Estaba en shock.
Ese pedazo de papel entre mis manos había logrado hacerme tan feliz. Incluso mis padres no podían con tanta felicidad, mis hermanos saltaban y gritaban por toda la sala y yo solo pude dejar salir una sonrisa cuando todos se abalanzaron sobre mí para felicitarme.
No podía creerlo, durante meses había estado esperando esa carta y por fin la tenía. Estaba tan emocionada, mi sueño siempre había sido el poder entrar a la Escuela de Música y Artes de Pensilvania para estudiar fotografía.
Aunque el entrar ahí significara el tener que mudarme temporalmente y no ver a mi familia todos los días, como acostumbraba, estaba muy contenta y ellos también.
Esa misma tarde comencé a hacer mis maletas, mi madre me ayudaba a empacar mientras mi padre se sentaba a mi costado hablándome sobre todos los posibles peligros y que debía cuidarme mucho, por enésima vez. Tyler, mi hermano menor, comenzó a llevar sus cosas a mi cuarto mientras yo rodaba los ojos y mi hermano mayor, George, me empacaba algunos discos de su colección de los Beatles diciéndome que cuando los escuchara me inspirarían para crear arte.
Aquella noche no pude dormir, por mi mente solo imaginaba que a la mañana siguiente tendría que tomar un bus que me llevaría a una nueva ciudad.
Amaneció, me levanté y me alisté rápidamente. Bajé a desayunar y ahí estaban todos, sonriéndome, no pude evitar emocionarme, después de todo, esta sería la última vez en mucho tiempo que comeríamos juntos.
Al terminar me puse el abrigo y mi padre encendió el auto mientras mis hermanos ayudaban con mi equipaje para dirigirnos a la estación. Al llegar, ya quedaban pocos minutos para que saliera mi bus y me despedí de todos con un fuerte abrazo. Recuerdo que ese momento se me hizo eterno. Abordé el bus y al llegar a mi asiento asomé mi cara por la ventana, vi a mi familia una vez más y les grite un "los amo".
El viaje a Pensilvania se me hizo infinito aunque disfruté mucho fotografiando el paisaje urbano. Cuando llegué por fin a mi nueva ciudad en mi cara se dibujó una enorme sonrisa que no podía controlar, bajé del bus y fui por mi equipaje, tomé un taxi y fui directo al departamento que mis padres habían alquilado para mí.
Al llegar subí por el ascensor hasta el octavo piso, el edificio era gigante y muy bonito, elegante y moderno. Pude notar que ahí vivían varios estudiantes de la universidad, lo cual era obvio, ya que quedaba cerca y podías llegar caminando.
Mi departamento era el número 86, al igual que el presente año. Caminé por el pasillo muy emocionada de ver lo que sería mi lugar durante los próximos años de estudio, y al llegar me encontré con un chico muy llamativo por su alborotado y largo cabello rubio y sobretodo su look rockero que lo hacía lucir -lo admito- muy guapo. Él estaba junto a mi puerta como esperando a que llegara el dueño, osea yo.
-Hola- le dije algo tímida de acercarme.
-Oh, ¡hola!- respondió él, muy amistoso.
-Emm, ¿buscas a alguien?
-Sí, bueno, quisiera hablar con el dueño de este departamento ¿eres tú?
-Sí, soy yo.
-Oh- sonrió -Richard- me extendió su mano -, pero todos me llaman Rikki.
-Chloe- le sonreí -, y todos me llaman Chloe- reímos -. Bueno, ¿pasó algo?
-Pues, estoy viviendo en el departamento de aquí al costado y de pronto sentí un olor a gas, revisé mi cocina pero todo estaba en orden, así que creí que tal vez la fuga venga de la tuya.
-Oh, Dios, eso sería terrible- exclamé mientras me apresuraba a abrir la puerta -Por favor, pasa.
Mientras Rikki revisaba yo entré con mis maletas y las acomodé momentáneamente en la sala, me quité el abrigo y fui a la cocina para ver si en verdad provenía de aquí la fuga de gas.
-Bueno, creo que tu cocina no es la del problema- me dijo Rikki levantándose del suelo.
-Ah, me alegro- dejé salir un leve suspiro -quisiera poder ofrecerte algo, pero como verás aún no hay nada... Aunque supongo que tengo agua y vasos- le dije mientras revisaba.
-Un vaso de agua estaría bien- me dijo sonriendo.
Su sonrisa era encantadora, me daba la impresión de que cada vez que lo hacía se volvía un niño pequeño. Le serví el vaso de agua y se lo bebió muy rápido.
-Lo siento, es que tenía mucha sed- dijo al devolverme el vaso vacío.
-No te preocupes- respondí.
De pronto lo noté algo inquieto.
-Seré sincero contigo, la verdad es que no había ninguna fuga.
-¿Cómo? ¿Y entonces qué...?- pregunté algo asustada.
-Solo quería saber si podía usar tu balcón para poder entrar a mi departamento. Es que salí un rato y olvidé las llaves dentro- admitió con una pequeña y tímida sonrisa -. Solo no quería parecer un idiota.
Me eché a reír -Tranquilo- le sonreí -, claro que puedes usarlo, pero por favor ten cuidado.
-Muchas gracias -dijo.
Rikki me dio la impresión de ser muy buena gente.
Con mucha habilidad, dio un pequeño salto.
-Eres muy linda, Chloe- me dijo ya del lado de su balcón -Prometo que no volverá a pasar.
-No te preocupes, pero me debes una -dije bromeando.
-Claro que sí. Es más, si quieres podrías venir esta noche a mi casa, podríamos comer pizza ¿te parece?
¿En serio? Eso fue rápido.
-¡Claro!- le respondí -Pero si no te importa prefiero entrar por la puerta- reímos.
-Te espero a las 8.
-Bien, ahí estaré.
Entonces decidí comenzar a desempacar y acomodar todo en mi nuevo departamento, así que cuando terminé ya eran las 7 p.m. Fui a ducharme y arreglarme para ir a cenar con Rikki, me alegraba haber conocido a alguien amable aquí y tan deprisa.
La verdad es que no sé por qué me tomó tanto tiempo decidir qué usar, finalmente opté por unos pantalones negros algo ajustados, un polo blanco algo holgado y unos botines bajos. Ya eran las 8:05 así que salí, me dirigí a la puerta de Rikki -que estaba al costado- y toqué el timbre.
-Hola de nuevo, Chloe- me sonrió.
-Hola, Rikki- le sonreí también.
-Vamos, pasa, justo acababa de llegar la pizza.
-Vaya, qué lindo es tu departamento- dije notando que estaba ordenado. Es decir, en mi mente, la mayoría de chicos lo tenían todo hecho un desastre. Noté que no había comedor, así que comeríamos en la sala que estaba sobre una alfombra peluda, muy agradable.
Mientras tanto, pude observar que en una de las habitaciones había una batería.
-¿Esa batería es tuya?- pregunté curiosa.
-Sí- sonrió tomando un trozo de pizza.
-Vaya- dije imitándolo -Supongo que debes tocarla muy bien.
-Así es, incluso toco en una banda con unos amigos -agregó encendiendo la radio.
-¿En serio?, ¿cómo se llama su banda?
-Poison -respondió con naturalidad sin mirarme mientras buscaba algo bueno en la radio.
En ese momento arrugué el ceño intentando hacer memoria. Ya había oído y leído ese nombre.
-¿Poison?- repetí.
¡¿Acaso se refería a la banda del reciente famoso álbum de rock?!
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Viviendo el rock [Poison FanFiction]
FanfictionSí, este es un FanFic de la banda Poison :) Escribo una porque no encontré ninguna en español y ¡en verdad me encanta Poison! Creo que Bret era guapísimo y la música de esta banda es genial.