El Suicidio De Katrina[EDITANDO]

Capítulo 3.

El primer motivo para morir:

— ¿Quieres qué te acompañe? —le preguntó Logan, ella tenía sus auriculares puesto, una suave música se reproducía por lo que escuchaba claramente lo que le decían.

—No, mi tío Mark vendrá por mi—respondió viéndolo justo a los ojos.

—Igual puedo hacerte compañía hasta que venga—insistió y ella disimuló con una sonrisa el fastidio.

—Puedes irte, estaré bien—se limitó a decir.

—Como quieras —habló enojado. Katrina lo vio confundida.

—No te lo tomes a mal.

—Lo siento, es solo que... Adiós—y se fue.

«Ese chico sí que me espanta, ya decía yo que no podía ser tan lindo sin tener algo malo en esa cabeza»

Pensó Katrina viendo como él se iba.

Habían pasado seis días desde que ellos dos se iban juntos a la escuela.

Katrina ahora era más vista, las personas de la escuela empezaban a verla más y comenzaron a hablar de ella, algunas hablaban bien de ella, y otras de todo lo contrario, sin embargo, ella no escuchaba ni lo bueno ni lo malo. Se la pasaba con sus auriculares puesto en los oídos la mayoría del tiempo, incluso estando con Logan o en clase.

—Salvatori—ella alzó la vista y vio a su primo Dave. Dave no era su primo favorito, de toda su familia, él era el más detestable—. Sé que soy irresistible nena, para ya, ven.

—No me iré contigo, cínico desgraciado, ¿dónde está Mark?

—Está... Aquí no, así que mueve tu lindo traserito hasta aquí—dijo. Ella se puso de pie y comenzó a caminar lejos del auto—. ¿Vas a caminar hasta tú casa?

—Púdrete —le sacó el dedo del medio y él rió. Katrina quiso golpearlo pero sólo tomó aire y siguió caminando.

—Vamos nena—Dave la seguía con el auto—. Maldita suicida esquizofrénica—refufuñó desde el auto. Katrina contó hasta cinco mientras tomaba una piedra del suelo. Al llegar a cinco lanzó la piedra golpeando el parabrisas haciendo que se partiera el vidrio.

Dave gritó enfurecido y salió de carro para ir tras ella.

— ¡Te haré pagar!—gritó. Katrina rió y comenzó a correr también.

Dave corría rápido pero Katrina iba aún más rápido. Por ningún momento ella llegó a temer, sin embargo sintió alivio al ver su casa.

— ¡Ya veras, Katrina! —gritaba Dave atrás de ella.

Katrina llegó a su casa, abrió la puerta, tomó aire para recuperar el aliento perdido y porque a pesar de todo estaba cansada.

La puerta se abrió de golpe dejando ver a un Dave furioso, ella le sonrió de lado mostrándole el dedo del medio. Él estaba en su territorio y no le haría nada enfrente a su familia.

Sin embargo, lo que no sabía Katrina era que sus padres no estaban en casa ni su hermano. Ella estaba sola con la persona menos adecuada.

— ¡Mamá ya llegué! —gritó.

—Mi preciosura—susurró él acercándose, Katrina lo vio confundida—. No hay nadie en casa.

— ¿Qué? No, ¡Mamá, papá, Joe! —gritó y Dave rió.