⟪8º Capítulo⟫

133 21 12
                                    

-------------------------------------------------------

*Gerard*

Salí de clase y me quedé hablando con Lin-z en uno de los bancos. Tras media hora hablando, decidimos irnos cada uno a su casa, pero entonces encontré a Frank llorando en un banco y se me encogió el corazón. Me acerqué poco a poco, con el corazón en un puño.

-Ho... Hola...-dije tartamudeando. Estaba muy nervioso.

Frank levantó la cabeza a donde me encontraba yo con una expresión triste y me miró a los ojos, los suyos estaban rojos e inundados, pero luego volvió a enterrarla en sus manos tatuadas.

-Sé que no somos muy amigos, pero puedes contar conmigo-poco a poco fui cogiendo valentía para hablar con él-¿qué te pasa?

Y esta vez si que respondió.

-Mi padre a muerto-dijo en un susurro y empezó a llorar más.

Como no sabía que hacer, pasé mi brazo por su espalda a modo de consuelo. Para mi sorpresa, Frank apoyó su cabeza en mi hombro, aún llorando.

-Yo también he pasado por eso... Sé que es muy duro, pero yo te ayudaré a pasar por ello.

-Gracias Gerard...

Tras un par de minutos, que parecieron segundos, él se levantó y me dijo que tenía que irse a casa, pero antes de irse me dio su número de teléfono.

Llegué a casa con una sonrisa enorme, cuando Donna me vio, me miró de arriba abajo.

-¿Por qué estás tan feliz?-dijo dándole una calada a su cigarro.

-No es asunto tuyo-dije yo mientras mi sonrisa se esfumaba y mi tono de voz se volvía amenazador.

-No me hables así que soy tu madre-dijo ella con severidad.

-¿DICES QUE ERES MI MADRE Y NI SI QUIERA ME DIRIGES PALABRA?-dije gritando-¡Te pasas el día tirándote a hombres que no conoces, les prestas más atención que a tu propio hijo! No vuelvas a decirme que eres mi madre, ¡porque no sabes nada de mí!

-Gerard cálmate...

-¡NO ME DIGAS QUE ME CALME! ¡Estoy harto! ¡Ni si quiera fuiste al funeral de papá y Mikey!-las lágrimas comenzaban a brotar de mis ojos-¡No te preocupas ni de tu propia familia!

Un incómodo silencio apareció. Por un lado estaba yo, con lágrimas corriendo por mi rostro y los puños apretados, y por otro lado estaba Donna, con una mueca de tristeza mezclada con rabia.

-Me voy a mi cuarto, tengo cosas que hacer-dije susurrando, aunque lo dije lo suficientemente alto para que "mi madre" me escuchara.

Me di la vuelta y me fui a mi habitación con paso firme. Me encerré en mi cuarto, me tumbé sobre la cama mirando el techo, estuve así por cinco minutos, pero de pronto esuché algo al otro lado de la puerta. Me acerqué lentamente a la puerta cerrada y apoyé mi oreja para escuchar mejor. Era Donna, estaba llorando.

Salí de mi cuarto y la vi sentada en el suelo, con el rostro entre los brazos llorando fuertemente. Me acerqué y la abracé por la espalda.

-Lo siento mucho Gerard-sollozaba-todo es mi culpa.

*Frank*

Aunque lo odiaba con toda mi alma, no pude evitar sentir una lástima terrible. Cheech, mi padre, había muerto.
Salí de clase y alguien me llamó al móvil, un número no registrado.

*Llamada telefónica*

Frank: ¿Diga?
X: Buenos días, soy la doctora Carol llamo desde el hospital, ¿hablo con Frank Iero?
Frank: , ¿que quiere?
Dra. Carol: Lamento informarle de que su padre, Cheech Iero, ha muerto por un ataque al corazón.

*Fin de la llamada*

Colgué de mala gana. "Tiene que ser una broma" pensé "odio a ese idiota, pero no puede haber muerto". Aunque si lo odiara, no hubiera empezado a llorar.
Mientras mis ojos derramaban un maldito mar de lágrimas, me empecé a dirigir a mi casa pero al notar que mi cuerpo comenzaba a pesar cada vez más, me derrumbé sobre el banco que tenía a mi lado. No supe si estuve horas, minutos o segundos allí sentado, con la cabeza entre las manos y con un dolor muy fuerte en el pecho. Cheech me había hecho mucho daño en el pasado, me había pegado estando borracho y me había dicho muchas veces que la muerte de mi madre había sido por mi culpa. Aunque tenía razón, ya que Linda había muerto durante el parto que me trajo a la vida, que me dijera eso dolía muchísimo. Aquel hombre me había abandonado a los trece años y me había dejado completamente solo, aunque fuera ilegal.

Y aún así, seguía haciéndome daño su muerte.

De pronto, mientras yo seguía allí llorando, apareció Gerard y me estuvo consolando. Nunca nadie había movido un solo dedo por mí, yo siempre había sido el chico raro que se sentaba bajo un árbol a leer un libro, no solía relacionarme con el resto de gente. Aunque Gerard no me conociera, se acercó a mí y, como si fuera mi amigo de toda la vida, pasó un brazo por mi espalda y me consoló con sus palabras.

Desde entonces estuve enamorado de él.

-------------------------------------------------------





He is a psycopath【FRERARD】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora