Capítulo 1: El Comienzo, Parte 1.

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Año 3417.
yo soy Zack, tengo la edad de 17 años, hace 10 años en 3400 mis padres fueron raptados por el gobierno de E.E.U.U; y ellos en su último intento por salvarme, hicieron que el mayordomo me salvará y llevara a Nueva Canadá que por suerte no había entrado en guerra con nadie, pues la Nueva Canadá había sido algo bombardeada por aviones hacía 100 años o más.

A pesar de esos eventos ocurridos en el pasado, aún vive gente en este lugar, y por mucha suerte teníamos una casa de verano ahí, así que el mayordomo me llevo, a rastras al nuevo lugar, y entre quejas y sufrimiento, decidí aceptar el "adiestramiento" que el mayordomo me daría

–escucha Zack, más te vale que hagas esto no por mí, sino por tus padres, ellos con su única oportunidad de escapar nos dieron tiempo de huir, es preferible que aprendas a vengarte, porque a partir de ahora es lo que habrá que hacer-
son las palabras que el mayordomo, Larry me solía decir en cierto modo para motivarme, aunque bien es cierto que también me ponía triste.
Cumplí 11 años, y aprendí a usar mi primer arma, una magnum pequeña, pero muy potente, mis primeros objetivos eran simples botellas de vidrio inmóviles, pero conforme pasaba el tiempo, los objetivos eran cada vez más complicados, Larry se sorprendió de mi increíble habilidad con las armas, a pesar de ser solo un niño de escasos 11 años, en un solo año, logre aprender a usar la mayoría de armas de fuego que existían para el momento, incluyendo la mortal Fear, el arma laser más potente del mercado, pasaron los años, hasta que cumplí 13, en ese entonces solo éramos Larry y yo en un pequeño negocio de asesinos a sueldo, aunque yo no podía ir con él, pero me gustaba salir a matar a cualquiera que fuera en contra de inocentes, afortunadamente, para mí, sabía conducir y solía robar el auto de Larry.

Pero un día, en uno de mis recorridos, pude observar a un grupo de personas haciendo un gran escándalo. - ¿Qué demonios está pasando ahí? - pensé en que sería uno de los típicos rituales de iniciación, pero luego me di cuenta de algo, un chico, de talvez 15 o 16, bastante desnutrido y lleno de cicatrices y golpes múltiples, desarmado, no pude evitar ir a rescatarlo, tome varías armas y comencé a matar a cada uno de los "enemigos" hasta terminar por completo con cada uno de los hostiles, cuando por fin estuvo despejado, acerque el auto, y me baje para auxiliar al chico herido; - ¿Chico estás bien? Dios, estás demasiado herido, no te mueras imbécil, si te atreves a perder siquiera un solo dedo te desmembrare cada miembro del cuerpo y si también hablo de eso- exclame con cierto tono de enojo, lo lleve con rapidez al hospital, y me acerque al mostrador para hablar con la enfermera. -disculpe señorita, traigo a ...- lo pensé detenidamente, ¿y si creen que yo lo hice? Entonces tuve una idea. –traigo a... m...mi hermano e...está herido, unos hombres malos lo golpearon y le dispararon, por favor ayúdeme- fingí llorar, y la enfermera me dijo que enseguida lo meterían en urgencias. Dos días después pude por fin ver al chico que probablemente sería mi nuevo socio, quiera o no, y lo salude. –hola, mi nombre es Zack, ¿y el tuyo?- solo se me quedo viendo unos instantes, como si ya me conociera, pero entonces respondió con la voz algo temblorosa y con un poco de dificultad –me llamo Nicolás Foster- fue lo único que dijo, le sonreí y entonces con un cierto tono de orgullo –muy bien Nicolás, bienvenido a mi grupo de, asesinos- Nicolás se asustó en un principio, pero por su rápido cambio de expresión pude notar que no era la primera vez que se unía a algo así.

Pasaron los días y resulto ser muy bueno robando cosas, armamento, ligero y pesado, y todo tipo de cosas, más tarde cumplí 14 años, y ambos estábamos poniendo dinamita en una vieja iglesia abandonada, porque al día siguiente haríamos una emboscada, pero justo cuando termine de colocar el último cartucho, me dirigí a buscar a Nicolás, y al encontrarlo, no me esperaba que este se encontrará masturbándose, al parecer había terminado rápido de colocar los cartuchos explosivos y se estaba "entreteniendo" quise salir afuera y olvidar que lo había visto desnudo, pero su fuerte agarre me detuvo, antes de que siquiera me diera cuenta me encontraba detenido por él, y solo podía pensar en que había cometido un error al rescatarlo, entonces sin siquiera decir una sola palabra me hizo sentarme en una de las bancas de madera, y me bajo el cierre del pantalón y lentamente me empezó a lamer el pene –ahn... ¡basta! ¡No hagas eso e...eso no es para que lo lamas! Ahh..- no podía evitar hacer esos desagradables gemidos, y tampoco sabía porque se sentía tan bien su boca, se sentían muy cálidos sus labios, y luego me hizo venirme en su boca, demasiado rápido –l...lo lamento no fue mi intención- me miró con una expresión extremadamente perversa, y me esposo las manos aprovechando mi distracción, se limpió de la boca las gotas de semen que habían salido, y entonces sin pudor ni cuidado, me despojo de mi pantalón, bóxer y playera, dejándome completamente desnudo, al tiempo que amarro una de mis piernas a la pata de la banca, parecía que ya lo había planeado pero ¿porque? Comenzó a poner sus dedos en mi ano, y se sentía raro no quería sentir eso - ¡YA BASTA! Nicolás por favor déjame ir- sonrío y dijo –¿Dejarte ir? No puedo hacer eso, yo te quiero más que como solo un amigo- me asustó su comentario pero la verdad es que me había sentido atraído por él, desde el día en que lo había salvado, era una sensación indeseada la que me provocaba estar junto a él, por una parte me sentía genial estando junto a él, pero cuando lo veía cerca de una chica me molestaba y gritaba, no entendía porque, solo pasaba, entonces y de nuevo aprovechando mi distracción metió sin vergüenza, dos de sus dedos en mi ano y los movía alrededor, además que los metía y sacaba, haciendo un vergonzoso sonido, después de esto, sonrío perversamente de nuevo y dijo –Voy a entrar- al principio no entendí porque lo había dicho pero entonces me di cuenta por qué lo dijo –N..no aguarda no hagas eso, no es para eso ¡NO! Por fa...ahh... ¡Ahh! - era un dolor horrible, punzaba y se sentía extraño, no me gustaba, pero entonces después de tantas embestidas, mi cuerpo empezó a sentirse extremadamente caliente, y no entendía porque, me estaba dando fiebre, fue lo que pensé, pero conforme continuaba con las embestidas me di cuenta que mi cuerpo reaccionaba al suyo –¡M...más fuerte! ¡Ahgnn...!- no sabía porque estaba diciendo eso, mi cuerpo ya no era controlable, cada embestida me hacía sentir cada vez mejor, y luego él se acercó a mí para darme un apasionado beso, y empezó a besar mi cuello repetidas veces para luego susurrar –Terminare dentro de tu delicioso ano- eso me asusto, y entonces sentí su liquido caliente, y su pene se contraía dentro de mí lo cual me provocaba placer y me hacía gemir sin control –Ahh, m...más aun quiero más- que rayos estoy diciendo, ¡yo no soy así! Él sonrió y soltó mi pierna y sin salir de mi interior, me cargo, hasta una mesa donde había una sábana, me hizo recostarme, y después saco su pene de mi interior, para subir a la mesa, entonces, y sin aviso alguno me tapo la boca y entro en mí, de una sola, y volvió a embestirme pero esta vez había puesto mis piernas sobre sus hombros y me estaba embistiendo fuerte y salvajemente, como si ya tuviera práctica, entonces quito su mano de mi boca, y los gemidos de dolor y placer salían de mi boca –¡Ahhnn! Duro... ¡más duro!- mi cuerpo ya ni siquiera respondía, sentía espasmos fuertes en todo el cuerpo, y temblaban mis piernas, el contrario estaba siendo muy rudo, y entonces ambos casi a la par, terminamos, yo sobre mi pecho y el dentro de mí, y con el poco aliento que tenía por el cansancio le dije –te odio, eres un maldito imbécil y un violador- jadeaba de cansancio, y el no hizo por molestarse, lo último que hizo fue lamer mi cuerpo para "limpiar" el semen que había salido de mí, el cansancio provocó que me quedara dormido, así que no supe qué más había pasado, desperté en mi cuarto, vestido, y al sentarme me dolió el ano, aparentemente el día anterior el contrario me había hecho sangrar pues habían varios papeles llenos de sangre en el bote de basura, me recosté de nuevo, y comencé a llorar, me había quitado mi virginidad, y lo peor es que ni siquiera pude disfrutarlo porque no fue algo que yo había querido hacer, al pensar en eso, una inminente erección me empezaba a doler, así que me baje el cierre y saque mi pene, me quite la playera, y me empecé a masturbar, pensando en lo que me había hecho Nicolás, rápidamente me vine, y solo pude pronunciar –que me hiciste Nicolás...- ya no podía volver atrás, tal vez quería de esa forma a ese chico pero quería que fuera algo natural, no obligado, a partir de los 15 años, él era como mi amigo con derechos, o como una especie de prostituto, porque no podía dejar de pensar en cómo me había violado hacía un año atrás lo que provocó todo esto y yo solo quería venganza...
Continuará...



Amor ExplosivoWhere stories live. Discover now