Capítulo 3: Ilusión y Decepción

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¡Ah, que bien! Hoy es 24 de diciembre. Por fin hoy llegan mis hijos para pasar navidades y año nuevo conmigo. Me siento tan feliz de poder compartir con ellos luego de un largo año de soledad y extremada tristeza. Compré la comida, preparé el comedor, adorné la casa, puse el árbol, compré los regalos, está todo listo. Sólo falta que ellos lleguen para que comience la fiesta.

(¡RIIING!-suena el teléfono)

Ohh, es Michael, me llamó. Para decirme que ya viene de camino. Se tardará un poco, son 4 horas de viaje. También me llamó Lisa para decirme que iba a traer los postres. ¡Qué emoción, mis hijos vendrán a visitarme, por fin! Me llamó mi otra hija, Jennifer, dijo que traería a mi hermana Stephania. Este año no la pasaré solo. ¡Cuántas gracias le doy a Dios!

(2 horas más tarde)

Wow, recibí una llamada de Jennifer, tuvieron un accidente y van camino al hospital así que no tendrá tiempo de llegar acá y no estará para las fiestas de navidad. ¡Pobre mi pequeña! Espero que esté todo bien. Quisiera poder llegar allá y estar con ella en este momento difícil pero mi edad y mi condición no me lo permiten.

(20 minutos después)

Recibí una llamada de Michael. Dijo que no podrá venir porque se olvidaba que estaba de aniversario con su esposa y se quedarán en un hotel por esta temporada, así que no estará para las fiestas de navidad. Bueno, al menos vendrá Lissa que es mi bebé consentida.

(Luego de 1 hora)

Tomé el teléfono para llamar a Lissa y no contestó. Llamé varias veces repetidas y no contestó. Ya casi eran las 6:00 de la tarde y aún nadie llegaba. Toda la comida estaba servida, la mesa estaba tendida, y todo listo para la gran celebración. Sentado en mi balcón, ansioso de ver a mi pequeña bebé llegar.

Dieron las 8:00 pm y Lisa no apareció. "Algo tuvo que haber pasado"-cuestioné yo. Lisa nunca me ha quedado mal en algo, algo tuvo que haber pasado. 9:00 pm de la noche recibo una llamada, era Lisa. Rápidamente pregunté que había pasado. Lamentablemente, Lisa tuvo que salir de emergencia a los Estados Unidos porque su hija se cayó de la cuna y te dio en su cabecita y tiene una hemorragia celebral. Así que ni vendrá a la fiesta.

Mi corazón se llenó de dolor, se oscureció aún más mi noche. Boté la última lágrima que pude recordar. No lloré más. Se endureció mi corazón. La soledad me embargó, y pasé mi noche de navidad sentado en el balcón mirando al firmamento.

Una Mirada En El OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora