III

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___ POV

Mi primer instinto fue pensar en salir por la ventana de mi antigua habitación. Dos chicas venían subiendo las escaleras y alcanzaron a verme. Caminé rápido hacia mi cuarto, abrí la ventana y salté. Me oculté tras un arbusto.

—¡Ella no está aquí! —gritó la chica más alta.

Una de ellas dejó caer un papelito en mi dirección. Lo agarré y lo leí:

Volveremos a encontrarnos.

- H & H

Sabía que si arrancaba mi auto Alejandro se daría cuenta de que estaba aquí. Opté por caminar lejos de ahí a paso apresurado.

Eran las 10 de la noche y me quedaba más cerca la casa de Lauren. No quería incomodarla, pero iría hacia allí.

Después de 1 hora caminando llegué a su casa. Toqué la puerta y abrió Clara.

—¿_____? —preguntó extrañada.

—Necesito hablar con ustedes. Todos ustedes —dije apresurada.

—Está bien, adelante —dijo haciéndose a un lado para dejarme entrar.

Llamó a Michael y a Lauren. Esta última se extrañó de verme ahí. Tenía una pijama puesta.

—¿_____? ¿Qué sucede? —preguntó Lauren confundida.

—Tomen asiento —dije.

Todos se sentaron en un sillón amplio frente a mí.

—Lauren, estás en peligro —solté.

Sus papás me miraron confundidos.

—¿De qué hablas? —preguntó la ojiverde confundida.

—Camila Cabello —dije simplemente.

—¿Qué hay con ella? —preguntó Lauren.

—Alejandro, su padre, es narcotraficante. Sé que sabes que los míos también lo son —me pausé—,  pero hay una enorme diferencia entre los Cabello y los Eaton y eso es la muerte.

Los tres me miraron incrédulos.

—Mis padres no van matando gente por ahí por diversión, a diferencia del padre de Camila —volví a pausarme—. Yo no vivo con mis padres. No quise llevar la misma vida que ellos. Al principio no lo aceptaron, pero al final lo hicieron.

—¿Qué tiene que ver Camila? —preguntó Clara.

—Ella está en el negocio junto a su padre —dije.

—¿Todo este tiempo he estado conviviendo con una asesina? —preguntó Lauren alterada.

—Lau, escucha. Mis padres y los de Camila dejaron de hablarse hace mucho tiempo cuando algún negocio salió mal. Camila era muy pequeña para que se acordara de mí, pero al parecer lo hizo. Probablemente mis padres a esta altura ya estén muertos —dije—. Fui a visitarlos y Alejandro entró a buscarme. Mandó a dos de sus matonas, pero por alguna razón ellas me cubrieron.

Tocaron la puerta. Me alerté. Saqué mi arma que estaba en la cinturilla de mis jeans, atrás. Los Jáuregui se impresionaron.

—Atrás del sillón, rápido —dije mientras apuntaba hacia la puerta.

Para mi buena suerte me hicieron caso.

Volvieron a tocar.

—Pase lo que pase, no salgan —dije yendo hacia la puerta.

Nunca dejé de apuntar. Sin esperar nada más, abrí la puerta de golpe.

—Tranquila, no venimos a pelear —dijo una chica morena.

—Sí, venimos a ayudar —comentó la chica más alta.

—¿Quiénes son? —pregunté.

Seguía apuntando.

—Dinah Jane Hansen y ella es Normani Hamilton —dijo la más alta señalándose y señalando a su compañera.

—¿Qué quieren conmigo? —pregunté a la defensiva.

—Tranquilízate. Acabamos de salvar tu trasero —dijo Normani.

El papel.

Saqué la nota y la extendí. Se las mostré.

—¿Son ustedes H & H? —pregunté.

—Así es. Hansen y Hamilton —contestó Dinah.

—¿Por qué me cubrieron? —pregunté confundida.

—Alejandro mató a nuestros padres y nos obligó a trabajar para él. Queremos venganza —contestó Normani.

—No soy una persona vengativa. Sé que mis padres ya están muertos —dije.

—Lo están —contestó Dinah.

—Hay que hacer algo o él seguirá haciendo de las suyas —dijo Normani.

—No me interesa. Yo solo quiero proteger a Lauren y su familia —dije.

—Te ayudaremos —dijeron al mismo tiempo.

—Pasen rápido —dije haciéndome a un lado y bajando el arma.

Ellas entraron y se dirigieron a la sala.

—¿Lau? Es seguro salir —dije en voz muy alta.

Poco a poco Lauren y sus padres fueron saliendo de atrás del sillón. Volvieron a tomar asiento en donde estaban antes. Dinah y Normani se sentaron en cada reposa brazos y yo me senté enfrente de todos ellos.

—Entonces, ¿qué saben de Cabello? —pregunté.

—Sabemos sus escondites. Sus horas de trabajo. Sus cuentas —contestó Dinah.

—¿Cómo es que las obligó a trabajar para él? —pregunté.

—Los padres de Dinah y los míos conocieron a Cabello en un bar. Él había matado a todos ahí. Perdonó a nuestros padres con la condición de que trabajasen para él. Más tarde nuestros papás se revelaron contra él —contestó Normani.

—Nos dijeron que si nosotras no cooperábamos, nos violarían sus ayudantes... —aportó Dinah—. Y vaya que son muchos.

—Bastardo —expresé.

Surgió una idea en mí.

—Hay una casa que me regalaron mis padres. Está por las montañas. Nadie se atreve a ir ahí ya que es un camino muy peligroso. Ellos me la regalaron pensando en este tipo de situaciones —expresé—. Familia Jáuregui, necesito que vayan y se oculten allá. Dinah, Normani y yo podemos acabar a este desgraciado.

—¡No voy a dejarte sola! —gritó Lauren.

—Lau, está bien. Puede que no regrese, pero si eso significa que tú y tu familia estarán a salvo, entonces valdrá la pena el riesgo —dije.

—Ya no tenemos nada que perder —intervino Dinah.

—Así es. Nuestros padres ya están esperándonos en algún lugar —confirmé.

—Sugiero que nos vayamos ya —comentó Normani—. Camila sabe cómo llegar a ti.

Me señaló y luego señaló a Lauren.

—Ella no se atrevería a usarme como carnada... soy su mejor amiga —dijo Lauren indignada.

—Te sorprendería lo que alguien de su clase puede hacer —dije suspirando—. Agarren lo que sea necesario. Que sea rápido.

Me paré de mi asiento.

—Somos todas oídos —dijo Normani asintiendo.

—Vigilen las puertas —dije.

Ellas asintieron; Dinah se fue a la puerta trasera y Normani a la delantera.

—Démonos prisa, entonces —dijo Michael.

20 minutos después ya todos estaban listos.

Hora de irnos.

———

¡Los quiero! Feliz año nuevo.

Drug Traffic (Lauren & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora