Talia:
Sonrío al leer el mensaje y Andrea enarca una ceja.
-Sí, sí, ya sé que tienes razón en todo. ¿Podemos salir a esperar el coche?
Asiente y le escribo una nota a mi madre.
<Salgo a una fiesta. No me esperes, llegaré tarde.>
Le dejo la dirección por si pasa algo y salimos a la acera. Los chicos tardan pero llegado un momento aparece el viejo BMW de Leo.
-Venga, id subiendo-dice abriendo la puerta del coche-. Vamos a llegar tar...-Mira a Andrea y se queda callado.
La verdad es que va guapísima. Lleva un dos piezas con algo de escote, de pantalón corto, ya que todavía hace calor por las noches, y unos tacones de cinco centímetros que la hacen pasar del metro setenta por una vez.
-Te puedo pasar fotos, si quieres-le dice Andrea guiñando un ojo y riéndose.
Se me escapa una carcajada y Andrea me mira poniendo cara rara. "Hoy estás muy risueña", dice moviendo la boca. Me encojo de hombros y entro en el coche. Paramos un par de calles después y entran los que viven por la zona, una chica alta morena que se llama Elena, un chico rubio llamado Diego, Ángel, y para mi sorpresa, Dev.
Sabía que vendría pero no pensé ni que vivía tan cerca, ni que iríamos juntos en el coche. Ya había notado que se había juntado con Leo y su grupo, pero parecía que no se habían hecho exageradamente amigos.
Hablo un rato con Ángel, que está muy guapo. Nunca había caído en ello, pero hoy, que se ha puesto lentillas en vez de sus gafas de siempre, lo noto. Me da un par de cumplidos y hablamos de otra cosa. Está muy amable hoy, y lo agradezco. Necesitaba alguien simpático aparte de Andrea, que sólo habla con Leo, y el día del trabajo me cayó muy bien. Pero, de alguna manera, hay algo raro en cómo me trata.
Sacudo la cabeza y me centro. Esta va a ser una buena noche.
***
Dev:
Llegamos a la casa del padre de Leo. Según lo que me contaron, el vive con su madre, pero su padre tiene una casa al este de la ciudad digna de celebrar la fiesta allí. La gente todavía no llega, son las 8:30 y la fiesta empieza en un rato.
No he hablado con Lia pero desde luego, la he visto. Ese vestido es quizá demasiado ajustado, pero madre mía. Es la primera vez que la veo con algo que no sea suelto; aunque viste siempre va con jerseys o camisetas sueltas muy a la moda o lo que sea pero ocultan el potencial que de su delantera. No sé si me gusta que los chicos la miren, pero la verdad es que está espectacular. Ángel no ha parado de coquetear con ella, y he sido incapaz de no lanzarle una mirada asesina.
Ella no se ha enterado, ni siquiera estaba interesada en él, o eso creo. Se ha pasado el viaje hablando con la otra chica. Leo ha estado callado mandando un intento de miradas discretas a Andrea. Es una chica muy mona, con el pelo muy oscuro y los ojos claros. Pero no es mi tipo.
Guardamos nuestras cosas en un armario y, al rato, empieza a llegar la gente. Las botellas empiezan a extenderse por todos lados y las parejas hacen de las suyas. Es una de las cosas que no soporto de las fiestas.
Leo me ofrece un vaso rojo pero niego con la cabeza. Se encoje de hombros y señala a una esquina, donde esta Talia con Andrea.
-Ahí está tu chica- dice. Dentro de poco habrá que gritar para oírnos, la fiesta se está llenando.
Le miro con los ojos abiertos y niego con la cabeza.
-No tenemos nada, tío.
-He visto como la miras-dice guiñándome un ojo, y se va con Talia y el resto.

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La Carta.
Novela JuvenilTalia. 16 años. Después de haber descubierto en un marco roto una carta afirmando que su padre sigue vivo, la obligan a ir a la orientadora de su instituto, donde se cruza con unos ojos verdes que nunca había visto antes. Dev. 18 años, de los cuales...