Capítulo 8: Alegría de 2 días

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Sentados en la mesa, todos cenando, celebrando la navidad, ya pronto a abrir los regalos. Este día ha sido el mejor. Mi hijo planeó varias salidas para mañana e iremos a distintos lugares para compartir. Ciertamente, si Liss estuviera aquí disfrutaría de todo esto.

(Al próximo día)

Bueno, ya estamos por salir. Iremos a dar una vuelta por las montañas y cenaremos en un restaurante, mis niños si conocen deseos. Aunque hoy me siento un poco mal, mi cuerpo está cansado, mis pies cada día se debilitan más y ya casi no me sostengo, pero tengo que disimular mi dolor para que mis hijos puedan disfrutar, para mí, ellos son primero.

Hemos pasado un día fenomenal. Terminé exhausto, mis pies hinchados, mi espalda pasmada, mis rodillas adoloridas pero nada, voy a descansar, espero mañana poderme sentir mejor.

(Al próximo día)

Hoy decidimos ir a un parque a compartir. Mis nietos son hermosos, locuras conmigo. Mis hijos, contando viejos cuentos que hacen que saque carcajadas que habían estado estancadas por años dentro de mí. ¡Que feliz me siento! Poder disfrutar estos últimos días del año con mis chicos. No quisiera que se fueran. ¡Wow! Michael me regaló un televisor, Jennifer un nuevo celular. Que lindos mis hijos. Pero, ¿y Lissa?. Ella me llamó a aparte y me dijo:"Papá, soñé anoche contigo y en él sueño veía como mamá te abrazaba y te acogía en sus brazos y ella me dijo que te diera esto ". (Me entregó una carta). " Gracias mi tesoro"-respondí. No la leí hasta llegar a la casa.
Cuando llegué a la casa, acosté a todos, me encerré en mi cuarto y comencé a leer la carta. Era una carta que Liss le había dejado a nuestra hija para que me la diera, la cual había estado guardada durante 15 años. La misma decía:

"Raymond Alexander Bufford. El hombre de mi vida, el hombre que me hizo sentir la mujer más especial del mundo, el hombre que me dio 3 adorables hijos, el hombre que supo amarme aún por encima de la enfermedad, el hombre que cumplió cada una de sus promesas. Gracias por hacerme la mujer más feliz de este mundo, gracias por cuidar de mi, gracias mi amor gracias. Sé lo muy duro que es para ti dejarme ya que nunca nos hemos separado pero sabes mi precioso que te llevo dentro de mi corazón y te recordaré siempre como el hombre que supo amarme con todo su ser. Te estoy esperando acá mi amor, con amor, Liss".
Bajó por mi mejilla una lágrima de alegría, reflejaba el gran gozo que llevaba por dentro en ese momento al leer aquella carta. ¡No hay palabras para describir esta alegría!

Una Mirada En El OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora