lo pudo haber tenido cualquiera de los dos, pero fuiste tú la que me criaste y fue él el que decidió no quedarse a conocerme. Mi familia es muy pequeña, pero desde luego no hay más hueco para que él entre ahora. No quiero conocerle. Y estoy segura de que él a mí tampoco.
-Cielo... Te quiero-dijo ella, saliéndole las lágrimas.
Me abrazó durante unos minutos, y por fin me volví a sentir como en casa.
***
Dev:
Al irme a vivir aquí, ya había cumplido los 18 años, pero al haber repetido dos cursos por todos mis problemas, seguía en el instituto, y Rebeca se ofreció a darme cobijo, al no vivir demasiado lejos del edificio. Durante un tiempo después de que mis padres muriesen, ella se quedó a cuidarme, hasta que se tuvo que ir por trabajo, y la quiero como si fuese parte de mi familia. Es ella la que consigue hacerme hablar de John o de mis padres sin que la insulte y la quiero más de lo que quiera decir. Es una mujer pequeña, delgada, con el pelo muy corto y la cabeza muy alta. Siempre me ha apoyado incluso de lejos, y de hecho, fue ella la que finalmente me convenció para denunciar al cabrón con el que vivía.
La veo en la cocina y voy a saludarla. Me da un beso y me sonríe, mientras me pregunta qué tal el "paseo". Sé que sabe que salí por otra cosa, pero es lo suficientemente lista para saber que hablaré cuando tenga que hablar. y eso es ahora.
-Es una chica.
-Pensé que era un chico, vaya-dice, rodando los ojos y riéndose.
Levanto una ceja y continúo hablando, ya que me mira expectante.
-Nos hemos besado-suelta un gritito...<mujeres...>- y no sé que hacer.
-¿A qué te refieres?
-Nunca he estado con ninguna chica en serio, pero ella me tiene... loco, no sé-digo, y noto calientes mis mejillas. Me froto el cuello y sigo hablando-No tengo ni idea de que somos ni nada, pero no sé si tengo que decirle algo o...
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La Carta.
Teen FictionTalia. 16 años. Después de haber descubierto en un marco roto una carta afirmando que su padre sigue vivo, la obligan a ir a la orientadora de su instituto, donde se cruza con unos ojos verdes que nunca había visto antes. Dev. 18 años, de los cuales...