Capítulo 4.

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Investigado:

Tres días después del funeral, Spencer se dedicó a descubrir el motivo principal del suicidio de Katrina. Leyó alrededor de treinta páginas del cuadernito, pero no consiguió nada que pudiera justificar su muerte. Pérdida el en la escritura de su difunta mejor amiga se dio cuenta que al principio de la hoja siempre habían dos números, que eran la fecha en la que ella escribía o se refería.

Entonces, vio que radicalmente Katrina dejó de escribir desde el seis de marzo hasta el último de ese mismo mes. Y cuando comenzó a hacerlo no era lo mismo, Spencer que conocía de pie a cabeza con toda y maña a Katrina se había percatado de lo sucedido.

—Estás pálida.

Spencer ignoró a su padre completamente. Henry Maxweld de cuarenta y cuatro años, padre de cuatro bellas hijas, y divorciado.

Las cosas con su esposa no habían ido bien y hacía ya cuatro años desde su divorcio con la mujer que él había jurado amar de por vida. Tres de sus hijas habían decidido irse con su madre, más la menor, prefirió quedarse con él, aunque dentro de su cabeza siempre estuvo la idea de que la razón por la cual Spencer se quedara con él, era el motivo de permanecer al lado de Katrina.

Él no se quejó, ni se ofendió, ni se molestó, disfrutaba de la idea que Spencer estuviera con él. Henry amaba a su hija como a nada en la vida, Spencer siempre fue la gema de sus ojos, y a pesar de ser algo insistente y mortificadora, Spencer mantenía la mejor relación con su padre.

—Hay pizza ahí —insistió su padre intentado que su hija aunque sea lo viera. Pero ella mantuvo su postura y leía con cautelo la escritura.

Henry, algo decepcionado de no lograr lo querido, solo le besó la frente y se fue a la tienda, últimamente disfrutaba de la compañía y habladuría con Sandra, la cajera de esa tienda.

Al salir de casa se topó con el ahora único hijo de los Salvatori, se saludaron y con una mirada se dieron a entender que Joe iba a ver a Spencer, por lo que Henry lo dejó pasar a la casa y así, irse.

— ¿Qué buscas exactamente?—preguntó confundido e intrigado, Joe.

—Cualquier cosa que me explique la muerte de ella. Joe, nadie puede morir así, sin algún motivo o razón, no seria lógico—expuso ella exasperada.

—Katrina siempre fue tímida, siempre le temo y odió estar con más personas, quizás, en las ganas de sacarse de la mente el echo de que muchos hablaban de ella, no sé...

— ¿Qué estás diciendo? No tiene sentido, y es absurdo, ¡Katrina jamás hubiera muerto por algún estupidez! ¡Está hasta escrito en su diario, ella quería morir pero necesitaba buscar el motivo, no una patética excusa!—interrumpió ella gritando.

Ambos dejaron el pequeño desacuerdo de ideas así, Spencer le explicó y enseñó el descubrimiento reciente, pero Joe no le dio tal importancia, no era porque no la importase de verdad sino que eran muchos motivos y razones para pensar en la muerte de la mujer que él más había amado, su hermana.

Spencer comenzó a separar las hojas, seleccionó las hojas de los días donde Katrina había escrito normal, otros donde ya era más seca y algo suicida y por último las palabras frías que ella había dejado sin ninguna razón alguna, o alguna razón para Spencer o cualquier que lo leyese sin saber lo que le había ocurrido en verdad.

— ¿Cómo se supone que lo averiguaremos? —preguntó en un suspiro Joe, admirando la distribución de hojas en la mesa.

—No lo sé... Debe haber algo, una insignificante cosa de la que no nos hemos percatado.

El Suicidio De Katrina[EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora